XVII. Tranquilo

532 45 214
                                    

~Narra Pato~

El timbre sonó y corrí a abrirlo, tenía todas las esperanzas de que fuese Alex, hace más de tres días no viene a casa, la última vez que lo vi fue cuando me pidió las llaves de mi coche y eso me preocupa.

Abro la puerta y me encuentro con una cara jamás conocida, ojos avellana y cabello rojizo, sus labios formaban una fina línea y sus ojos profundos me observan con firmeza, pero por alguna razón mi corazón se aceleró al verle.
-Eh... ¿puedo ayudarte? -le pregunté enarcando una ceja.

-¿está Alex? -preguntó al grano, alcé mis cejas y sentí como mis ojos se iluminaron.
-¿¡lo conoces!? -le pregunté con esperanza. Él asintió.

-¿sabes dónde está? Lleva días sin aparecer por aquí, ¿lo has visto? -le pregunté, frunció su ceño.
-Alex ha estado hospitalizado durante dos días... ¿no sabías?
-mi corazón comenzó a abatirse, ¿Alex? ¡¿Hospitalizado?!

-¡Qué! ¿Cómo? Yo... no, no sabía -mi voz comenzó quebrarse, ¿quién era este extraño? ¿De dónde conocía a Alex? ¿Y por qué Alex estuvo hospitalizado?. De pronto él pone sus manos sobre mis hombros y me obliga a verle a los ojos.

-Oye, tranquilo. Se ve que te has trasnochado por la preocupación, si me permites, ¿puedo pasar y explicártelo todo? -me preguntó viéndome a los ojos con calma, de alguna manera su mirada me tranquilizó, a lo que asentí y le dejé pasar.

~******~

Luego de que el chico, llamado Adrian, me contase toda la historia, ahora todo tenía más sentido.
-Pero es raro que Alex no esté aquí. -me dijo con preocupación.
-¿tienes su número de celular?
-le pregunté

-Lo he llamado muchas veces, pero no me responde. -dijo en un suspiro.
-Estoy preocupado. -dije mordiéndome las uñas.
-Sí... igual yo. Seguro se fue con Mike -murmuró algo que no pude entender, enarqué una ceja y lo observé, el me volteó a ver con desdén. Mantuvimos nuestras miradas fijas una con la otra, por alguna razón mi corazón comenzó a abatirse y a bombear más sangre de lo normal, en el rostro de Adrian se iluminó una pequeña sonrisa.
-Siento que te conozco... -dijo Adrian acercándose a mi, abrí los ojos de par en par.
-C-creo que te equivocas... -le dije colocando mis manos tras de mi apoyándolas en el sofá. Él me observó durante unos segundos, y luego alzó las cejas y me vio con intensidad.

-¿Pato... has estado en el Wintford Creek? -me preguntó, entonces mi sorpresa fue mayor, yo jamás había visto a este chico, ¿y... el si?. Son pocas las personas que saben que yo he estado en un hospital psiquiátrico.
-¿quién eres tú y como lo sabes? -le pregunté asustado, sonrió.
-No me recuerdas, ¿cierto?

-No tengo porqué. Jamás te había visto. -le dije, mis nervios comenzaron a aumentar. Rió levemente.
-¿seguro? -me preguntó acercándose a mi, debo admitir que su personalidad de superioridad se me hace conocida, y su mirada hace que mi corazón acelere, pero su rostro se me hace desconocido, puede que mi corazón le recuerde, pero mi mente lo ha bloqueado.
-Te estás acercando demasiado.
-le dije sonriendo nerviosamente.

-Fue lo mismo que me dijiste hace años en aquel lugar -me dijo a centímetros de mi rostro, fruncí mi ceño.
-¿Qué...? No, espera, no te conozco. -le dije levantándome de el sofá, pero él me imitó quedando frente a frente conmigo.

-Quizá esto te lo recuerde -me dijo poniendo sus manos sobre mis mejillas, se acercó lentamente, podía observar sus gruesos labios de un rosa intenso acercándose a mi, cerré los ojos con fuerza esperando su movimiento, pero sólo sentí un toquecito en la nariz.
Entonces mi mente explotó invadiéndome de recuerdos.

##

-¿y cómo te sientes al respecto? -me preguntó el doctor viéndome por encima de sus gafas.
-Supongo que bien, no he tenido más pesadillas -le respondí, él asintió y lo anotó en su libreta.

Alex ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora