𝗜𝗡𝗘𝗙𝗔𝗕𝗟𝗘 ㅡ Kim Seungmin, en el centro del huracán. Todo el mundo señala a aquel con quien discuerda, pero pocos se detienen a buscar verdaderos motivos para hacerlo. Siempre hablan sobre "la calma después de la tormenta", pero nadie se cues...
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Algún día nos volveremos a encontrar en el mismo lugar
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Miércoles, 15 de agosto de 2018
Lamentablemente, las nubes que inundaban el cielo la noche anterior no se habían marchado, sin dejar pasar los rayos de sol. Pero la oscuridad del paisaje no fue ningún inconveniente para que los jóvenes disfrutaran al máximo de la celebración que habían improvisado por el cumpleaños de Nami. De nuevo, Felix se encargó de hacer un delicioso pastel, dejando a todos asombrados con su sabor y su mano para la repostería.
Por la tarde el cielo se esclareció un poco, y se animaron a ir hasta la playa, a ver el último atardecer que verían en ese pequeño descanso que se habían tomado de la vida ordinaria. El día siguiente era el último, y no lo querían aceptar, pero echarían muchísimo de menos la playa Daecheon, la casa de los tíos de Seungmin, y todos los buenos momentos que habían vivido como una verdadera familia.
- No quiero irme - habló Jeongin. Estaban sentados en los pareos enormes que habían puesto sobre la arena. El tono anaranjado sobre sus cabezas iba oscureciéndose-. Ojalá se detuviera el tiempo y nos quedásemos aquí para siempre.
- Ha sido una experiencia increíble - continuó Nami, mientras acariciaba la espalda del pequeño-. Gracias, Seungmin, por invitarnos, y gracias a todos en general por las sorpresas para nuestros cumpleaños - Changbin asintió y agradeció de la misma manera.
- Os lo merecíais. Todos - Seungmin se rascaba la nuca, tímido-. Soy yo el que debe daros las gracias a vosotros. Pero no entremos en ese tema de nuevo.
- No es por ser de ese tipo de personas, pero... - Jisung se cruzó de piernas al empezar a hablar.- Creo que este viaje nos ha venido bien a todos. Y no me refiero solo por desconectar, también porque hemos podido aprender cosas nuevas sobre los demás, y sobre nosotros mismos.
- Eso es cierto, nos ha cambiado para bien - la chica de pelo corto apoyó lo que había dicho su pareja-. Por ejemplo, he podido reencontrarme con una faceta de Haru que hacía muchos años que no veía. Siempre actuaba de manera fría cuando iba y le abrazaba, con suerte me lo devolvía. Pero ahora es ella la que comienza el contacto, tolera el skinship y, en general, se deja querer. Y no solo conmigo - la nombrada sonrió, con las mejillas coloradas. Sí, este grupo de personas la había hecho mejorar.
