Maldición de coles - Parte 1

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A Carol le estaba costando abrir la puerta de su casa. No veía muy bien y se le hacía difícil atinar con Paula prácticamente colgada de su cuello quejándose y resoplando.

-Pau, cariño, yo también estoy cansada pero así no puedo abrir la puerta.- Justo al decir eso consiguió meter la llave en la cerradura.

-Estoy agotada - Paula suspiró entrando y dirigiéndose directa al sofá. Sus gatas se acercaron a ella para recibir mimos pero no tardaron en irse a hacer Dios sabe qué.

-Estoy deseando que llegue ya el puente, no aguanto este ritmo de rodaje.- Carol dejó las llaves en el mueble de la entrada y se dirigió a sentarse también en el sofá.

-Ya ves...no sé ni cuántas secuencias hemos hecho hoy, no puedo más. Y encima aún tenemos que seguir estudiando. - Paula esperaba a Carol con los brazos en alto para que se recostara en su abrazo. La morena sin vacilar se puso cómoda en su pecho.

-Bueno, al menos para mañana no tenemos tanta cosa... ¿Qué hora es? ¿pido ya la cena?- Carol se movió para levantarse pero los brazos de la rubia reaccionaron apretando con más fuerza.

-Noomm... quedémonos así un ratito más - Ronroneaba con los ojos cerrados.

-Por mí perfecto - Carol se acomodó y cerró también los ojos.

Ambas estaban tan cansadas y tan cómodas que sin pretenderlo se quedaron totalmente dormidas durante casi una hora. Carol sintió que comenzaba a babear sobre Paula y esa sensación la despertó. Con apuro se limpió la barbilla y comenzó a retorcerse.

-Nos hemos dormido- susurró.

-Uff qué gustito, lo necesitaba.

-Va, ahora sí voy a pedir la cena. - Salió con pereza del cobijo de la rubia y fue a buscar el teléfono para llamar al restaurante. - Si quieres puedes usar tú el despacho. Ya me quedo yo aquí o me voy a la habitación.

-¿Seguro? ¿No te importa?

-Esta semana lo he usado más yo... ya te toca. Además, sé que tienes secuencias complicadas, puedes estudiar tranquila allí.

-Gracias, te lo compensaré. - Paula sonreía desvelando sus intenciones.

-Pues estoy tan cansada que no sé si quiero que me compenses.

-¡Querrás! - sentenció con firmeza y le dio un beso intenso. - Pero ahora toca estudiar.

Golpeó la puerta con delicadeza a modo de anunciarse y sin esperar respuesta abrió lo justo para asomar la cabeza. - Ya ha llegado la cena, ¿te tomas un descanso?

Paula mordía un subrayador concentrada en las hojas que tenía delante. - Acabo con una cosa y voy.

Carol cerró la puerta y se dispuso a poner la mesa. Solían cenar en el sofá pero ese día prefería usar la mesa. Tenía ganas de desconectar charlando tranquilamente, quizá con alguna canción de fondo. Estaba intentando elegir una playlist cuando Paula salió hablando por teléfono.

-Ya pero me da igual, iré a verlo igualmente... ya pero necesito algo pronto... ¿y qué quieres que haga?- Paula miró a Carol mientras escuchaba lo que le decían al otro lado de la línea - eso no, al menos de momento. Tú dile que iré a ver el piso y ya está... vale, te dejo que vamos a cenar... ¡Que sí! Gracias, adiós.

Carol no sabía con quién hablaba pero imaginaba de lo que se trataba. No quería tener esa conversación así que prefirió no hacer caso. - Quería poner música tranquila pero no me decido. ¿Pones tú algo y yo traigo los platos?

-Sí, claro.

Cogió el móvil para conectarlo con los altavoces mientras Carol se iba a la cocina. Pasando por su lado le dejó un beso en la mejilla y Paula sonrió ampliamente, quedando hipnotizada viéndola alejarse. Minutos después volvía a aparecer en el salón con los platos en las manos ya servidos con la cena. Paula ya se había encargado de la música y, al verla, se acercó a ayudar a la morena con lo que traía. Dejaron los platos en la mesa y se sentaron a cenar.

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