ENGAÑADA POR UN JEQUE

CAPITULO 19

Soy consciente de lo que pasó la noche anterior, y me decepciono de mí mismo por lo que hice, pero ya no hay vuelta atrás, lo que está hecho, hecho está, y debo de asumir las consecuencias como el hombre que soy, el desespero y la ira de no tenerla me cegaron totalmente, Ambar está aún dormida en el sillón del despacho, solo espero que no se haga falsas esperanzas conmigo, porque no va a obtener más de mí, solo fue lo que paso anoche y nada más.

Me acerco hasta donde está ella para despertarla, necesito que salga de aquí, ya casi es hora de que coja su turno en la recepción y no quiero que nadie vea que estuvo aquí, así que la muevo y ella empieza a despertarse.

— Buenos días

Ella abre los ojos y apenas me ve, eleva una sonrisa, se nota que está feliz de verme, pero esa sonrisa no le va a durar mucho.

— Quiero que te levantes y vayas a tomar puesto de trabajo, hace más de una hora lo debiste de tomar, y recuerda que hay trabajadores de empresas importantes que se hospedan aquí, y no hay alguien que los atienda, así que vete ahora mismo.

Ella me mira con furia en sus ojos, y sé que es por la manera cruel que me expreso ante ella, pero no se merece siquiera mi respeto.

— Zamir, permíteme estar un momento más contigo, ella se levanta y viene hasta a mí, empezándome a acariciar, toma mi miembro en sus manos, pero no puede esperar que reaccione como en la noche, porque no estoy tan borracho para permitir que me vuelva a tener.

Suelto sus manos de manera brusca, no esperaba esa reacción, no estoy feliz de tratarla de esa manera, al fin de cuentas es una mujer, pero no puede esperar más de mí.

— No deberías de tratarme de esa manera Zamir, ¿Te olvidaste tan rápido de lo bien que la pasaste la noche anterior?, ahora soy tu mujer.

Río, porque parece un muy mal chiste lo que ella me dice, nunca va a ser mi mujer y se lo voy a dejar muy claro.

— Creo que estás muy equivocada Ambar, primero que todo soy tu jefe, y como tal me debes respeto, así que no me tutees, segundo nunca vas a ser mi mujer, lo que hiciste fue que viniste hasta mi despacho y me abriste las piernas, yo solo tome lo que me viniste a regalar, además estás aquí, porque tu familia te echo, no recuerdas que los deshonraste, acostándote con otros hombres por dinero, así que olvídate de lo que paso, y pasa página, porque yo ya lo hice.

Ella levanta la mano para golpearme, pero logro detenerla antes que lo logre.

— Quise ser amable contigo, pero no estás queriendo que las cosas sean de esa manera, así que te largas ya mismo del hotel, no te quiero ver más, creíste que por el hecho de que nos acostáramos, yo pediría tu mano en matrimonio, ese lugar está para otra persona, y nunca serás tú.

Ella se ríe, y parece que no entiende muy bien la situación en la que se encuentra.

— Pues yo creería que deberías cambiar de opinión, y no menospreciar los deseos de una mujer, porque cuando nosotras queremos algo luchamos por ello, y yo te quiero a ti, por eso nuestro encuentro fue grabado, y si no me haces tu esposa, el video va a recorrer todos los emiratos árabes, y diré que me utilizaste, que me prometiste matrimonio, pero después que me tuviste, me echaste de tu vida, vamos a ver qué dirá tu padre, cuando hagas quedar mal el nombre de tu familia, él ya ha pasado mucho con lo de tu hermana, otro problema y creo que lo mataría, no trates de buscar el video porque este lo tiene otra persona, que también se beneficiara mucho de él.

La tomo de su brazo y la echo de la habitación, cierro la puerta y no puedo creer como se complicó mi vida, desde que Sophie llego a esta.

