035|Culminación.

11 0 0
                                    

¿Por qué razón el destino se ensañaba de esa manera conmigo?

¿Sería que en mi vida pasada era una persona detestable que ahora lo estaba pagando con creces ?

Mi miedo incrementaba al no poder distinguir quién me hablaba y mucho menos saber con claridad quien estaba frente a mí.

Mi vista era borrosa, parecía como si tuviera los ojos abiertos bajo el agua.

Realmente incomodo. 

¿Sería unos de mis compañeros?

Me preguntaba constantemente al haber escuchado decir aquello con tanta preocupación en su voz, pero... ¿Qué tenían mis ojos?

—Te... ¿Te sientes mal?—volvieron a preguntar.

—N-no...

Se me dificultaba hablar.

—Vamos Elizabeth, no me mientas. Estás pálida y tus ojos rojos.

«¡Mierda!».

¿Mis ojos estaban rojos? ¿Por qué razón lo estarían?

Me preguntaba mientras trataba de enfocar quien se encontraban conmigo.

—¿Q-quien e-eres?—logré decir con dificultad.

Me sentía tambaleante y el miedo a caer estaba más vivo que nunca.

—¿No me reconoces?

Negué.

—Soy Askary. Escúchame, solo faltan seis minutos para el acto,  necesito que me digas que tan mal te sientes—interrogó con presunta preocupación.

—M-mas o menos—balbuceé en un hilo de voz.

De pronto todos lo padecimientos que sentía se había ido como llegaron; rápido.

Los oídos me dolían pero no tanto como antes, ya no escuchaba a las personas, ni los autos. Estaba todo en total calma, tanto así que llegue a pensar que eran exageraciones de mi parte.

Miraba a mi alrededor como quien busca algo perdido sin reparar en quien me hacía preguntas.

—¡EY!—gritó.

—¿QUÉ?—hice lo mismo un poco irritada.

—¿Que tienes?

—Ya no tengo nada—dije secamente.

Me sentía enojada. con Askary, con Antuan, con el mundo... Conmigo.

—¿Por qué te molestas ? Solo trato de saber que te paso y de alguna forma ayudarte—rechistó confundido.

Askary tenía razón, solo quería ayudarme pero por un momento queria  acabar con todo aquello que me atormentaba, que me hacía mal o me desesperaba  que no medí mi forma de hablar.

Pasé las manos por mi rostro tratando así de tranquilizarme.

Spiacente... La verdad no sé que me pasó—dije con la mirada fija en el suelo.

—Pero... ¿Que fue lo que sentiste?

Estaba a punto de responder cuando una pregunta apareció en mi mente.

—¿Como supiste que estaba aquí?

—Digamos que una pequeña voz me estaba atormentando—dijo serio pero trató de aligerar el momento con una pequeña sonrisa.

—¿Como?—pregunté.

—Escuchaba una y otra vez "me quiero morir" y al voltear hacia tu lugar y no verte me hicieron salir a buscarte—sentencio sereno—. Hice bien al hacerle caso a mi instinto, pero aún no me has dicho que sentiste.

Oscuridad Total ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora