Día 10. Rumores

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Marinette odiaba los rumores, especialmente si trataban sobre ella. En este caso era sobre Ladybug, pero al caso seguía siendo lo mismo. Alguien le había echado una foto abrazando a Chat Noir, y los rumores sobre ladynoir habían renacido después de mucho tiempo extinguidos. ¿No podía ni abrazar a su amigo? ¿Tan desesperados estaban todos de verlos siendo una pareja?

Alya era la más emocionada con aquello, por supuesto. Desde el principio los había shippeado, se autodenominaba a sí misma como la fundadora del ship. Si tan solo supiera, pensó Marinette.

— ¡Os digo que ese abrazo era demasiado personal! —insistió Alya.

—Son amigos, Alya. Los amigos se abrazan, no son pareja —dijo Marinette, cansada del tema después de no haber escuchado otra cosa en toda la mañana.

—Esto es distinto. Mira sus sonrisas de felicidad —le puso el móvil en la cara. Solo se veía la cara de Ladybug, y es cierto que sonreía, pero no porque estuviera enamorada—. Es la misma cara que siempre le ha puesto Chat a ella, pero ahora se han cambiado los turnos.

Marinette suspiró, era un caso perdido intentar convencer a Alya.

—Yo estoy de acuerdo con Marinette —habló Adrien, girándose para mirarlas. Marinette se tensó. Aunque había jurado olvidarlo y ya no la hacía sentir tan nerviosa como al principio, algunos sentimientos eran difíciles de suprimir—. Yo creo que un abrazo no dice nada.

—Ajá —exclamó Marinette, satisfecha.

— ¡Venga ya, siempre me has apoyado en esto, Adrien! —se quejó Alya—. ¿Por qué me traicionas?

—Yo te apoyo, cariño —dijo Nino en su defensa—. ¡Ladynoir canon!

Era cierto, Adrien siempre había apoyado el Ladynoir en ese tipo de debates. Pero parecía que había cambiado de opinión recientemente.

—Solo digo que no tienen por qué ser pareja, Chat Noir ha estado mucho tiempo enamorado de ella, tiene derecho a pasar página y encontrar a otra persona que lo haga feliz.

Alya hizo ademán de rebatir aquello, pero después cerró la boca. Era un argumento contra el que no podía luchar, así que decidió reiniciar la conversación por otro lado.

— ¿Y si Ladybug se ha enamorado de él? ¿Crees que Chat dejaría escapar la oportunidad?

—Puede que sí, puede que sus sentimientos por esa otra chica sean más fuertes. Claro que no soy Chat Noir, no puedo saberlo con seguridad.

Marinette se mantuvo en silencio durante toda la conversación, aunque con cada palabra sentía como se estremecía por dentro. No estaba enamorada de Chat Noir, para nada. Se habían acercado mucho con el tiempo, pero eran más como hermanos. Él ya no coqueteaba tanto como antes, al menos no con Ladybug, e incluso había dejado de lado la mayoría de sus apodos cariñosos.

¿Entonces por qué le molestaba la idea de que Chat pasara página con otra? Era lo que siempre había querido, él merecía ser feliz. Aquel rumor con Ladybug era completamente falso, pero algún día sería real con otra chica. Y dolía.

La profesora llegó a clase antes de que pudiera seguir pensándolo.

Se sintió un poco triste cuando Chat no la visitó esa noche. Había planeado preguntarle acerca de las novias, por mera curiosidad, e incluso le había preparado galletas. Tampoco la visitó la noche siguiente, ni las demás a lo largo de la semana. Puede que estuviera con su nueva novia, debía ser eso.

Cuando por fin lo vio, fue gracias a otro akuma. Decidió que debía aprovechar el momento, quizá con Ladybug si hablaría. Y sería mucho más fácil sacar el tema de los rumores.

—Oye, Chat —habló Ladybug, deteniéndolo un segundo—. Me he enterado de los rumores sobre nuestra relación, quiero saber que estás bien.

—Estoy genial. Son falsos, lo sé. No he querido hablar del tema para que no te sintieras mal.

—Oh , claro —rio ella—. ¿Todo bien, entonces?

—Todo perfecto, mi lady, mi corazón está latiendo más que nunca —tomó su mano para darle un beso en los nudillos y después se apartó—. Te veo en la próxima patrulla.

Ella asintió, aunque estaba segura de que se verían antes.

Esa noche por fin regresó a sus visitas habituales. Aunque Marinette no admitiría que lo había estado esperando, no pudo evitar soltarle una indirecta.

— ¿Qué es de tu vida, Chat Noir? ¿Tan pronto me has cambiado por otra? —bromeó.

—Para nada, no hay más princesas en mi castillo. He recibido la visita de unos familiares y no podía salir de casa. Y por cierto, aquel rumor sobre mí y Ladybug era mentira, solo somos amigos.

—Oh , vaya, ya esperaba recibir la invitación de boda.

—Para eso habrá que esperar unos años. Además, es más divertido comer galletas contigo.

Era la oportunidad perfecta para indagar acerca de la chica misteriosa, pero se contuvo. Sería doloroso tener la confirmación que necesitaba, y no tenía por qué indagar en su vida privada. Sus sentimientos tenían que seguir suprimidos.

— ¿Te gustaría ver La bella y la bestia? La tengo preparada en el ordenador.

— ¿De verdad tienes que preguntarlo? ¡Me apunto!

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Este capítulo va enlazado con el 11, que comienza donde termina este pero desde el punto de vista de Chat Noir.

Reto Marichat mayo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora