XXIX

1.2K 158 24
                                    


Llevaba un mes sin saber absolutamente nada de Sasuke, había vuelto a desaparecer de la faz de la tierra, las únicas personas que sabían de él era Naruto e Itachi que trabajaban con él.

Izumi solía escribirme de vez en cuando, incluso me había reunido con ella a tomar un café y le había explicado todo, estaba sorprendida, sin poder creerlo. Hinata igual intentaba obtener información de Naruto y decirme pero aunque la curiosidad me mataba, había decido dejarlo.

Además la clínica consumía todo mi tiempo, Ino y yo siempre tenías que quedarnos más de la cuenta para verificar la agenda de las citas y los nuevos pacientes.

-Estoy agotada- dijo Ino – pero a la vez tan feliz, es tan gratificante –

-Me siento igual – dije recostando mi cabeza en la mesa –

Ino tomó mi mano y le sonreí, estaba preocupada por mí desde que lo que habíamos dejado con Sasuke.

-Estoy bien – la observé a los ojos –

-Sé que lo estás –

Volví a casa caminando como de costumbre, aunque la clínica quedaba un poco más lejos que el hospital seguía prefiriendo caminar y para eso encendí mis audífonos.

Me detuve en el supermercado a comprar algunas golosinas, últimamente estaba demasiado antojada de cosas dulces y aunque me alarmé un momento pensando que podía ser un embarazo, había quedado descartado luego de un test negativo.

Llegue a casa y me quite los zapatos, tenía energía así que decidí que iba a pintar. Me senté frente al bastidor blanco y no supe que hacer...Sasuke había sido mi inspiración tanto tiempo que ahora mi lado artístico se sentía vacío.

Tomé el lápiz y sobre la tela comencé a pintar una pequeña rama con flores de cerezo, la rama tenía forma de S y el fondo sería azul y dorado. Decidí que era lo que le entregaría a Sai también como trabajo final para la exposición del otro mes.

No sé cuántas horas estuve sentada pintando, pero estaba finalizado y por primera vez desde que Sasuke se había ido lloré, lloré fuerte, porque siento que jamás volveré a ser la misma otra vez.

Él me había tocado tan profundo, yo también era azul pero él me había pintado de dorado y ahora que se había ido es como si no pudiera continuar, pero tenía que hacerlo y por esa razón esta pintura seria sobre mí.

Las flores eran rosas pero tenían manchas azules y doradas, era lo que Sasuke había dejado en mí, ahora yo tenía que ser fuerte, tomar eso y continuar.

La pintura se llamaría "Luz del día" porque iba a continuar, tomaría este dolor que había dejado la partida de Sasuke y avanzaría con lo bueno que él había dejado en mí.

Ni siquiera tenía fuerzas para ir a la cocina a cenar, fui directamente a la cama, me sentía devastada pero sé que la vida continúa y que debo dejarlo ir.

Volví a caminar por el mismo camino de vuelta a casa, siempre escogiendo el más largo así llegar a casa más cansada y no pensar tanto.

Pasé al supermercado pero no por cosas dulces, sino por una botella de vino, bueno dos y volví a casa. Me di un baño y me coloqué pijama, saqué una copa de vino y coloqué la playlist más deprimente que pude encontrar.

Bebí la primera copa, la segunda y después de la cuarta deje de contarlas. Hubiese deseado tener una cajetilla de cigarrillos, sería más dramático.

Tomé mi teléfono y fui hasta el contacto de Sasuke, salía conectado hace poco, 10 minutos.

Decirte adiós fue una mierda, casi una muerte por mil apuñaladas.

Estoy borracha pero no lo suficiente porque mañana será otro día en el que no estarás conmigo.

Volví a llenar mi copa de vino y la bebí de un sorbo, mi teléfono vibró.

¿Estás bien?

Comencé a reír mientras leía el mensaje de Sasuke.

No puedo fingir que estoy bien cuando no lo estoy.

Te sigo viendo en todos lados, lo único que compartimos fue esta ciudad.

Sasuke me respondió de inmediato.

¿Estás borracha?

Su maldita pregunta me hizo reír.

Mi corazón

Mis caderas

Mi cuerpo

Mi amor

Estoy intentando encontrar una parte de mí que no hayas tocado.

Te di demasiado Sasuke

Y nada fue suficiente.

Pero sí, estaré bien Sasuke, solo es una muerte por mil apuñaladas.

Arrojé mi teléfono lejos enojada conmigo misma por haberle escrito a Sasuke, él me hacía débil y lo odiaba. Me serví otra copa de vino y la bebí hasta sentirme horriblemente mareada, intenté levantarme del sofá pero me caí golpeándome fuertemente en la cara y brazos y sí que había dolido.

-

-

-

-

-

-

¿Votos? ¿Comentarios?  

Sentimientos Conectados [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora