XXIV

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Con Sasuke las cosas no podían ir mejor y los planes de abrir una clínica psiquiátrica ya no eran solo planes, era una realidad.

Sasuke se había encargado de todo lo legal, Ino era dueña del 50% y yo dueña del otro 50% además de contar con apoyo estatal para poder llegar a todas las personas sin importar sus recursos.

La inauguración sería en una semana y había enviado invitaciones a las cinco personas más especiales de mi vida, Tsunade por supuesto, Sasuke, Temari, Matsuri y Gaara.

Una llamada a mi teléfono me sacó de mis pensamientos.

-Hola Temari – dije de inmediato - ¿Ya llegó tu invitación? –

-No puedo creerlo – decía entusiasta – aún recuerdo cuando me lo contaste como una idea –

-¿Vendrás? – pregunté esperanzada de verla –

-Por supuesto que sí, Gaara y Matsuri no vendrán ¿me podré quedar en tu apartamento? -

-¡Claro que puedes quedarte conmigo!–

-Está bien, te veo pronto –

Temari cortó la llamada y volví al trabajo, a mis últimos días en el hospital. Reuní mis cosas en una caja y miré algunas de las fichas de mis pacientes con nostalgia, espero nos puedan seguir a nuestra clínica con Ino, allí contaríamos con más especialistas y la atención sería más personalizada.

Sasuke vino por mí al hospital, algunos días lo hacía e íbamos a su apartamento o al mío, era asombroso, además de que cuando lo fui a ver a su oficina me presentó con su secretaria, una señora de 40 y pico años, como su novia.

-Temari vendrá a la fiesta de inauguración y se quedará en mi apartamento unos días – le dije emocionada – La extraño tanto, comparé vino, helado, galletas y todas las porquerías que comíamos cuando se venía a quedar a mi casa o bueno más yo a la de ella – dije riendo mientras recordaba a mi yo de 18 años –

-¿Ya compraste tu vestido? – me dijo Sasuke con una media sonrisa –

-Iremos con Ino el sábado después de mi clase de arte, ya solo me quedan un par y Sai dice que he avanzado muchísimo respecto de mis primeros dibujos –

-¿Me los mostrarás? –

Sasuke había insistido en que le mostrara mis primeros dibujos pero le había dicho que aún no era el momento, porque su rostro adolescente había sido mi inspiración.

-Puede ser que pronto – le sonreí –

Él solo sonrió y encendió el auto y nos fuimos hasta su apartamento.

-¿Cuándo pintaras otro cuadro para mí? – dijo Sasuke observando la pared vacía de su sala –

-Puede ser que pronto – volví a repetirle con una sonrisa – Ya tengo uno, es similar al de tu oficina solo que ya no estás rodeado de azul, hay dorado también –

-Creo que me gustará – dijo él con una media sonrisa –

Sasuke era maravilloso, en serio, ahora que observó todo en retrospectiva no puedo creer las cosas que me dijeron que él aunque tampoco los culpo por decir todas esas cosas.

Cuando recuerdo las palabras de Ino, al decir que Sasuke no era una persona a la que se podía ver siento que es imposible que hablara del Sasuke que yo conocí, ese chico que va por mí al trabajo, que canta y baila Queen conmigo en mi apartamento, que cocina la cena para mí, no, no puede ser esa persona de la que todos me decían que me alejara.

-¿En qué piensas? –

-En lo genial que eres –

Sus ojos se abrieron sorprendido y un pequeño sonrojo se asomó por sus mejillas, esquivó mi mirada de inmediato.

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Sentimientos Conectados [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora