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—Jotaro, ¿Me ayudas?.

—Por supuesto, ¿Que necesitas?.

Últimamente le he tenido que pedir ayuda a la hora de moverme, despues de que me quitaran el yeso me convencieron que pasara con ellos la últimas dos semanas de recuperamiento.
Hoy era sábado, esta por finalizar los días que el doctor me dio de reposo en cama, ya podía caminar por mi cuenta, pero aún batallaba para levantarme.

El lunes regresaría a la escuela pero quería estar en casa para poder adaptarme a estar solo, la señora Holy me había convencido de ir a comer a su casa después de las clases en lo que me recuperaba totalmente y Jotaro me ayudaría en la escuela a la hora de moverme, por lo que estaría protegido de cualquier futuro accidente.

—Es que no me puedo levantar.

—¿Te duele algo?

—No, no me duele nada. Solo que no me puedo levantar.

—Espera, sostente bien.

Jotaro me tomó por los hombros y con mucho cuidado me recargo sobre su pecho para que me fuera más cómodo, me encantaba cuando hacía eso. Me sentía protegido pero era algo que posiblemente nunca le diría.

—Voy a comenzar a bajarte con cuidado, me dices cuando tus pies toquen el suelo ¿Esta bien?.

—Esta bien.

Con delicadeza fue inclinando su cuerpo hasta que mis pies tocaron el suelo, coloqué mi manos sobre sus hombros y alejé un poco mi rostro hasta quedar a la altura del suyo.

—Tocaron el suelo.

—¿Seguro?.

—No, no tan seguro.

—¿Quieres que te suelte?.

—No, no estoy tan seguro.

—¡Por Dios! Kakyoin me haces tener esperanzas.

Últimamente ha sido muy cariñoso conmigo, además de traerme dulces, me toma del brazo cuando camino y no se despega de mi hasta que vuelvo a sentarme, cuando termino de bañarme y estoy por secar mi cabello viene y lo hace por mi. Con pequeños y cariñosos toques sobre mi cabeza, cuando lo cepilla trata de jalar lo menos posible. Eran pequeñas acciones que me hacían querer estar más cerca de él. Por supuesto que quería seguir dándole esperanzas, por que yo también estaba creandome las mías.
Sin alejarme de él, bajé mis manos y las llevé a las suyas, él entrelazó sus dedos con los míos.

—Puedes.

—¿Puedo que exactamente?.

—Hacerte ilusiones.

—¿Qué?.

Probablemente era muy rápido, pero con todo lo que había pasado y todo lo que había descubierto mi corazón se dio cuenta que veía a Jotaro como algo más que un amigo, la diferencia era que todavía no estaba listo para aceptar una relación si es lo que él quería.

—Jotaro, yo aún no estoy completamente seguro de mis sentimientos. Sin embargo... creo que mi corazón ha decidido por mi.

—Estoy muy agradecido que tú corazón haya decidido, pero no quiero que te sientas presionado. Podemos ir lento Noriaki.

—Vayamos lento Jotaro.

—Puedo esperar todo lo que sea necesario Nori.

Jotaro se enderezó, mi cabeza quedaba a la altura de su cuello. Sentí como pasaba sus brazos por mi espalda, era un abrazo, un abrazo que no sabía que necesitaba tanto.
Por lo que pasé mis manos por debajo se sus brazos y me aferré a sus costados.
Permanecimos así por un buen tiempo.

Feel The Same (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora