Addison
Logan me envío un mensaje para que estuviera pendiente porque ya iba saliendo de su casa y así lo hice, pero antes de salir tome una pastilla para la migraña, ya me estaba empezando a dar. Cuando ya salí Logan no había llegado, pero como 5 minutos después llegó.
—Hola—saludé sin mucho ánimo.
—Hola ¿Estás bien?
—Si, solo me duele un poco la cabeza—dije sin más.
—Bueno, cualquier cosa me avisas.
—Si.
Llegamos y cada uno se fue a su salón, las clases estuvieron muy lentas y aunque ya me había tomado la pastilla de todos modos me dolía un poco la cabeza.
Estábamos con las chicas en la mesa, ellas estaban hablando de no se qué, yo estaba leyendo un libro y tenía los auriculares puestos porque todavía me sentía mal, en ese momento sentí que alguien tocaba mi hombro
—Addison ¿Estás bien?—me preguntó Logan.
—¿Eh?
—¿Que si estás bien? por el dolor de cabeza de esta mañana y estás un poco pálida—Morgan me miró.
Oh no, dolor de cabeza y pálida. Se me bajó.
—¿Chocolate?— dije mirando a Morgan, esa es nuestra palabra clave para cuando se me baja el azúcar y ella me entiende de inmediato.
—Si, vamos—ella se levantó de golpe y nos dirigimos rápidamente al baño.
Voy a vomitar. Si lo haré
—Quiero vomitar—dije tapándome la boca con mi mano.
—No espera, come esto—me dio un chocolate y yo me lo comí de inmediato, tiene que hacerme efecto rápido.
Cuando volvimos a la mesa Logan seguía ahí, nos sentamos y yo tome de mi bebida.
—Sigues pálida—me dijo Logan en voz baja.
—Ya se me va a pasar—dije tranquilamente.
Me gustaría que de verdad alguien se preocupará así por mí. Pero esto es mentira.
—Ok, yo ya me voy tengo clase— se paró y me dio un beso en la mejilla y se despidió de las chicas con un gesto con la mano.
—¿Qué te pasa, por qué estabas tan pálida?-—me preguntó Olivia algo preocupada.
—No era nada, solo que no desayune bien—le respondí con una sonrisa.
No quería que nadie se enterará de que se me baja el azúcar así como así, solo lo sabia mi abuela, mi hermana y Morgan
—Ok, mejor vamos ya a clases— habló Morgan.
—Si.
Las clases acabaron y ya íbamos hacia la salida con las chicas, pero Erick y Arthur se nos pusieron enfrente cerrándonos el camino.
—Hola chicas—nos saludó Arthur con una sonrisa.
—Hola—devolví el saludo algo confundida.
—¿Qué hacen?—preguntó Erick.
—Eh, vamos a la salida—respondí.
—¿Y qué van a hacer más tarde?— preguntó Arthur.
¿Qué les pasa a estos chicos?
—Nada—las chicas estaban igual o más confundidas que yo.
—¿No quieren hacer algo con nosotros?
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No puedo aceptarlo ©
RomantikLibro 1 y Libro 2. La vida de Addison era común, no había nada fuera de lo normal en ella, su vida a veces podría llegar a ser la misma rutina de todos los días. Pero de un día para otro se verá fingiendo una relación con el capitán del equipo del...