IX. ¿todo estará bien?

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-Alex, cálmate, mírame por favor, tranquilo -Mike tomó mi rostro entre sus manos limpiando la sangre seca de mi labio con su pulgar

-vamos a encontrar a tus hermanos, ya verás -me vio directamente a los ojos, por alguna extraña razón, su mirada pasiva me tranquilizó por dentro, algo me dijo que todo estaría bien. Pero otra cosa me decía que ya todo se había ido al vacío, cerré los ojos con fuerza y hundí mi cara en su pecho

-¿cómo? Elizabeth no me dirá a quién, o cuando, ni mucho menos dónde... tengo miedo perderlos
-con mi mano hice puño su camisa aferrándome a él con fuerza, no quería verlo a los ojos, no podía.
Sentí que apoyó su mentón en la cima de mi cabeza y dejó soltar aire, con su mano frotó mi espalda tratando de tranquilizarme.

«"-me gustas...

-¡mis hermanos! ¡¿Mis Hermanos?! ¡Mike, Dios, mis hermanos, mi madre los ha regalado! -me levanté bruscamente mareándome un poco al recordarlo"»

Había sido una manera de zafarme, pero la verdad es que sí estoy preocupado y sí me preocupé, mucho.

-vamos a la comisaría, pongamos tu caso y dejemos que ellos actúen
-dijo Mike tomándome los hombros para que lo viese, pero yo seguía con mi cara hundida en su pecho, respiré con dificultad

-por dejar las cosas en manos de la ley fue que mi hermana murió...
-mi voz se quebró, sentí el pecho de Mike abatirse, esta vez con fuerza me obligó a que lo viese consiguiendo su objetivo, sus ojos preocupados chocaron con los míos

-¿qué? -preguntó atónito, desvié mi mirada

-mi hermana menor... la que seguía de mi .-cerré los ojos con fuerza al recordar-. Si yo no hubiese dejado que se fuese sola... .-volví a hacer puño mi mano sobre el pecho de Mike arrugando su camisa-. Ella jamás... -mi voz tambaleó y Mike tomó mis manos en las suyas, trató de encontrar mi mirada

-Alex, no es necesario que me lo digas si te lastima
-me dijo con voz preocupada

-lo que menos quiero es que te sientas mal por mi culpa, supongo que fue algo atroz, pero ésta vez, te prometo que vamos a encontrar a tus hermanos -dijo viéndome con cara de preocupación

-¿y si no es así? -pregunté por fin alzando la vista viéndole a sus ojos verdes, colocó su mano en mi mejilla y se acercó a mi, colocó su frente con la mía topando nuestras narices, me vio a los ojos

-confía en mi...

-susurró, el aire de sus labios cayó sobre los míos, sentí toda mi cara arder ante la cercanía de este, agaché mi mirada avergonzado y me alejé un poco.

En otra ocasión le hubiese gritado "¿¡pero tú quién te crees para hablarme o acercarte de esa manera!? ¡aléjate de mi idiota!". Pero no podía, estaba tan cansado y mi ánimo por los suelos que no tenía espíritu para gritarle o retarlo.

-vale... .-alcé la vista-. Pero si fallamos, te pediré un favor -enarcó una ceja

-no vengas a tratar de consolarme, no necesito la lástima de nadie -giré sobre mis talones y salí de mi habitación, caminé hacia la cocina y del cajón saqué mi inhalador.

No es un inhalador para asma, no es que tenga asma, es que aveces se me va el aire cuando me tenso o me pasan cosas de este tipo, tiene un medicamento para que calme, así como un tranquilizante, una droga «todos los medicamentos prácticamente son drogas» me siento un poco mejor y recupero la compostura y el aire, pero no me quita lo tenso.

Lo coloqué en mi labio y apreté de la cima soltando el spray helado en mi boca, respiré profundo y cerré los ojos, solté el aire diciéndome a mi mismo "todo va a estar bien". Algo tomó mi muñeca, Mike me hizo que me volteara.

Alex ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora