Capítulo Trece
"Palidez extrema"
El veintinueve de abril, Scott e Isaac pasaron al dormitorio de Stiles. Las cortinas de la ventana estaban corridas y para descorrerlas, el rubio se dirigió de puntillas hacia allí, mientras el doctor Peter miraba todo con mala cara, sentado en un sofá con el ceño fruncido y un hematoma en la frente.
Al descorrer el cortinaje y dejar que el sol matutino iluminase la habitación, los jóvenes escucharon como Peter silbaba discretamente de sorpresa. Scott sintió que el corazón se le oprimía al igual que Isaac, incluso sus piernas parecían querer doblarseles.
Sobre el lecho, el pobre Stiles parecía desmayado, más pálido y más débil que nunca. Hasta los labios estaban blancos, viéndosele sólo los dientes, sin encías, al parecer, tal como se ve a veces en los cadáveres después de una larga y penosa enfermedad.
El doctor inició un movimiento de cólera e iba a golpear el suelo con un pié, mas se refrenó, suspendió el gesto y posó el pie en tierra con suavidad.
—¡De prisa, coñac! —ordenó Peter a Scott.
El latino bajó corriendo al comedor y volvió a subir con la botella. Con unas gotas de licor, el doctor humedeció los labios del pobre muchachito, las muñecas y el corazón. Luego, lo auscultó y, tras unos instantes de expectación angustiada, anunció:
—Aún no es tarde. Su corazón late todavía, aunque muy débilmente. Hemos de empezar de nuevo. Y Jackson no está aquí para ayudarnos. Amigo Scott, tendré que apelar a tu generosidad.
Realizaron una segunda transfusión de sangre al castaño, volviendo a estabilizarle y entonces cayó en un sueño profundo.
Jackson llegó a la mansión, apenas las doncellas le abrieron la puerta e hicieron entrar al recibidor, fue abordado por el doctor Hale, Isaac y Scott.
—El pequeño Isaac ya me ha contado sobre la presencia de los vampiros Originales en Grecia. —informó Peter secamente.
—Estoy al tanto, y ya se están tomando las riendas del asunto. —replicó con una sonrisa burlona.
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Te siento dentro (BL)
Romansa□Historia ambientada en el tiempo de los dioses griegos□ Debajo de la tierra, vivía un semidíos; de hombre era su cuerpo y de topo su tez. Rapto a un doncel llamado Stiles, que a su túnel llevó y aunque el chico no era un dios, de él se enamoró. E...