001| La Chica Nueva

798 61 16
                                    

Yo era una chica normal sin complejos, era feliz en mi antigua ciudad, con los pocos amigos que tenia me divertía mucho; se podría decir que eran como mis hermanos, pero... un día llegué del colegio y me di cuenta de que todas las cosas estaban en cajas.

-¡¿Qué está pasando?- pregunté a mi madre exaltada.

-Nos vamos a mudar- respondió sin importancia.

-¡¿Como?!- grité - ¡¿Como que nos mudáremos?!

-Si, a tu padre lo transfirierón- dijo mirándome detenidamente mientras movía una de las cajas que estaban en la sala.

-¿Qué? ¿otra vez? ¡Es en serio!-Bufé-, ¡justo en mi último año del colegio!- escupí frustrada.

-Lo siento hija- torció el gesto-, sabes que es algo inevitable - sentencia.

Allí fue cuando comenzó mi martirio, me preguntaba como podría mudarme y dejar a mis amigos con los que he compartido tanto tiempo. Una situación de verdad lamentable.

Al final nos mudamos a una gran ciudad, en comparación a la que estaba, un lugar un tanto  frío por la temporada pero hermoso muy agradable casi no se veían personas, «era algo obvio». Pensaba en como sería mi primer día de clases y como sería mi nuevo colegio ya que no he tenido muy buenas experiencias, por el trabajo de mi padre nos hemos mudado un par de veces y por lo tanto me ha tocado ser la nueva más de una vez.

–Llegamos a nuestro nuevo hogar– dijo mi madre viéndome con una sonrisa en su rostro.

-Si,que bien- Dije con los ojos puestos en nuestro nuevo hogar.

La casa era de color blanco de dos pisos , un hermoso jardín al frente y por lo que me comentó mi madre un pequeño patio trasero. Sí, un cambio  drástico comparado al pequeño apartamento donde vivíamos.

Al entrar me di cuenta que era muy bonita y amplia, tenía una gran sala, un comedor muy elegante y una cocina muy hermosa;Me quede embobada con la casa.

-¡Elizabeth hija quiero mostrarte algo!- gritó mi madre desde las escaleras-, ¡pueda que te guste!

Cuando llegué a donde provenían los gritos de mi madre, me pareció raro lo ansiosa que estaba.

-¿Lista para ver tu nueva habitación?- preguntó con la mano sosteniendo el picaporte de la puerta.

-Está bien,  veamos mi habitación - dije con brazos cruzados mientras veía a mi madre.

Mi madre abrió la puerta y para mi sorpresa toda mi habitación estaba amueblada, las paredes pintadas de un blanco tiza con un árbol seco al que se le desprendían hojas de distintas formas en la esquina de la pared, la cama era enorme y la madera era de un color caoba, tenia dos mesitas a los lados del mismo color y en las paredes habían unos cuadros de diferentes dibujos abstractos.

Me quede con la boca abierta y no pude decir nada.

-Sabia que te gustaría, te conozco muy bien cielo- dijo con voz dulce y retirándose de la habitación.

Yo me quede parada recordando mi antiguo cuarto, era pequeño pero no me importaba así me gustaba. Al bajar de la habitación le pregunté a mi mamá como había sido posible que la casa estuviera amueblada si nosotros nunca habíamos ido a la ciudad.

-Tu madre tiene una amiga que es decoradora de interiores- dice mi padre- Y nos ofreció su ayuda para arreglar la casa sin la necesidad de que viniéramos- concluyó mi padre llevando una caja hacia la cocina.

–¿ Eso quiere decir que ya tenían tiempo planificando la mudanza?– pregunté evidenciando un poco de enojo en mi voz.

–Conoces el trabajo de tu padre, cariño- mamá se acercó un poco a mi–, todavía no era algo seguro, y estábamos esperando que le dieran luz verde.

Oscuridad Total ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora