10

650 89 12
                                    

3/3

Kakyoin tenía tres costillas rotas y una de ellas había perforado su pulmón izquierdo, además tenía la fractura de su pierna derecha y por pura suerte sus manos se salvaron. Me hubiera sentido aun más culpable si sus manos se hubieran visto afectadas, aún no empezaba a trabajar en su plan de vida lejos de su padres y no quería que nada interrumpiera su futuro prospero.

Mi mamá trató de contactar a sus padres, sin embargo estos se negaron a venir a pesar de la grave situación de su hijo, nunca había visto tan enojada a mi madre les gritó por el teléfono que Noriaki los necesitaba y que eran unos egoístas, al final ellos terminaron colgando la llamada.
Mamá era la encargada de todo el papeleo, todo bajo el permiso de Nori.

Llevaba casi una semana en el hospital, al segundo día despertó y le acababan de quitar el respirador, no fui capaz de visitarlo, la culpa me carcomia poco a poco y me llevaba a la miseria, mi abuelo decía que Nori siempre preguntaba por mi pero yo no era capaz de verlo a los ojos, no quería que me odiara.
Yo me encargaba de decirle a los profesores el mejoramiento de Noriaki, el profesor Polnareff y el profesor Avdol vinieron juntos a visitarlo en varias ocasiones, esperaba que con ello Kakyoin se diera cuenta que a muchas personas nos importaba su bienestar.

Los doctores dijeron que duraría cerca de una semana más en el hospital pero que tomaría cerca de un mes su recuperación en casa, mamá había hablado conmigo, me había dicho que llevaríamos a Nori a nuestra casa y que ella se haría cargo de cuidarlo para que no estuviera solo en su hogar, pero eso era algo que Kakyoin debía permitirnos, no podíamos llevarlo sin preguntarle primero. Conociendo a Kakyoin aunque su dolor fuera demasiado fuerte se negaría a depender de alguien.

Era jueves, los doctores y enfermeras constantemente entraban a la habitación de Kakyoin. Nori sentía demasiado dolor y ya no podían darle más analgésicos, mi abuelo trataba de buscar otra alternativa para él pero los doctores le dijeron que no podían aumentar la dosis y que era peligroso para su salud. Después el doctor se fue y el viejo volteo a verme.

—Quitate tus miedos de encima y ve a visitar a Kakyoin, tal vez tú visita lo haga sentir mejor.

—Viejo, yo creo que con mi presencia podría sentirse peor. Siento que me odia por todo lo que le hice pasar, fui muy rápido en abrir mis sentimientos por él.

—Probablemente, pero lo importante es que ese pobre chico desde que despertó pregunta por ti. Kakyoin formó un lazo contigo Jotaro, pero siempre recuerda que en la enfermedad y en la cárcel se demuestran los verdaderos amigos y tú no estás haciendo nada por la persona que ha ganado tú corazón, alejarse no te ayudara de nada.

—Pero... ¿Y si me rechaza?, o peor aún ¿Si quiere que me aleje de su vida?.

—Pues vuelve a ganar su confianza Jotaro, Kakyoin es un buen chico no creo que haga todo lo que tú cabeza está imaginando. Así que si me permites y me vale que te enojes...

El abuelo me tomó por los hombros y comenzó a arrastrarme hasta llegar a la habitación 310, la habitación donde se encontraba él.

—Abuelo espera no puedo entrar así.

—Quise darte tú espacio estos días, pero llegué a la conclusión que necesitas afrontar la situación. No puedes seguir escondido y lamentandote.

El viejo abrió la puerta y me dejó a un lado, lo pude escuchar hablar con Nori y la voz suave de él quejándose por el dolor.

—Kakyoin, traje a mi nieto conmigo en esta ocasión.

—¿Viene Jotaro?, pensaba que ya no querría verme.

Feel The Same (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora