¿Me veré en la oscuridad? Voy a abrir mis ojos ahora mismo
Miércoles, 15 de agosto de 2018
- Jisung, elige prueba o verdad - Changbin le contestó, animado, teniendo algo planeado para ambas opciones.
- Verdad. Estoy cansado para hacer una prueba ahora mismo.
- Okay. ¿Quién de los aquí presentes crees que tiene más sex-appeal?
Nami se revolvió en su sitio. No por miedo a que no la escogiera a pesar de ser su pareja. Ella era la primera que lo sabía, no era para nada sexy. Pero tenía algo de miedo por el nombre que podría decir. Esos pensamientos la tenían muy tensa. Haru la vio desde lejos, forzándose a no decir nada para no levantar sospechas en los demás.
- Mmm... Pues... - analizaba todos y cada uno de los rostros, y levemente los torsos de los hombres. No diría a las chicas para no sexualizarlas, pero después cayó en que si decía a cualquier otro, también lo estaba haciendo. Al final, escogió un candidato.- Vale, no quiero que esto se malinterprete. Especialmente por ti, Nami.
La miró a los ojos y pudo notar su mandíbula tensa. Ya estaba comenzando a enfadarse, y él no entendía el por qué. Aún no había hablado, ¿qué había pasado para que reaccionara así? Cada día que pasaba estaba más cansado de la situación, y más confuso. Suspiró antes de seguir.
- Pero bueno, como decía, no quiero que malinterpretéis lo que digo, pero hay que estar un poco ciego para no darse cuenta de quién es el ganador - volvió a repasar a cada uno de sus amigos-. Aunque bueno, ahora que lo pienso mejor... Hay más candidatos. Pero me quedaré con el primero. Siempre dicen que lo primero que piensas es lo acertado, así que... Creo que esa persona es Minho.
La sala se quedó en silencio. El chico mencionado mantenía su característica mirada fría sobre los ojos del menor. ¿Se había ofendido? ¿Se sentía halagado? Jisung no lo podía saber, pues esa mirada no transmitía absolutamente nada.
Haru, por otro lado, podía escuchar la sangre de su mejor amiga hervir dentro de sus venas, o su corazón estrujarse y romperse en siete mil pedazos. O quizá una mezcla de ambas. Pero le asombró ver como Nami controlaba su temperamento y las emociones que mostraba en esos momentos, manteniendo un rostro neutro e inexpresivo, igual que el de los demás. Estaba pasando desapercibida de manera excelente. Aunque Haru rezaba por que fuese obra de su madurez y no de su faceta de buena actriz.
- Eso no ha sido muy heterosexual de tu parte - comentó Felix tranquilamente, haciendo estallar en carcajadas a todos los presentes.
- Haru, tu turno - habló Chan aún riéndose-. ¿Prueba o verdad?
- Me animo con una prueba, aunque tengo mucho miedo.
- Perfecto. Te diré la prueba que había pensado para Jisung - bramó Changbin, casi levantándose del sitio-. Cada uno escogerá un número, y por sorteo, a quién le toque, tendrás que bailar para él o ella.
Haru frunció el ceño ante la idea. No tenía toda la confianza en ella misma para hacer eso.
- ¿Un baile? Pero yo no sé bailar sexy.
- Yo no he dicho que fuera sexy - habló el mayor, mirándola fijamente, con una sonrisa burlona-. Pero ahora lo será.
Haru miraba al suelo con los ojos apretados, rezándole a todos los dioses para que les cayera un rayo en el tejado y se fuera la luz de la casa, o para que mágicamente todos cayeran dormidos y así ella se pudiese librar de la prueba que parecía más bien un castigo para avergonzarla.
Con un sorteador de internet, sacaron un número aleatorio después de repartirse del uno al nueve. El número que había salido era el ocho.
Christopher. Bang Chan. Channie. El australiano levantaba con timidez su mano. Veía la incomodidad en la cara de la chica y no podía sentirse de otra manera que preocupado por ella. Mientras los demás traían una silla y abrían espacio, él se acercó a la muchacha que parecía desistir de la mismísima vida.
- Recuerda que podemos parar si no quieres hacerlo.
Haru lo miró fulminante, apenas sin mover su cabeza para verlo de frente. Tomó la botella de Vodka abierta en la mesa cerca suyo, quitándole el tapón.
- Go hard or go home.
Le dio un trago al alcohol puro. La colonia le bajó hasta el estomago como una bola de magma, pero ya le daba igual. No iba a quedar de mojigata ante ellos, no era la típica niña tímida y rajada que todo el mundo había creído siempre que era. Si le retaban a hacer algo, lo hacía a la perfección.
Y sí, bastante perfecto fue, porque todos se quedaron boquiabiertos al ver esa nueva faceta de su callada compañera. De nuevo, la imagen de alumna ejemplar se había ido al garete. De todos modos, ella nunca fue una de esas.
Con una confianza que ni ella supo de donde salió (probablemente del shot de Vodka de hacía escasos segundos atrás), se acercó a Chan, tieso como un palo sentado ya en la silla. Hizo un pequeño lap dance, posicionando las piernas alrededor de sus caderas y se fue sentando lentamente, con cuidado de no dejar su peso sobre él, evitando así un mayor contacto que seguramente estaba incomodando al mayor.
De un ágil y sexy movimiento con el cuello, su largo cabello se movió al compás de sus movimientos, haciéndose a un lado, a la par que movía levemente las caderas.
Pero llegó el momento de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, y muerta de vergüenza con el rostro colorado como un tomate, se dejó caer sobre su pecho, cubriéndose las mejillas con las manos. El chico no reaccionaba, se había quedado mirando un punto fijo en el horizonte. Ambos escuchaban ruido de fondo, pero por sus estados de trance no podían identificar las voces. Haru se inclinó hacia el lado, escurriéndose de los muslos del mayor hacia el suelo, llegando con un sonoro golpe. Varias manos la fueron a rescatar, pero ella solo quería fundirse con las baldosas y desaparecer de la faz de la tierra por tres millones de años.
Había pasado un buen rato en el que no captó nada de lo que ocurría a su alrededor.
Haru, lo hecho, hecho está. Afronta la vida como si nada hubiese ocurrido. Si actúas como que no pasó nada, ellos creerán lo mismo.
Con esa basura de autoconvencimiento, se arrastró por el suelo hasta el círculo que habían formado de nuevo. Estaban charlando y riendo. Nadie se había tomado nada en serio, por suerte.
- ¿Jugamos otra ronda? - preguntó Minho, sorprendentemente animado.
- Vale, pero recordadme que no escoja ni una jodida prueba - habló Haru como si acabase de volver de una guerra.
- Yo me voy a ir a dormir - Jeongin se levantó y estiró su espalda, visiblemente cansado-. Creo que ese veneno está empezando a causar estragos. Buenas noches.
- Yo igual.
Sin decir nada más, Hyunjin siguió al más joven escaleras arriba mientras los demás continuaban la fiesta.
~17052021
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「 水 」INEFABLE
Fanfiction𝗜𝗡𝗘𝗙𝗔𝗕𝗟𝗘 ㅡ Kim Seungmin, en el centro del huracán. Todo el mundo señala a aquel con quien discuerda, pero pocos se detienen a buscar verdaderos motivos para hacerlo. Siempre hablan sobre "la calma después de la tormenta", pero nadie se cues...