Capítulo 13 - Amistad perdida

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Es la mañana del lunes, había pasado mi domingo junto a Jackson. Luego de que me ayudara a levantarme, me quitara arena del rostro y que tocara de manera sugestiva mis labios, retrocedí nerviosamente.

—Gracias. —vi nuestras cosas en la arena —Creo que ya es hora de que te lleve a casa.

—Vamos al mar.

—¿Qué?

—Que nos metamos al agua. El agua fría será bueno para la resaca.

—No tengo traje de baño.

—Por favor, la ropa interior es como un traje de baño. Además no hay nadie, y prometo no estar de mirón. —él ya se estaba quitando la ropa pero su argumento no me convencía —Si no quieres está bien, dame cinco minutos, te invito a desayunar.

—Nunca mencionarás que me viste en ropa interior, ni siquiera en broma. —él sonrió —Promételo.

—Palabra de honor. —me saqué la ropa y se me quedó viendo —Mierda, si que pareces una modelo de Victoria's Secret.

—Dijiste que no mirarías.

—Bueno ya, perdona. —comenzó a caminar al mar para dejarme sola.

Lo seguí al agua, estaba más fría de lo que deseaba pero se sentía bien. Pasamos media hora tonteando en la playa y fuimos a desayunar, terminamos pasando toda la tarde juntos hablando, paseando y terminamos en mi casa viendo películas junto a mis madres.

Ahora desperté en el departamento de papá, esta semana tocaba pasarlo en su casa ya que donde vivimos ahora no está tan cerca como en Nueva York. Abro mis ojos y me estiro por toda la cama, veo mi cuarto vacío y sin nada, sin fotos, ni una capa de pintura o algo que le de vida al lugar. Ya había pospuesto mucho el pintar mi habitación, le dije a papá que sí o si para el fin de semana eso sería un ítem de la mudanza terminado.

Me levanto de la cama, busco la ropa que dejé preparada en una de las cajas de mudanza. Es un jean azul claro, unas zapatillas blancas y un suéter tejido a mano por mi abuela, color beige. En el pelo no me quiero hacer nada, solo lo peino y me lo arreglo un poco con las manos. Salgo de mi cuarto y voy a la cocina, veo a papá muy concentrado cocinando unas tostadas con huevo mientras escucha música. Me acerco a él por atrás y lo asusto un poco.

—¡Buenos días!

—¡Dios mio Olivia, casi me matas! Buen día cariño.

—Mmm ... huele riquísimo.

—¿Puedes tomar el jugo a la mesa y el café?

—Claro. —olí el aroma a tostadas recién hechas —Como me gusta que hagas los desayunos. Tus tostadas salen al punto justo, a mamá siempre se le quema y terminamos con cereal.

—Es que Nora se distrae mientras cocina. —pone las tostadas en un plato —Ya está, ve a sentarte a la mesa.

Me siento en la mesa que está junto a un ventanal muy amplio. A papá le encantan los edificios que tienen departamentos luminosos. Trae dos platos pintorescos y deliciosos, se sienta frente a mí y me mira comer por unos segundos hasta que ve el placer que siento al probar un bocado de la comida.

—Está muy bueno pero ya lo sabes.

—Me gusta tenerte aquí.

—A mi me gusta también. —sonreímos.

—¿Ese es el suéter que te hizo mi madre? Ya empieza un poco el frío.

—Sí, me encanta. Es super abrigado, grande y suave.

—Se ve cómodo.

—La extraño.

—También yo.

Seguimos comiendo tranquilamente y en silencio, levantamos la mesa al terminar de desayunar. Voy a mi cuarto, me pongo perfume y un poco de maquillaje. Salgo de mi cuarto y papá ya está parado en la puerta con mi mochila, sus llaves y las mías en las manos.

El efecto de la chica nueva (+18🔥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora