Día 6. Egipto

466 58 0
                                    

Admiró su trabajo hecho y suspiró, sentía que todavía le faltaba algo a aquel traje. El tocado de tela, bordado a rayas beiges y negras, quedaba perfectamente junto a la túnica dorada, pero sentía que era demasiado simple.

¿Quizá fallaban los símbolo de las mangas? No lo tenía claro, pero se había esforzado demasiado en coserlos como para quitarlos a esas alturas. Tampoco podía ser la túnica, la había diseñado lo más fielmente posible a la original.

—Me suele encantar que me admires, pero ese ceño fruncido me da miedo —comentó Chat—. ¿Me vas a decir que no estoy guapo?

—No me distraigas —lo regañó—. Estoy pensando en qué le falta al disfraz. No quiero parar hasta estar satisfecha.

Quizá el fallo fuera la máscara de Chat, que lógicamente no pegaba para nada con aquel atuendo, pero después lo descartó. Eso no importaba. Además, no es como si se la pudiera quitar, no expondría su identidad de una manera tan absurda.

Volvió a concentrarse en el tocado. Sí, era ahí exactamente donde estaba el problema. Era demasiado simple, tendría que revisarlo nuevamente, quizá añadir algún adorno o más color.

—Genial, ya puedes quitarte el disfraz.

— ¿Por qué? Me gusta ser un dios gato egipcio —bromeó.

—No quiero que se ensucie, vamos.

Temiendo que fuera muy bruto lo ayudó a quitárselo. Después lo dejó tendido encima de la cama con cuidado de no arrugarlo.

—Gracias por ayudarme en esto. Lo prometido es deuda, tendrás galletas gratis toda una semana.

Era un precio bastante justo por ayudarla con aquel concurso escolar. Tenían que representar una cultura antigua en la forma que quisieran, podía ser pintando, diseñando o incluso cantando. Ella había elegido Egipto por recomendación de Alya. Y por supuesto, lo suyo era el diseño, para lo que se había inspirado en los antiguos dioses egipcios.

—Me encanta hacer tratos contigo —dijo Chat—. Y a Plagg también, no creas que no lo agradecerá.

—Oh, seguro.

Tomó unas cuantas notas en su libreta y después fue a por el paquete de galletas. Lo había decorado especialmente con la pegatina de un gato.

—Ahí tienes. Si gano el concurso te compensaré con invitaciones gratis en mi panadería.

—Iré preparando el estómago, estoy seguro de que vas a ganar —De repente se mostró dubitativo—. ¿Puedo preguntarte algo? ¿Por qué me has pedido ayuda a mí?

—Porque nunca rechazarías galletas como pago.

—Eso está claro. Pero me refería a... Tienes un amigo modelo, ese tal Adrien Agreste, seguro que te hubiera ayudado mejor que yo —sonrió nervioso—. ¿Acaso estás enfadada con él? ¿Ha hecho algo malo?

—Claro que no, Adrien es un ángel —dijo enfadada de que hubiera pensado tal cosa—. Pensé en pedirle ayuda... Pero es que... —bajó la voz, como si temiera que alguien los escuchara. Chat se tensó para lo que fuera a decir— Está un poco cansado del modelaje. No lo dice en alto, pero basta con fijarte un poco en él para darte cuenta, no quería cargarlo con esto también. Por eso te agradezco mucho que me hayas ayudado, te debo mil galletas gratis.

Chat parecía casi avergonzado después de escucharla hablar. Después simplemente sonrió con ternura.

—Eres muy amable por preocuparte por él, pero estoy seguro de que Adrien te hubiera ayudado, Marinette —Su expresión volvió a ser la de siempre—. Pero por supuesto, si Adrien está cansado, no tengo problema en servirte de modelo, soy mucho más guapo que él. Todo sea por las galletas.

Sonrió y le entregó por fin el paquete de galletas.

—Por supuesto, todo sea por las galletas.

🐞🐞🐞🐞🐞🐞🐞🐞🐞🐞

Esta palabra ha sido un sufrimiento porque no tenía ni idea por dónde tirar 😂 pero al final me ha venido a la cabeza una imagen de Chat disfrazado de dios egipcio y ya todo ha fluido.

Mañana: Gato mimado.

Reto Marichat mayo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora