Capítulo Diecisiete

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Capítulo Diecisiete

"Visita al cementerio"

Scott acababa de recibir una carta de Jackson, con fecha del domingo pasado, y por lo que dice, llegó a la conclusión de que está bien

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Scott acababa de recibir una carta de Jackson, con fecha del domingo pasado, y por lo que dice, llegó a la conclusión de que está bien. El Barón Theo Raeken estaba con él, lo cual ayudará a que Jackson recupere su ser normal, después de los terribles trances por los que acababa de pasar, puesto que ese Raeken es un chico dinámico y lleno de energía. Theo también le escribió a Scott, comunicándole que Jackson estaba un poco más alegre. Por lo tanto, por ese lado Scott y también el señor Chris se quedaron más tranquilos.

Lydia y su madre ya estaban de vuelta en su amado hogar, pero también escribían constantemente a ambos.

Respecto a Chris, todavía no había recobrado el equilibrio, si bien ha vuelto a reanudar su labor como cazador y también siguió adelante con su proyecto del orfanato, no era con el mismo entusiasmo de antes.

La herida sufrida por la muerte del desgraciado Stiles se iba cicatrizando poco a poco.

Chris sentía que no había terminado todo e intuía que el doctor Peter Hale sabía cómo acabaría, pero no había querido todavía satisfacer su curiosidad.

Hacia las cinco se presentó en su despacho el excéntrico doctor y se abalanzó sobre el señor Argent, entregándole un ejemplar de ayer.

—¿Qué opina de esto? —rugió, retrocediendo con los brazos cruzados.

Chris recorrió rápidamente el diario, preguntándose a qué podía referirse. Aproximándose de nuevo, Peter le señalo un artículo que trataba de unos niños desaparecidos por los alrededores, a los que no obstante, se había encontrado al cabo de unas horas. Esto no le extrañó en absoluto, hasta que leyó lo relativo con las pequeñas incisiones de la garganta, como si hubiesen sido mordidos. Entonces, le asaltó una terrible idea y miró fijamente al profesor.

—¿Y bien? —interrogó Peter.

—Lo mismo que le ocurrió a Stiles.

—¿Cómo lo explicas?

—Simplemente, la causa es la misma. Lo que lo hirió a él, también ha herido a esos niños.

—Es verdad... Indirectamente, pero no directamente.

—¿Qué quiere decir, profesor?

Verdaderamente, Chris no entendió su respuesta y se sintió inclinado a tomar un poco a la ligera su seriedad ya que, al fin y al cabo, un descanso de cuatro días después de las espantosas experiencias vividas, le prestaba ya un sentido crítico de la vida. Más cuando vió su expresión, cambió de tono: jamás, ni en los momentos álgidos de la enfermedad de Stiles, había visto al doctor tan desolado.

—¿Cuál es su idea? ¡Explíquese! Por mi parte, no sé qué pensar.

—No me harás creer, querido Chris, que no tienes la menor idea de lo que pudo provocar la muerte de Stiles. No solo los acontecimientos deberían ayudarte a imaginarlo, sino también los comentarios, las observaciones hechas por mí delante de ti.

Te siento dentro (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora