013| Rarezas

109 26 2
                                    

Cerré la puerta y del otro extremo de la calle él se encontraba  recargado en su auto con un semblante poco amigable, estaba nerviosa por el echo de qué el estuviera frente a mí, habíamos  tardado  unos cuantos segundos mirandonos cuando en un abrir y cerrar de ojos había aparecido frente a mí.

—Te mueves o te muevo— soltó tajante.

Estaba sorprendida con la rapidez que tenía y a su vez con la forma en la que me había hablado.

—¿Disculpa?—pregunte confundida.

—Lo que escuchaste, te mueves o te…

—Escuche lo que dijiste—dije molesta—, y no hace falta… puedo moverme sola.

—Bien, entonces hazlo— desapareció de mi vista.

Al parpadear varias veces lo pude mirar en su posición anterior; cerca de su auto.

No sabía lo que me esperaba, había tenido que lidiar con muchas cosas y  mis nervios no están bien, caminé lentamente hasta llegar a él, abrió la puerta y entré.

Adentro pensaba que era lo que había desatado el mal humor de Askary, está vez no utilizó su velocidad por lo que había tardado unos cuantos segundos, estando a mi lado su semblante era uno serio y yo no estaba de humor para lidiar con eso, aparte no sabía a dónde me llevaba  por lo que mi mirada estaba puesta en las casa que desaparecían de mi vista.

No había tardado tanto en romper el silencio.

—¿Qué pasó?— preguntó molesto.

—¿Qué pasó de qué?— estaba muy nerviosa pero no quería que se notará.

—Sabes a lo que me refiero.

—No, no sé de qué hablas— mi mirada estaba puesta en la calle.

—Sabes muy bien de lo que hablo—sonaba molesto—, dime de una vez que fue lo que pasó.

Tenía la sospecha de que sabía algo de lo ocurrido la noche anterior pero no deseaba tener que darle ninguna explicación.

—Dime que pasó en el bosque anoche.

Está vez había quedado en shock, sabía lo que ocurrió, lo ¡sabía! Pero como, ¡acaso se la pasaba todo el tiempo acosandome!, Gire mi rostro para mirarlo y aunque se notaba sereno sus ojos estaban diferentes.

—¿Por qué piensas que yo tengo algo que ver con lo del bosque?

—Fui a corroborar lo que había pasado y tu olor estaba por todos lados, así que es mejor que me lo digas— dijo molesto

No quería responder a esa pregunta, recordar todo lo que había pasado me ponía demasiado mal y más el saber que pudo identificarme por mi olor. De un momento a otro frenó el auto de una manera tan ruda que casi me golpeó con el vidrio del auto, pero por suerte tenía el cinturón de seguridad.

—¡DEJA DE ESTAR JUGANDO ELIZABETH Y DIME DE UNA VEZ QUE FUE LO QUE PASO!—grito fuerte.

Golpeó el volante, pensé que lo ropería pero al parecer el golpe no había sido tan fuerte, estaba verdaderamente molesto, pero no entendía en realidad el porqué.

Primero no lo conocía, me había  metido  en este problema y encima me trata de esta forma, no quería llorar pero me sentía tan vulnerable, acorralada como un pequeño ratón a punto de ser devorado.

Deje de mirarlo y no pude aguantar más, lágrimas en una tonalidad rosa comenzaron a deslizarse por mi rostro y aunque me perturbaba no tenían  plan de detenerme, eran Muchas cosas acumuladas.

Oscuridad Total ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora