capitulo 15

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Ella me dedico esa jodida sonrisa que hace parar y entregarle todo de mi corazon, mis mejillas ardían y ella se burlaba mientras me hacia vivir como si fuera un hermoso sueño.

-Gaara, ven - grito mientras daba pequeños saltitos causándome una extraña ternura, fui a ella.

-Hagamos una promesa ttebayo~ - sin mas asentí, por ella hago lo que sea. - yo Naruko Uzumaki de la aldea de la hoja te prometo, no, te juro protegerte e velar por ti cuando estés cansado, darte mi hombro cuando tu no puedas y cuando te sientas solo que sepas que estoy para ti, para siempre.

Mientras ella recitaba su juramento me sentía desfallecer en ese momento, los latidos de mi corazon aumentaron temiendo que ella escuchara lo que provocaba en mi.

   —Gaara

   —Gaara

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¿Quién iba a pensar que el tiempo pasaría volando? Los días se deslizaban como hojas arrastradas por el viento, y con cada amanecer, la emoción en Sunagakure crecía. Los famosos exámenes chunnins estaban a la vuelta de la esquina, y los aspirantes a shinobis temblaban de anticipación ante el anuncio del jefe de la aldea. Pero no solo eso; su esposa, Naruko Uzumaki, tendría la responsabilidad de orientar a los participantes, algo que generaba opiniones divididas. Muchos creían que esa tarea debía ser realizada por alguien con más experiencia, pero Naruko era una fuerza de la naturaleza, alguien que desafiaba las normas y que, a pesar de las intervenciones de su esposo, siempre encontraba la manera de hacer las cosas a su manera.

Gaara, el Kazekage, se encontraba en su oficina, revisando unos papeles importantes. De reojo, observaba a Naruko caminar de un lado a otro, como un león enjaulado, ansiosa y preocupada por lo que estaba por venir. La noticia de la llegada de una carta, una carta del séptimo Hokage , su hermano Naruto, había puesto a Naruko en un estado de nerviosismo extremo. No solo su aldea participaría en los exámenes, sino que las demás aldeas también habían confirmado su asistencia, lo que aumentaba la presión sobre ella.

—¿Sabes lo que significa, verdad? —preguntó Naruko, deteniéndose para sentarse en el regazo de Gaara, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y ansiedad—. ¡Tenemos que ir a Konoha-tebayyo! ¿Lo sabes, verdad?

—Lo sé —respondió Gaara, intentando calmarla—. 

—Estoy nerviosa-ttebayo, no he visto a mi hermano en años. No he pisado Konoha en años-tebayyo!, con Naruto solo hemos intercambiado cartas, y ahora sé que se ha casado y tiene hijos con Hinata. Es como si me cayera de culo, ¡ttebayo!

Gaara la interrumpió con un beso suave, tratando de infundirle tranquilidad.

—Cálmate, todo va a estar bien. Estamos hablando de Uzumaki Naruto, el séptimo Hokage. Lo conoces, sabemos cómo es. No hay de qué preocuparse. Solo hay que hacer presencia.

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