Capitulo 10

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El camino fue en silencio porque sentía vergüenza por lo de hace un momento, Logan tampoco dice nada y va concentrado con la vista enfrente. Llegamos a la casa y bajé sin decir nada, tampoco me importo dejar la mochila en el auto, solo bajé y entré a la casa. Saludé a los que estaban en el salón que no me di cuenta quienes eran y subí a mi habitación a ducharme porque solo quería relajarme y editar las fotos, porque perdí tiempo en la conversación con Logan y David.

Me duché pero con lo distraída que estoy deje mi ropa interior en la habitación y me toco salir en toalla y meterme rápidamente a la habitación pero cuando entre Logan estaba recostado en mi cama.

—Bonita elección—agitó mi ropa interior que estaba entre sus manos.

—¿Qué te pasa? estas invadiendo mi espacio personal y además tomando mi ropa interior—dije molesta.

—Solo venía a traerte tu mochila y vi esto aquí—se encogió de hombros.

—Tenía la puerta cerrada idiota, entraste sin permiso, ahora lárgate de mi habitación.

—No seas grosera con tu invitado, Campbell—me hizo recordar cuando me llamaba así hace cinco años.

—Yo no te invite, así que vete— solo me sonreía—¡Lárgate!—le grité pero esta vez creo que estoy de un color carmesí por la rabia, pero eso al menos sirvió para que se fuera.

Cerré la puerta con seguro y me vestí para empezar a editar esas fotos, me puse una camisa grande con un pantalón de lana y me hice un moño ya que no me había lavado el cabello. Acomode mi computador en la cama y saqué la cámara de mi mochila, me acordé que Max me había llamado y por Logan no le conteste, así que lo llamé.

—Hola, princesa.

—Hola, amor.

—Te llamé pero no me contestaste.

—Estaba en mi nuevo trabajo y no pude contestar—medio mentí.

—¿Te dieron el trabajo?

—Si, hoy empecé y mañana firmo contrato.

—¿Por cuánto tiempo esta el contrato?

—No lo sé, pero hablaré para que sea temporal.

—Te notó como triste o cansada, princesa.

—No, solo que tengo que editar unas fotos para enviarlas mañana a primera hora y no he empezado.

—Entonces te dejo para que no trasnoches mucho.

—Vale.

—Te amo.

—Ujum—ni siquiera pude decirle que lo quería.

—Bien, adiós—me colgó.

Me dejo caer de espaldas en la cama y pongo las manos en mi rostro ¿Qué me pasa? no pude decirle que lo quería, él no se merece a alguien como yo, una persona que ni siquiera a llegado a amarlo porque sigue sintiendo cosas por el hombre que le rompió el corazón hace cinco años, cuando uno consigue a alguien que de verdad te ama y valora, no sabes aprovechar la oportunidad porque piensas en alguien que nunca dio nada por ti y que nunca lo hará.

—¡Pequeña!—llamaron al otro lado de la puerta.

—¡¿Qué?!—conteste de mala manera.

—Puedes bajar... ¿Estas bien?— abrí la puerta y Erick estaba ahí parado.

—Si, lo siento no quería contestarte de esa manera, solo que no era un buen momento.

—¿Pasa algo?

No puedo aceptarlo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora