□Historia ambientada en el tiempo de los dioses griegos□
Debajo de la tierra, vivía un semidíos; de hombre era su cuerpo y de topo su tez. Rapto a un doncel llamado Stiles, que a su túnel llevó y aunque el chico no era un dios, de él se enamoró.
E...
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Desde hacia aproximadamente una hora, Stiles y Lydia habían ido a sentarse en uno de los bancos de mármol del cementerio, uno en particular, al que solían ir siempre. Isaac había decidido quedarse en su habitación, aquejado por un dolor de cabeza. Así que los otros dos chicos se hallaban allí, sosteniendo una conversación muy interesante con su nuevo amigo, un marinero de casi cincuenta años, llamado Deucalion. Además de él había otros dos marineros, que siempre le acompañaban, pero Deucalion llamaba más la atención que los otros.
Ya que era un sujeto que siempre quería tener la razón y contradecia a todo el mundo, en el caso de no poder hacerlo, injuriaba a los demás y si estos se callaban, creía haberles convencido.
Lydia estaba analítica ese día, miraba a Stiles, que llevaba ropas blancas que le sentaban de maravilla y desde que habían llegado, tenía un color de tez admirable. La pelirroja, también observó que los tres hombres casi ancianos, no dejaban jamás pasar la ocasión de sentarse junto al castaño.
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El niño se mostraba muy amable con los mayores. Nadie podía resistir su encanto. Deucalion parecía haber quedado prendado de él, hasta el punto de que no lo contradecia jamás, algo muy raro en él, según Lydia.
