Reto Marichat mayo

Día 17. "El amor no es para mí"

Este capítulo tiene referencias a toda la historia hasta este momento, pero los únicos que hay que leer obligatorios son el 14 y el 16.

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-Marinette, ¿por qué tienes una carpeta con fotos de Chat Noir en tu habitación?

Llevaba días huyendo de aquel interrogatorio, desde que había revelado a Alya su secreto con Chat Noir, que también había contado al resto de sus amigas para que no se sintieran excluidas.

Desgraciadamente, le habían tendido una trampa con forma de fiesta de pijamas en casa de Mylene. Y huir de aquello era imposible.

Era un interrogatorio en el mayor sentido de la palabra, incluso la tenían encadenada a una silla. Faltaba que Alya tuviera una pistola en las manos.

-Ya os lo he dicho, a veces me visita. Estuvimos jugando a recrear memes. ¿Puedo levantarme ya, por favor?

Las cuatro amigas se reunieron en un corro para debatir al respecto y luego volvieron a colocarse frente a ella.

- ¿Desde cuando pasa esto? -preguntó Mylene.

-Pues... Fue el día que fuimos al cine.

-No, déjame formular mejor la pregunta -pidió Alya-. ¿Desde cuándo recibes visitas de Chat Noir?

Esa pregunta era más difícil de responder. No porque no supiera el tiempo, sino porque sus amigas la matarían por ocultar algo tan grande.

-Y recuerda, mejor amiga, sabemos cuando mientes -añadió Alya.

-Está bien. La primera visita fue hace más de un año -Sus amigas mostraron expresiones de sorpresa, pero no interrumpieron-. Aquella vez simplemente necesitaba una amiga con la que charlar. Pero desde hace unos meses sus visitas han sido más habituales. Nos gusta pasar tiempo juntos.

- ¿Os habéis besado? -preguntó Rose.

-No.

Técnicamente no era una mentira, pues Chat Noir nunca había besado a Marinette.

- ¿Y estás triste por eso? -preguntó Juleka.

-No. -Esta vez no pudo infundir a su voz la misma seguridad.

- ¡Está mintiendo! -gritó Rose.

Volvieron a reunirse en otro círculo. Esta vez el debate duró más tiempo, aunque cuando terminaron sus expresiones eran más de expectación que de enfado.

-Últimamente nos hemos dado cuenta de que no tartamudeas tanto con Adrien -señaló Alya-. Pensábamos que te sentías más cómoda con él, o que quizá te gustaba Luka, pero ahora veo que confundimos el objetivo -Entrecerró los ojos-. ¿Qué sientes por Chat Noir? Una chica no hace memes de gatos con un chico por nada.

-Es un buen amigo, eso es todo.

Todas bufaron.

- ¡Esa frase es de Adrien! ¿Qué sientes por Chat Noir? -volvió a preguntar Alya-. Puede que no tengas mejor momento para aclararte, Marinette.

- ¡Me gusta! -gritó, estresada-. Me hace reír, me enseña a hacer bromas, me anima cuando estoy mal, me vuelve loca y me encanta -Sintió como sus mejillas se teñían de rojo. Bajó la cabeza incapaz de mirarlas-. Y tiene el pelo muy suave, y sus ojos son como dos bolitas de cera.

Volvió a alzar el rostro ante el silencio repentino de sus amigas. Todas la observaban con los ojos como platos y las bocas abiertas por la sorpresa.

-Estás enamorada de Chat Noir -dijo Rose, rompiendo el silencio-. ¡Marinette, eso es precioso! ¿Él lo sabe?

Negó con la cabeza.

-No, ni tampoco lo va a saber. El amor no es para mí, chicas. Mi vida ahora es complicada. No puedo arrastrar a Chat ni ponerme en riesgo a mí misma. Si las cosas fueran diferentes... Quizá se lo diría, pero no ahora. Os pido que mantengáis esto en secreto, si Hawk Moth se entera sería un desastre.

Esta vez sus amigas formaron el círculo con ella en medio para envolverá en un abrazo, intentando así animarla.

-No entiendo por qué tu vida amorosa siempre es tan difícil, pero aquí estamos para ti -dijo Alya.

Todas asintieron a la vez.

-Gracias, chicas.

-Tengo helado de chocolate -dijo Mylene-. Por si queréis llorar un poco.

Marinette rio, parecía que el interrogatorio había pasado a ser una intervención de sentimientos.

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Sabía que tampoco podía dejar mucho más tiempo de lado su conversación con Adrien, él también merecía una explicación. Se había mostrado algo más desanimado los últimos días, y Marinette sentía que era la culpable. Lo paró durante un descanso de clase para hablar con él.

-Oye, Adrien... Quería hablar contigo de algo -dijo nerviosa-. Es sobre algo que ocurrió hace unos días...

-Te sentiste incómoda en el cine, ¿verdad? Lo siento mucho. Nino y Alya dijeron que me lanzara un poco, pero me pasé de la raya. Nunca debí haberlo hecho.

-No, no fue tu culpa - insistió Marinette, sintiéndose culpable ella también por verlo tan apenado-. Es por mí, Adrien. Me siento halagada, pero no puedo tener una relación con nadie. Es algo complicado ahora mismo.

Pensó en Chat Noir y su dolor solo aumentó.

-No tienes que darme explicaciones, lo comprendo. Supongo que no puedes verme como algo más que un amigo.

-Te aseguro que no es eso. Adrien, yo... -Buscó las palabras con las que mejor explicarse-. Mi corazón está perdido, no sabe cuando algo es imposible y lo intenta pero no puede y... Duele. Prefiero dejarlo así.

La expresión de Adrien pasó a ser comprensiva y algo triste.

-Oh, comprendo esa sensación. Estar enamorado y que no se pueda... Si ese es el caso, yo te diría que no lo dejes ir. Si te quiere lo entenderá.

No tenía caso mentir, Adrien ya la había calado.

-Es difícil, hay demasiado riesgo y peligro... -se lamentó-. Él es genial, un poco tonto con sus chistes ridículos, pero me gusta su compañía igual que me gusta la tuya. A veces siento que sois la misma persona -bromeó. Los ojos de Adrien se iluminaron-. Pero eso no cambia nada, son sentimientos que debo olvidar. Contigo o con él, es la misma situación.

- ¿Puedo saber quién es él?

Parecía mucho más animado.

-Lo siento, eso es algo que prefiero mantener en privado.

-Claro -asintió-. Es entendible. Otra curiosidad. ¿Lo rechazarías si... se te declarara?

Esa era una pregunta para la que no tenía respuesta.

-No lo sé -respondió con sinceridad.

-Yo creo que no pierdes nada con darle una oportunidad. Por lo que dices, parece un chico fantástico, y seguro que también es muy guapo. Si de verdad se parece a mí, esperará a que aclares tus sentimientos.

Marinette frunció el ceño, no había esperado que la conversación acabara con Adrien animándola a tener un novio que no podía tener.

- ¿De verdad? -preguntó dubitativa.

- ¡Absolutamente! ¡Te ayudaré con él! ¡Todo irá genial!

Vaya, Adrien era más amable de lo que parecía, y eso que en su mente no se quedaba corto. Le sonrió con agradecimiento y regresaron juntos a clase.

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Adrien es muy inteligente: si no puedes estar conmigo te ayudo a conquistarme. Buena jugada la suya.

Mañana: Magia