XII

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HoSeok revisaba algunos papeles e informes sobre gastos e ingresos del local, sobre su personal y una y otra propuesta para mejorar algunas actividades o servicios.
Hace unos minutos había dejado a su amante en la habitación donde dormían.

Revisó el ingreso del evento de JiMin, y había tenido muy buen resultado, incluso mas de lo que esperaba. Gratamente estaba sorprendido, y esperaba que no hubiese ningun problema, y que todo fluyera con tranquilidad.
Detestaría toparse con alguien como aquel hombre, agradecía que ya estuviera muerto, ya que el karma le llegó muy pronto.
HoSeok suspiró y volvió a concentrarse un poco.

Sabía que durante esa época, tener una relación junto a TaeHyung había sido dificil, aún recuerda su primer beso y todas las emociones que le embargaron y que le asustaron. Pero mas allá, el riesgo al cual se enfrentaban, teniendo que ocultarse y encerrarse.

Pero sobre todo, su miedo mas grande era perder a TaeHyung.

TaeHyung había tenido una vida dificil y complicada, desgracias lo habían inundado desde pequeño. Y HoSeok quería aliviar un poco su carga, cuando se conocieron, TaeHyung buscaba llevar comida para sus hermanos, solo era un chico de quince años del cual dependían cuatro niños.
Por un momento HoSeok recordó como fue su vida en la niñez, su padre había muerto y su madre enfermó muy grave, dejandolo huérfano. Al ver a TaeHyung tan afanado le hizo saber que no todos corrían con la misma suerte que él, unos ancianos lo recogieron y lo llevaron a vivir a la ciudad real, HoSeok aprendió de todo lo que pudo y en cuanto cumplió los veinte años se hizo cargo de sus propios negocios. Los buenos ancianos quisieron buscarle una esposa con quien tener hijos y herederos de su fortuna, pero HoSeok estaba muy ocupado cuidandoles y cubriendo todas sus atenciones y negocios de ese momento. No había tiempo para tener mujer.

Sin embargo al ver a TaeHyung le hizo querer ayudarlo. HoSeok ya llevaba algunos meses administrando un lugar de eventos. No había un nombre en especifico, ya que en sí tampoco había el servicio que daban las concubinas o cortesanas del palacio o de la gente noble.

Y sin pensarlo tanto, siguió a TaeHyung hasta una parte oculta entre el bosque, una pequeña cabaña que apenas era funcional, de seguro habían pasado frío y hambre por mucho tiempo. HoSeok primero calmó a TaeHyung, diciendole que no era nadie del gobierno o algun guardia, pero quería ayudarlos.
TaeHyung le contó con desconfianza que sus padres habían fallecido hacía ya tres años en aquel momento, y sus hermanos solo lo tenían a él. Por lo tanto, esa misma tarde, HoSeok tomó las escasas pertenencias de valor sentimental para los niños y los llevó con él a su local. HoSeok cargaba la pequeña manta que tenía todas las cosas importantes y a los dos mas pequeños, TaeHyung cargaba a otro de sus hermanos y el segundo en nacimiento iba tomando su mano.

Entraron por la puerta a la residencia privada de HoSeok para que ninguno de sus trabajadores molestara o hiciera preguntas innecesarias.

TaeHyung estaba sorprendido por todas las cosas que habían en su habitación.
HoSeok pidió a algunas de las sirvientas que prepararan cinco baños para unos invitados suyos.
Y que trajeran vestimentas para niños, tres niños y una niña pequeña, ya que habían perdido sus pertenencias en el viaje, las chicas encargadas solo asintieron sin preguntar mas y a los minutos notificaban que los baños estaban listos y la ropa también.

HoSeok ayudó a los niños a tomar un baño y les colocó las prendas limpias y nuevas. TaeHyung bañó a su hermana mas pequeña, al mismo tiempo que él lo hacía. Cuando regresó a la habitación, HoSeok ya estaba allí con los niños listos para dormir, sin embargo cinco sirvientes entraron con comida.

Comieron hasta saciarse y HoSeok se preguntó caunto tiempo había pasado desde que probaron un bocado decente. TaeHyung estaba apenado, no sabía como, pero agradecía cada cosa que era hecha por él y sus hermanos.

GeishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora