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Apenas terminaron las clases saqué a Jotaro del salón, le di mi maletín para que no se quejara, también agarré su mano y traté de caminar lo más rápido que mis costillas me permitieron. No hice caso de sus reprimendas, las chicas al verme con él decidieron no acercarse.
Lo llevé directamente a la parte de atrás de la escuela, donde los árboles eran tan altos y frondosos que nos permitían escondernos.

—¿Qué pasa Kakyoin?.

—Necesitamos hablar.

—¿Te molesto alguna acción mía?

—Jotaro, respecto a lo que paso hoy con las chicas... no me pareció que dijeras que yo era tu chico.

—Pero fue por la emoción del momento, es que no quería que te lastimaran.

—Y lo entiendo, ¿Pero qué hablarán de nosotros?.

A Jotaro pareció molestarle que le dijera eso, antes de hablar bajo su gorra, acción que podía interpretar como que la platica se tornaría aún más seria.

—No debemos preocuparnos por lo que hablen, nunca le daremos gusto a nadie, no todo lo que hagamos estará bien para el mundo. Son personas que probablemente nunca vamos a volver a ver en nuestra vida. Deja que las víboras hablen, lo importante es que nosotros sigamos viviendo como nos plazca.

—Pero Jotaro, pueden comenzar rumores...

—Probablemente, pero seremos el tema de conversación por unos días, después se olvidarán y encontrarán a alguien más que criticar. Ahora ven...

Jotaro abrió sus brazos y no dudé en ir hacia ellos, los abrazos últimamente se habian vuelto parte de nuestra rutina. Me agradaba el calor que su cuerpo me brindaba, pero me gustaba aún más la calidez que mi corazón sentía.

—Entonces Nori, ¿Te gustaría comenzar con nuestra relación?.

—Oye tienes un problema con la noción del tiempo, el sábado me dijiste que iríamos lento.

—¿Aún sientes que es rápido?.

—La realidad es que todo sucedió muy rápido, debido al accidente pasamos demasiado tiempo juntos y me di cuenta de muchas cosas...

—¿Buenas o malas?.

Todas eran buenas, había notado que Jotaro no era el chico callado que contestaba solo cuando se lo pedían, conmigo era diferente, cuando hablaba estaba atento de lo que le decía, cuando su madre me dijo que me daba su desayuno supe que era una persona preocupada por mi bienestar. Me gustaba que alguien cuidara de mi, no era un sentimiento de dependencia, no creía que lo fuera.
Me gustaría poder cuidarle y apoyarlo como él lo hace conmigo, poder seguir dibujando peces y tal vez trabajar con él en la embarcación con la que sueña. Incluso estaba dispuesto a hacerlo sin una paga.

—Jotaro, trabajemos juntos.

—¿Trabajar?

—Por supuesto, en tu embarcación.

—Pero si el trabajo ya lo tienes asegurado. Además aún no me has contestado mi pregunta.

—Por supuesto que en cosas buenas Jotaro.

—¿Necesitas más tiempo?.

—La verdad creo que ya esperamos el suficiente.

Jotaro cerró con un poco más de fuerza sus brazos en mi espalda, pero no tanto como para lastimarme, después escondió su cara en mi cuello. A pesar de que su gorra me molestaba no lo aparte.

—Trabajemos juntos Jotaro, no quiero solo recibir tu ayuda, también quiero dar y apoyarte en todo lo que me sea posible. Tengo muchas cosas que agradecerte, sin embargo no soy capaz de expresarlo con palabras. No sé si esto vaya a funcionar, pero trataré con todas mis fuerzas.

—Si te sientes inseguro hazmelo saber, podemos trabajar en ello.

Lo alejé un poco, solo lo suficiente para ver su rostro. Quité su gorra y me di la libertad de tocar su sedoso cabello negro, el tocó mi mejillas y todo se volvió demasiado personal.

—¿Puedo?.

—Puedes.

Su cuerpo se inclinó hasta quedar a mi altura, juntó nuestros labios en un cuidadoso toque, era nuestro primer beso y fue especial. Jotaro puso sus manos en mi cintura y yo puse mis brazos sobre sus hombros, el movimiento de nuestros labios se hizo aún más constante.

Nos separamos un segundo, los ojos de él aún seguían cerrados, me emocioné tanto que comencé a darle besos en todo su rostro, comenzando por la nariz, en sus mejillas, en su barbilla, al ver su ceño fruncido me puse de puntillas y  le di uno más en esa zona para después comenzar a reír.

Era de los momentos más felices que había vivido, Jotaro bajó sus manos y con una sonrisa entrelazó nuestros dedos, caminó fuera del instituto y fuimos directo hacia nuestras casas. Traté de safar mi mano sin embargo el mantuvo su agarre.

—Recuerda Nori, deja que las víboras hablen.

Todo el camino me llevó así, le pedí que me dejara sentar en el mismo escalón de la mañana para descansar un poco. Después retomamos nuestro camino.

Al llegar a casa no quería entrar, quería estar un poco más con él, después de todo era nuestro primer día.
Había salido en la mañana con la esperanza de que me fuera bien en la escuela y que el dolor fuera soportable y terminé con novio. Que vueltas da la vida.

—Vamos a mi casa Kakyoin, mamá nos espera para comer.

—Pero sueltame antes de llegar, no sabemos cómo puede reaccionar la señora Holy.

—Honestamente no creo que nos digan nada, mamá siento que ya lo sospecha y el viejo sabe todo, aunque no sé como se enteró.

—Tu abuelo es una persona maravillosa.

—Opino lo mismo, pero no se lo digas.

Entramos a su casa donde fuimos recibidos con mucho amor.


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Hola hola.💫❣
Oigan decidí actualizar antes y disculpen si fue corto 😔👊🏻.
No sé en qué momento esta historia cliché llegó al número, nuevamente no tengo palabras para agradecer su apoyo.
Gracias por leer, por apoyarme y sobretodo por confiar en mi 💓💫.
P.D: Nos vemos el lunes 🤠

Banco de críticas aquí jadjjasjjajdjajaj

Feel The Same (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora