El líquido caliente de un zumo se deslizó por la garganta del huérfano pasivamente, mientras Mando revisaba las noticias del planeta. Los canales no dejaban de emitir en bucle las imágenes del atentado contra el rey Kayos y de su intervención accidental. La mujer rubia que iba a su lado estaba siendo entrevistada por los periodistas sobre la salud de su padre.
-Toda mi familia está bien, solo nos estamos recuperando del susto -dijo su holograma con convicción-. Pero se sospecha que los terroristas han conseguido infiltrarse en nuestra amada ciudad capital. Yo misma saldré mañana hacia Hosnian Prime para hablar con la Nueva República sobre la tensa situación que sufre nuestro pl-
Mando apagó la transmisión. Con el discurso que había soltado la hija de Kayos estaba claro que era política y tal vez uno de los rostros más inmaculados que había visto desde su visor, pero política después de todo y él odiaba a los políticos.
La antigua república no había impedido el ascenso al poder del emperador y la nueva no estaba consiguiendo barrer sus cenizas.
Llevaba dos horas escondidos detrás de unos bares esperando a que la cosa se calmase para volver al astillero y pasar la noche en la Razor. Había sido una mala idea aterrizar en Arkania, pues allí tampoco sabían nada de los jedi o de más mandalorianos con los que dejar al niño.
Al vendedor de zumos había intentado sacarle información, pero no tenía nada que decir y le había indicado que fuese a una biblioteca. Como si fuera tan fácil...
Casi era de noche cuando un poderoso haz de luz artificial les iluminó a ambos desde arriba.
-Le hablan las fuerzas especiales de Cagdal en relación con el incidente ocurrido durante las festividades del día de hoy -anunció mediante un altavoz una voz droide desde la nave-. Queremos hacerle unas preguntas, por favor, no se resista.
Antes de que el cazarrecompensas pudiera desenfundar su arma, sintió una descarga eléctrica por todo el cuerpo que lo entumeció algunos instantes. No pudo resistirse cuando los droides los acorralaron, ni cuando los trasladaron a la comisaría para interrogarle.
Le quitaron toda la munición, aunque no las armas y le proporcionaron al niño algo de comer.
A Mando le sorprendió que no hubiese ningún ser vivo trabajando en la comisaría. ¿Es que la gente de Arkania no tenía oficio? ¿Se dedicaban únicamente a ir de celebraciones, a la ópera y a escribir novelas?
Se abstuvo de preguntar nada por si molestaba a los droides y cuando estos decidieron que no era peligroso, le devolvieron junto al niño y los metieron a ambos en un lujoso vehículo.
Tras hacerle un tour por la maravillosa ciudad de las nubes, el droide chófer se detuvo frente a un gran edificio de mármol blanco con una cúpula de cristal y varias torres aledañas.
A su alrededor había otras y torretas menores de vigilancia, atalayas, un exuberante jardín y varias fuentes. Era sin duda un palacio; era sin duda el hogar del rey Kayos.
Le acompañaron hasta la puerta de majestuoso lugar donde el mismo monarca le esperaba con una amplia sonrisa. Llevaba una túnica plateada muy apropiada, en opinión de Mando, para el lugar.
-Siento mucho la bienvenida que ha recibido en Arkania, visitante, pero debíamos estar seguros de que no tenía intenciones perversas -comenzó a hablar mientras se inclinaba para apretarle la mano.
Mando resopló.
-Ha sido muy cálido -respondió cortante.
-Por desgracia la violencia es algo común para esos terroristas -siguió, mientras le hacía señas para que entrase en el palacio. El cazarrecompensas sabía que no tenía escapatoria- pero le prometo que su estancia aquí mejorará enormemente a partir de ahora. Por su armadura yo diría que viene de Mandalore, ¿me equivoco?
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𝐋𝐨𝐬 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐀𝐥𝐝𝐞𝐫𝐚𝐚𝐧 | Din Djarin x OC
Fiksi Penggemar«No soy un héroe sino un cazarrecompensas. Mi única intención es dejar este planeta con más créditos en mis bolsillos de los que tenía cuando llegué. Si no me crees, puedes acompañarme...» Otra galaxia, otra época. En su búsqueda por los legendario...