Capítulo Doce

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Capítulo Doce

"Luchando por vivir"

La noche del veintisiete, Stiles tuvo la sensación de volver a sufrir las pesadillas que tenía en la casa de Lydia; quizá se debía al cambio de aires o por haber regresado a casa. Lo peor era que nada recordaba, simplemente tenía un miedo constante... sin saber a qué. Y volvió a sentirse sumamente débil y agotado.

Había pensado en pedirle a su padre o a Isaac que fueran a dormir con él, pero no quiso preocuparlos. A final de cuentas, aunque el doctor Peter Hale no pudo ir ese día, iría al siguiente y ya podría darle un diagnóstico.

Le pareció escuchar que algo o alguien arañaba la ventana, o tal vez fuese un aleteo. De todos modos no le dio importancia, ya que estaba horrorizado viendo su reflejo en el espejo. Su tez había adquirido una palidez espantosa y también se agudizó el dolor en su garganta. Supuso que debía también estar aquejado de los pulmones, ya que respiraba con dificultad.

No obstante intentaría verse lo mejor posible frente a los demás, no quería preocupar a nadie y menos a su pobre padre. Entonces no estaba seguro de haberse quedado dormido, pero cayó en una profunda oscuridad.

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Mañana del 28 de abril. Chris se quedó con Noah en la sala, ya que al llegar el doctor Peter Hale, dijo que sería mejor para la salud de padre e hijo, que Lord Stilinski no este presente durante el chequeo al niño.

Así que Scott, junto a Jackson, que vino preocupado por la noticia de que la vitalidad de su prometido iba en caída. Introducieron al doctor en la recámara de Stiles. Los tres hombres se sintieron penosamente asombrados y aterrados.

El joven mostraba una tez cenicienta, y hasta sus labios y sus encías estaban exangües; su semblante se hallaba contraído, flaco, de forma que los huesos se transparentaban bajo su piel. Su respiración era sumamente dificultosa.

La expresión de Peter Hale quedó petrificada, y su frente se arrugó tanto que la extremidad de sus cejas parecieron juntarse por encima de su nariz.

Stiles no efectuó el menor movimiento, ni siquiera tenía fuerzas para hablar, de modo que los tres hombres permanecieron unos instantes en silencio. Luego, el doctor hizo un leve signo con la cabeza a Scott y Jackson, y los tres salieron de puntillas de la habitación.

Una vez cerrada la puerta, apretaron el paso hasta la estancia contigua, donde Peter exclamó —¡Díos mío, es terrible! No podemos perder un momento. Se muere por falta de sangre, ni siquiera tiene la suficiente para que funcione su corazón. Es preciso efectuar una transfusión al instante. ¿Cuál de los dos...?

—Yo soy el más joven y más fuerte, doctor. Por lo tanto, me toca a mí.

—Entonceso, ¡Rápido, por favor! prepárate. Voy a buscar el maletín.

Cuando descendieron y llegaban abajo, llamaron a la puerta principal. Abrió una de las doncellas; era Theo Raeken, el cual se precipitó hacia el príncipe, en tanto la emoción casi le impedía hablar.

—Príncipe, estoy muy inquieto —murmuró — Tu carta, contándome la repentina falta de salud de Stiles, me ha angustiado como nunca, así que vine a ver que sucede. —explicó secándose el sudor del rostro con un pañuelo, —El doctor Peter Hale ¿verdad? Le agradezco en el alma, caballero, que haya venido.

El doctor, al verle entrar no puedo ocultar una mueca de mal humor por verse interrumpido en su tarea en un momento tan crítico; más, en el instante siguiente, comprendiendo la resolución valerosa que impulsaba al muchacho, brillaron sus pupilas y exclamó, extendiendo su mano: —Llega a tiempo, joven. El muchachito está mal, muy mal... pero no debe usted estar tan abatido. —Theo al escuchar esas palabras, palideció y se dejó caer en una silla. —Ahora mismo su prometido le donará sangre, la cual necesita muchísimo.

Te siento dentro (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora