13. niñez.

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-Es la Sheriff.- dijo Edan asomándose por la ventana.




Mi corazón se detuvo y la sangre se me subió a la cabeza.




-Es broma.- dijo riéndose como si todo esto fuera un chiste.- Es Rachel.






El alma me volvió al cuerpo, Edan aún con una sonrisa en su rostro volteo a vernos y por mi rostro pudo notar que no había sido una buena broma.









-Solo quería aligerar el ambiente.- me dijo susurrando.






No me moleste por su broma de mal gusto, mi cabeza ya estaba procesando todo y encontrando una solución.





-Olvide que me dijo que vendría.- dije.







-¿Qué quieres que hagamos? – me pregunto Eider con un todo demasiado sombrío.





-Nada.- le respondí – solo irse, no puede verlos aquí.





-Bien, aún tenemos que deshacernos del cuerpo.






-Beth ¿Estás aquí?- volvió a decir Rachel tocando el timbre.




-Salgan por la puerta de atrás.- les dije.






Caminamos hacia la cocina para que salieran por ahí, Eider volteo a verme y me tomo de los hombros.




-¿Estarás bien sola?

Sus ojos no se apartaban de los míos.




-No estaré sola, Rachel se quedará.
Asintió con la cabeza y se apartó.


-No puedes contarle nada.- me dijo Edan. – Nada a pasado aquí.



-No lo haré.




-Recuerda, no es tu culpa.- me dijo Edan antes de salir.




-Te llamaré más tarde.- me dijo Eider.





-¿Quieres mi número?- le dije esperando que me diera su celular.





-No es necesario.- dijo y salió detrás de Edan.



En cuanto me quedé sola, me di unos segundos para respirar profundamente. No podía seguir llorando como una niñita, tenía que enfrentar lo que había hecho, ya no había vuelta atrás.


Caminé hasta la puerta y la abrí.



-Hasta que por fin, ya comenzaba a preocuparme. – me dijo entrando a la casa.






-Perdón estaba en el baño.



-Traje Sushi y comida chatarra para pasar toda la noche viendo netflix.- me dijo sentándose en el sofá.





Me acerqué a ella y me senté a un lado.






-¿Estás bien?- me pregunto.- Sé que la respuesta obvia es no, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.








-Gracias.- le dije dándole un abrazo.- Sé que he estado muy rara, pero prometo que el lunes estaré mucho mejor.






-Es normal que no seas la misma, por lo que pasaste es muy traumático.

Y además Asesine a Oliver.


-¿Qué película vamos a ver? – le dije cambiando de tema.




LOS DAGGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora