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—Kakyoin, ¿Qué te pasó?

La señora Holy al llegar a casa notó los rasguños que adornaban mi rostro, Jotaro y yo estábamos en el sillón con mi cabeza encima de sus piernas mientras él me hacía masaje sobre mis sienes para tratar de calmar el dolor que poco a poco iba en aumento.
La señora Holy no quiso que me levantara, al contrario, se arrodilló frente a mi y puso pomada mientras regañaba a Jotaro por no hacerlo antes.

Las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro, la señora Holy las retiraba con cariño mientras Jotaro pasaba un brazo por mi pecho en una especie de abrazo, estaba siendo muy mimado por personas que me tenían aprecio.

—Tranquilo Nori, nosotros te vamos a cuidar.

—Estoy preocupado por mamá, la dejé con él aunque sé que sería incapaz de hacerle algo. Además, mando a investigar al señor Joseph, en verdad, disculpen las acciones de mi padre.

Jotaro puso más presión en su abrazo y besó mi sien. La señora Holy se levantó del piso y se sentó en el sillón  que estaba enfrente del nuestro.

—Kakyoin, no debes preocuparte por nosotros te aseguro que estaremos bien. Espero que pienses en lo que tu quieres hacer y en como quieres llevar la situación.

—Estoy de acuerdo con mi madre, preocúpate por ti. Nosotros estaremos siempre que tu nos necesites.

Seguimos con nuestra plática, en algún momento prendimos el televisor y apagamos las luces para ver una película.
Jotaro seguía con su abrazo y las caricias en el mechón de mi cabello, poco a poco mis ojos se fueron cerrando hasta que me quedé completamente dormido con la calidez de su hogar.

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Desperté en una cama que no era la mía y en los brazos de mi novio, era la primera vez que dormíamos juntos, sabía que no era su habitación puesto que reconocía las cortinas y los muebles del cuarto para invitados.

Como estábamos frente a frente pude notar como su cabello negro caía sobre la almohada, su ceño estaba fruncido y su boca un poco entreabierta.
Se me hizo fácil tocar la punta de su nariz con mi dedo, el hizo un movimiento hacia arriba cosa que me causó gracia.
Lo volví a hacer y repitió el gesto, a la tercera vez se movió tan rápido que se llevó mi dedo a la boca y le dio un mordisco, yo me quejé y le di un manotazo en su brazo Jotaro rió y bajó su cuerpo hasta que su cabeza quedó sobre mi pecho, después volvió a abrazarme.
No perdí la oportunidad de pasar mis dedos entre la mata de cabello que sobresalía.

—¿Crees que necesitamos levantarnos?, podría quedarme aquí todo el día.

—Podrías pero tengo que ir a ver a mis padres, las cosas ya se debieron calmar.

—Igual te acompañaré, por el momento no quiero que vayas solo.

Jotaro no volvió a hablar pero tampoco se movió, se había quedado dormido otra vez y me había dejado bajo la prisión de sus brazos, honestamente no me quejaba.
Al contrario, pasé mis brazos por su espalda y volví a dormir con él.

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Cuando regresé a casa la única persona que se encontraba era mi mamá, me vio con los rasguños en el rostro y me preguntó si estaba bien y si mi padre no había lastimado más mis costillas.

Al parecer él no espero más y regresó a su siguiente viaje, mientras mi madre decidió quedarse para pasar un poco de tiempo conmigo.

Hizo que Jotaro y yo nos sentáramos en la mesa y después ella lo hizo frente a nosotros.
Fácilmente se notaba la tensión en el ambiente bajé mi mano, la puse sobre la pierna de Jotaro, después él bajo la suya para entrelazarlas, mi madre pareció percatarse de ello.

—Bueno joven Kujo, ¿Me puedes decir como se portó mi hijo en tu casa?.

—Mi mamá lo quiere mucho, Noriaki nunca se ha mostrado grosero con nosotros.

—Ahora que lo mencionas, me gustaría hablar con tu madre un segundo, no sé si este dispuesta a hacerlo en este momento.

Apreté la mano de Jotaro, después giró a verme y asintió antes de soltar mi mano e ir a casa por la señora Holy.

—Noriaki, quiero que sepas que yo no estaré en contra de la relación que tengas con ese chico. Si tu padre no los apoya yo lo haré.
Eres la cosa más preciada que tengo en mi vida y el hecho de querer darte un futuro prospero hizo que me cegara y perdiera la relación que alguna vez tuvimos.

—Pero mamá...

—Permíteme terminar... te amo mucho mi niño y perdoname por no estar contigo cuando más lo necesitabas, estoy arrepentida por hacerte madurar demasiado rápido, deberías estar preocupado por pasar tus materias y tener citas con tu novio y no por mantener llena la despensa ó comprar un colchón inflable.
A pesar de que es nuestra responsabilidad te hemos descuidado, aunque no lo demuestre tu padre también te ama y espero que se de cuenta del hermoso hijo que tenemos.

—Pero mi padre me debe odiar, la pelea de ayer fue muy fuerte y no quiero que me dejen estar con Jotaro solo por interés.

—Yo no dejaré que tu padre le haga algo o busque algo con la familia del chico, es la única manera que tengo de poder remendar todo el daño que te hemos causado.
Noriaki, vive tu vida como a ti te plazca, siempre te apoyaré en cada uno de tus sueños. Perdóname por no decirlo antes mi vida.

Mi madre puso sus manos sobre la mesa en espera de que yo las tomara, eran muchos años de abandono que viví por parte de ambos, no estaba completamente seguro de todo lo que decía mi madre.
Ya no tenía miedo de abrir mis sentimientos con personas desconocidas, ahora tenía miedo de mostrarme ante mis propios padres.

No quería confiar en ella y luego se convirtiera en lo que era mi padre, ella vio y sintió como dudaba pues retiró poco a poco las manos de la mesa, su rostro era el de una persona que estaba siendo lastimada, él mismo rostro que yo llevaba cargando por años.

—Mamá, no estoy seguro.

—Y lo entiendo cariño, pero por favor no quiero que nos alejemos más. Me gustaría estar a partir de ahora en tu vida, tratar de recuperar todo el tiempo que hemos perdido.

—Solo dime algo, ¿Por qué ahora?.

—Después de ver el miedo en tu rostro al decirnos sobre tu vida me di cuenta que había sido la peor madre.

—¿Eso es un motivo?.

—Por lo menos para mí si, me di cuenta que otras personas se habían preocupado por ti en los momentos que yo debía estar, debí estar en todas las fiebres y dolores que tuviste en tu vida y sobretodo debí apoyarte en el momento en que estuviste en el hospital.
Eres mi hijo, y al ver como la madre de Jotaro te cuidaba y se preocupaba de ti, me sentí la peor persona del mundo.

Yo no quería ser el hijo malagradecido, no quería ser como ellos. Por lo que tomé sus manos y ella las llevó a su rostro.

—Mamá, vayamos despacio.

—Señora Kakyoin no se preocupe a mi hijo le dijo mismo.

No había caído en cuenta que tanto Jotaro como su madre estaban en la puerta de mi casa, Jotaro llevaba un plato con galletas y su madre un termo.
Él vino directamente a mi y se sentó a mi lado, había regresado mi tranquilidad.


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Feel The Same (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora