XV. mala suerte

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Puede que la vida sea muy injusta. Puede que yo sea un adolescente con los sentimientos revueltos, pesando que me gusta alguien, pero en realidad me gusta otra persona, cuando la verdad es que únicamente tengo impulsos por hormonas, sin justificación alguna.
Pero hay una frase, una frase que recibí, y al recibirla, me di cuenta de que la había cagado. No me di cuenta en ese instante, me di cuenta hasta después, al recibir otro mensaje en mi celular, diciéndome con una hermosa sonrisa "la cagaste".
Sé que no me entienden, pero con esto, lo explico todo.

A eso de las tres«yo me encontraba en el estacionamiento esperando a Pato»recibí un mensaje, de Mike.

«Mike a las 3:14 Pm»
Me gustas...

«Alex a las 3:15 pm»
¿Eh, a que viene eso?

«Mike a las 3:15 Pm»
No me dejaste terminar por llamada, y sé que aquí, no me podrás interrumpir: "aprovecharé cada oportunidad que tenga para decirte que: me gustas." Y no descansaré hasta que por lo menos estés consiente de ello.

«Alex a las 3:16 Pm»
Eso no tiene ningún sentido, Mike.

«Mike a las 3:16 Pm»
Entonces lo diré hasta que lo tenga.

«Mike a las 3:16 Pm»
Me gustas.

«Mike a las 3:17 Pm»
Me gustas.

Comencé a ponerme nervioso y un poco histérico, no paraba de mandarme lo mismo, seguidas veces, cada minuto que pasaba era un mensaje nuevo con el mismo contenido, entonces me cansé, y el cansancio me llevó al enojo, y eso me llevó a tomar decisiones a la ligera, le mandé un mensaje.

«Alex a las 3:20 Pm»
Ahora no lo digas para mí, Mike, di que te gusto, pero dilo para ti, y repítelo hasta que lo creas.

Solamente me dejó en visto.
Y sentí un vacío, puede que haya sido muy duro con él, pero me estaba cansado su actitud de enamorado pendejo.

Luego de mi salida con Adrian, me fui a casa con Pato a eso de la seis de la tarde, al llegar, él me comentó que estaba muy cansado, así que me dijo que se dormiría temprano, ya que yo también estaba un tanto cansado por todas las trivialidades de el día de hoy, así que mientras él estaba lavándose los dientes, entré al cuarto de baño con él y me senté en la tapa del retrete.

Aunque luego se me durmieron las piernas, así que me levanté y me coloqué detrás de Pato, me sería tan pero tan pequeño a su lado.

Sentía mi cuerpo pesado, los párpados se me cerraban involuntariamente, jamás había tenido tanto sueño.
Pato estaba frente al lavabo lavándose los dientes, puse mi cara en la parte trasera de su hombro y cerré los ojos, su olor se impregnó en mi olfato, un olor tan cálido y amistoso[1]. Con todos los problemas y demás, he sentido a Pato como un hermano mayor, alguien en quien puedo confiar ampliamente.

-Pato... -dije entre su camisa, movió la cabeza para que siguiese hablando.

-estoy cansado... -le dije, entonces el se encorvó para adelante y escupió en el lavabo, por lo cual yo me quité de encima y me senté en la orilla de la tina.
-yo también, domingo es el día que más se llena en mi trabajo, ya que los críos que no tienen atención en casa, ni consolas, se van a la tienda a jugar toda la tarde con sus amigos haciendo turno, si es que al caso tienen amigos cercanos, porque la mayoría de amigos los hacen ahí mismo en la tienda .-dijo, se volteó y me vio a los ojos-. Te extrañaba mucho, ¿sabes?, y jamás me imaginé que llegaría a vivir contigo -dijo

-yo... también te extrañe supongo -le dije.

Oí mi movil sonar, así que me levanté.

Y es ahí, donde me di cuenta de que la cagué.

Alex ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora