chica x chica
Estaba muy nerviosa, llevaba trabajando en la obra meses, muchos meses, y la fecha del estreno había llegado. Me paseé por los camerinos, llenos de chicos y chicas poniéndose sus trajes y vestidos de la época victoriana y repasando las últimas líneas de su guion. Todos menos ella, la chica con más talento que jamás he conocido.
Ya llevaba su vestido, de seda roja con un provocador corsé negro que hacía ver sus pechos muy apetitosos. Se suponía que la mala de la obra debía ser una mujer mayor y fea, pero en cuanto vi a esa hermosura supe que debía estar en mi proyecto. ¿Me arrepentí varias veces de la decisión en los ensayos por su... desagradable carácter? Puede ser. Pero esos roces hicieron que viera a mi bruja una chica increíblemente sexy.
Toqué en su puerta y ella me dejó pasar. Estaba sola, vestida y sentada en un sillón leyendo alguna novela de miedo. Al estar algo estirada, sus pechos se veían más voluptuosos, y el vestido se le había subido dejando sus muslos al descubierto. Sus muslos y un liguero.
Joder no puede ser más sexy.
-¿Necesitas algo directora? - La última palabra la dijo con cierta burla que, lejos de enfadarme me provocó. La miré directamente a los ojos, y me encontré con una mirada llena de lujuria tras sus pestañas.
-Lo mismo que tú, ¿o me equivoco preciosa?
Con una sonrisa ladina en sus labios carmesí, me señaló que me acercase a ella, para después cogerme las solapas de la americana y empezar a besarme. Estaba en una posición bastante incómoda, aguantando mi peso en los brazos del sillón, así que sin dejar de besarla la alcé y me la puse encima, a horcajadas. Nos separamos para respirar apenas, y en un rápido vistazo pude ver como, al estar con las piernas abiertas, su ropa interior quedaba al descubierto.
Ella se movió encima mío, reclamando mi atención, pero en vez de besarle los labios ataqué su cuello, dando besos, mordiscos y lametones que hacían que suspirase de placer. Una de mis manos seguía agarrándola de la cintura bien fuerte, pero la otra reptó a sus muslos y subió hasta su ropa interior. Desplacé la tela, y me encontré ese delicioso coño depilado y húmedo que llevaba tanto tiempo deseando.
Tracé círculos suaves alrededor y encima de su clítoris, hasta que insoportablemente caliente ella me cogió del pelo, me separó de sus pechos y me ordenó que le diese más. La mano de su cintura subió a su cuello, que acaricié antes de volver a besarla con fiereza mientras metía un dedo en su ardiente interior. Tuve que morderle los labios para que no gimiera, no sería plato de buen gusto que los demás actores supieran que tenía una favorita.
Desesperada, ella se movía encima de mi mano, deseando más, así que introduje otro dedo, y otro más, hasta que sus gemidos eran casi incontrolables.
Cuando estaba cerca de correrse, alguien llamó a la puerta y gritó a través de la madera que en cinco minutos salíamos a escena, así que la agarré del cuello y me la follé más rápido, acariciando su punto G sin cesar, hasta que en un gemido ahogado se corrió sobre mí.
Que delicia.
Dejé que respirara unos segundos encima mío, y cuando recuperó el aliento le ordené que se acicalara un poco y que si hacía bien el papel, la compensaría esa noche.
Y desde luego que la compensaré.
¡Hemos vuelto!
Muchas gracias a todos los que habéis seguido leyendo, y a todos los que habéis comprado el libro con toodos los demás relatos que he escrito. Iré reescribiendo este segundo volumen, y como siempre acepto peticiones, siempre son bienvenidas.
DÉMOS COMIENZO JUNTOS A ESTA SEGUNDA EDICIÓN DE DULCES PECADOS 🤩🤩🤩🤩
Nos vemos pronto <3
-M.Black
ESTÁS LEYENDO
Dulces Pecados
RandomEstamos acostumbrados a ser juzgados por nuestros gustos, fetiches... pero ¿Qué más da lo que piensen? Aquí puedes leer todo tipo de relatos, con todas las preferencias... Duro. Caliente. Salvaje. Dulce... Te atreves? (disponible vol. 1 en amazon)