XIV. Promesa

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-¡¿piensas salir así?! ¡Alex! tienes lastimada la pierna, no puedes andar caminando como si fueras... -Pato... -le interrumpí, me vio serio

-agradezco tu preocupación, pero es una junta importante, ¿vale?, quedé de verme con un amigo, y es importante... -le dije, ladeó el labio

-vale, pero yo voy de camino a mi trabajo, así que te pasaré dejando -me dijo, asentí

-¿de qué trabajas? -le pregunté poniéndome el abrigo, estaba comenzado a helar afuera ya que está comenzando mi época favorita del año; el invierno.

-soy pendiente en una tienda de videojuegos en el centro comercial de por aquí -me dijo, asentí lentamente

-¿crees que podemos irnos ya? -le pregunté, asintió frenéticamente

-solo déjame ir al baño antes -salió de la habitación, me senté en la cama un poco cansado, cuando justo cayó una llamada a mi móvil. Y esperé a que fuera Adrian, pero no.

«llamada entrante de Mike»

-¿si? -contesté

-¡Alex!, estaba comenzando a preocuparme por ti, ¿cómo te va? -me preguntó, sentí algo que recorrió mi pecho al escuchar su voz

-bien... -me limité a decir, no quería que se preocupase

-¿vendrás mañana a la escuela? -me preguntó, enarqué una ceja

-¿estás de coña cierto? si vuelvo a ir a esa maldita escuela me van a echar, además ya no paso el semestre, he faltado demasiado, pero mira el lado bueno, los profesores están felices sin mi -le dije

-yo no estoy feliz sin ti...
-escuché su respiración al otro lado de la línea, agaché la cabeza viendo mis pies.

-me haces falta... -dijo.

-para... -mi voz sonó más suave de lo que esperaba

-¿por qué? -preguntó
-porque me da vergüenza...
-hablé entre dientes

-no, no voy a parar, y aprovecharé cada oportunidad que tenga para decirte que...
-¿cómo está Camille? -no encontré otra manera de zafarme, lo oí suspirar

-bien... -respondió
-¿podemos vernos hoy?
-preguntó, abrí los ojos como platos

-es que... yo ya tengo... -y cuando estaba apunto de terminar la oración, recordé la última vez que también lo rechacé, suspiré y me llevé la mano a mi cabello

-vale... -mi voz sonó muy baja

-¡¿en serio?!... digo .-carraspeó su garganta-. vale, ¿dónde nos vemos y a qué hora? -me preguntó, rasqué mi nuca

-en el parque... a las cinco de la tarde -dije

-vale... veré si ahí puedo convencerte de ir de nuevo al instituto -me dijo, sonreí de lado

-Alex, ¿nos vamos? -apareció Pato por la puerta, le miré y asentí

-am... tengo que irme, hablamos luego -dije levantándome

-nos vemos luego -me corrigió, blanqueé los ojos con una sonrisa y le colgué.

Caminé junto con Pato hacia afuera y nos subimos en su coche.

-Alex... tenemos años de no vernos y... no hemos podido salir juntos -Pato encendió el coche, le vi de reojo.

Hice un sonido de estar de acuerdo.

-¿podemos salir hoy? -puso el coche en marcha y su mirada en la calle.

¿Enserio?, A todo el mundo se le ha ocurrido salir hoy conmigo, ¿acaso soy una celebridad o qué?.

Alex ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora