愛 | Gaara

Capitulo 17.2

Después de la tensa conversación en la oficina del Hokage, Isamu abandonó el edificio con las manos en los bolsillos y una expresión tranquila.. Mientras bajaba por las escaleras de piedra, la brisa de la tarde le agitó el cabello, pero él no se detuvo. Sabía a dónde iba: primero recogería a sus hermanos menores y después se dirigirían juntos al estadio, donde los combates del certamen de los exámenes Chūnin seguían en curso.

Cruzó los mercados bulliciosos de Konoha y llegó al pequeño parque donde estaban sus hermanos: Karura y kaito. La pequeña, con su cabello dorado  alborotado, lo saludó desde lo alto de una estructura de juegos. A su lado, el menor de cabello rojizo, intentaba dar volteretas sin mucho éxito. Ambos alzaron las manos felices al verlo acercarse.

—¡Isamu-nii! ¿Viniste a ver los combates con nosotros? —gritó Kaito mientras corría hacia él.

Isamu se arrodilló para recibir al pequeño  y revolvió su cabello con una sonrisa leve.

—Claro. Alguien tiene que asegurarse de que no se metan en problemas, ¿no? —bromeó

—Tú eres el que siempre se mete en problemas —le dijo karura sacandole la lengua, mientras bajaba de la estructura.

Isamu soltó una risa breve y se levantó. —Bueno, será nuestro pequeño secreto. Ahora vámonos antes de que nos perdamos la parte más emocionante.

Con sus hermanos a su lado, caminaron juntos hacia el estadio. A pesar de su apariencia relajada, Isamu sentía una creciente inquietud ante lo anterior pasado. El peligro se cernía sobre ellos, y lo peor era que solo él parecía entenderlo del todo. Sin embargo, todavía no era momento de compartirlo. No con sus hermanos, al menos. Ellos merecían un poco de normalidad, aunque solo fuera por un rato.

El estadio estaba abarrotado. La multitud rugía con cada golpe que resonaba en el campo de batalla, donde los competidores más prometedores se enfrentaban. Boruto, y otros genin demostraban sus habilidades, mientras los espectadores los animaban con entusiasmo. Isamu y sus hermanos encontraron un sitio en las gradas, justo donde Naruko Uzumaki, su madre, los esperaba.

Naruko saludó a sus hijos con una gran sonrisa.. Sin embargo, al ver a Isamu acercarse, su expresión se suavizó un poco, como si algo en la mirada de su hijo mayor la inquietara. Su instinto materno ya sabia que pasaba algo

—¡Mamá! —gritaron los menores tirandose arriba de ella.

Naruko los atrapó con facilidad, riendo, y los sentó a su lado. Entonces miró a Isamu.

—Pense que venias en el segundo certamen-ttebayo, ven ven a mi lado Isamu

Isamu se dejó caer a su lado, mirando el combate en silencio durante unos momentos. Los gritos de la multitud parecían lejanos mientras su mente seguía procesando lo que había ocurrido en la oficina de Naruto. Finalmente, aprovechó un momento de calma entre los combates para hablar con su madre.

—Hay algo de lo que tenemos que hablar mama —Su voz era baja, casi un susurro.

Naruko dejó de sonreír. Sabía cuándo su hijo hablaba en serio. Lo conocía demasiado bien como para ignorar esa mirada distante que tenía ahora.

—¿Qué pasa, cielo? —preguntó, inclinándose hacia él para escucharlo mejor.

Isamu bajó la mirada un momento, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.

—Hoy un hombre... Alguien peligroso. No se quien es ni como se llama. Sabe cosas que no debería saber... técnicas avanzadas de sellado y espacio-tiempo. Y el sabia sobre el jutsu de Hirashin No Jutsu ma

Naruko lo observó en silencio, su expresión cada vez más seria.

—Patito, que es esto, cuentame a detalles-tebayyo. ¿Poe que no me llamaste?—preguntó, bajando la voz para que los hermanos menores no escucharan.