Subaru [El Ultimo Arzobispo]

Dejame / Dejalo en Paz

Subaru habia terminado de entrenar, ahora tenía un mejor control de mana, y podría usar mucho mejor los echisos y las autoridades.

Subaru deside consentirla, y como erade esperarse ella no se dejaba, pero poco a poco le cogia cariño a el.

Subaru ya se había encariñado mucho con Beatrice, a tal punto donde ella decidió dormir junto a él en las noches.

Julius lo estaba siguiendo a todas partes, Subaru ya que no podía más con eso.

Subaru: ¡puedes parar ya!
Julius: es mi deber
Subaru: mira, si quisiera matar a alguien aquí ya lo habría hecho

Julius sabia muy bien de lo que era capaz ahora que ha dejado el culto.

Subaru: escucha... te diré algo, con mis amigos soy pacifista, con mis enemigos estoy en modo genocidio, pero con tigo estoy en modo neutral por ahora, ya que no me agradas del todo...

Julius estaba dudando de las acciones de Subaru.

Suabru: si mes vas a considerar un enemigo, preguntarte ¿si esta es la línea que quieres dibujar?, y cremem es una línea rojo sangre

Subaru estaba en su modo sed de sangre, podia sentir un mana siniestro emanado de el.
Julius intenta ponerse en guardia, pero Subaru se detiene al instante.

Subaru: yo que tu, intentaría no pisar los talones del otro

Subaru simplemente se fue, poco después Beatrise lo siguió hasta su abitasion, para hablar un poco hacerca de lo de las autoridades.

Beatrice: eso lo que dijiste hacerca de las autoridades, era sierto?
Subaru: que parte?
Beatrice: lo de las voces, que te llamaban
Subaru: sueño que estoy en un lugar realmente oscuro, y lo único que ilumina  son unas estrellas con las voces de los arzobispos
Beatrice: deber por los genes ya que deben tener una lista de cada portador que ha tenido
Subaru: si, y no solo es eso

Beatrise estaba algo confundida.

Subaru: como sabrás la batalla que tube con Louis Arneb, fue una batalla algo problemática para mi, siento que una parte de ella esta ahí, como si esperara que yo perdiera el control

Subaru se imagino a ella, que lo estaba observado desde lo más profundo de su ser, pero eso no se comparaba con lo de Satella.