Anoche, tome a Ambar porque mi pene quería estar dentro de ella, creyendo que era la mujer que se llevó mi vida, que sus senos eran los que tocaban mis manos, que era ella la mujer que tome ahorcadas y puse encima de mí, que era su cuerpo el que se movía de arriba, abajo, y que sus senos se movían al vaivén de este, mientras yo chupaba sus pezones y mordisqueaba con delicadeza, a ella que es la única mujer que le he hecho el amor, que era sus palabras las que susurraban en mis oídos mi nombre, con mi miembro dentro de ella, la tuve dentro de mí, hasta que no quedara ni una sola gota de mí dentro de ella, con su imagen siempre dentro de mi cabeza.

Yo hubiera dejado todo por ella. Desde que la conocí, no he querido ser el sucesor de mi padre, y con gusto le dejaría mi puesto a Alim, si eso haría que Sophie me perdonara, pero si esa grabación existe y llegará a estar en manos de Sophie eso nunca pasará, ¿hasta dónde puede llegar la ambición de Ambar?. Mando a revisar las cámaras de seguridad del día de ayer, y logro ver cuando ella aprovecha las primeras horas del día, para instalar la cámara, también logro observar que cuando mientras yo dormía, ella salió del despacho con algo en las manos, lo que supongo que es la cámara, sigo revisando hasta que veo ella sale del hotel, y hay un auto en la entrada esperándola, veo que se la entrega y logro observar quien es la persona a la que ella se la da, y ahora tengo muchas más ganas que antes de matarlo, y planearé mi venganza.

La inauguración del hotel fue todo un éxito, deje todo tal cual como Sophie lo planeo y lo ordeno a sus empleados, no cambie absolutamente nada, porque quería que ella supiera que sus deseos son órdenes, y siempre va a ser así, aunque este lejos de mí, siempre cuidaré de ella, no la perderé ni un segundo de vista, donde ella este, yo estaré, para donde ella mire, nuestras miradas se cruzaran, ella va a ser mi de nuevo, y esta vez para siempre.

Hace un par de días estoy en New York, he seguido cada uno de sus pasos, he tratado varias veces de encontrarme con ella pero no ha sido posible, nunca está sola, siempre va acompañada de sus amigas, pero lo que me sorprende es que nunca la he visto con su novio, estoy seguro de que paso algo entre ellos y sé quién me lo puede decir, Zahira. Lo único malo es que desde que volvió, mi padre la encerró, no ha dejado que la veamos, y tampoco quiere decir donde la tiene, ahora sé que de saber, lo que realmente pasaba por la mente de mi padre, y de sus planes para con ella, la hubiera apoyado totalmente, sé que está en embarazo, y mi padre no quiere que él bebe nazca, pero yo no lo voy a permitir así sea hijo de Nicholas, no voy a permitir que nada le pase.

Llego al museo con ganas de verla lo más pronto posible, sé que está por llegar, va a tener una gran sorpresa, cuando vea el collar que me devolvió, y entienda su significado, solo muero por verlo en su cuello.

Sophie llega al museo y desde que pone un pie en este, ningún hombre le quita la mirada a ella y a sus amigas, mi hermano que está a mi lado, empuña sus manos al ver a su esposa sin entrar en sus brazos, pero es innegable que ella es la más hermosa de todas, su vestido rojo, deja su espalda al descubierto, lo mismo que las piernas que desearía en este momento, ese envolvieran en mi cintura, veo que el hijo del alcalde se acerca hasta a ella, y le da un beso en la mejilla, trato de acercarme hasta donde están, pero Omar no me lo permite, porque sabe que sería capaz de golpearlo, pero esta será la última vez que toca a mi mujer.

Ella se acerca hasta la vitrina donde está el collar que le obsequie y me devolvió, cuando abre los ojos, sé que se debe de estar preguntándose que hace aquí, pero lo entenderá cuando le expliquen la importancia de este en mi familia, y mucho más cuando me vea, pasa un camarero y tomo un vaso de whisky, camino hasta estar al otro lado de la vitrina, justo al frente de ella, decido acercarme más a ella, pero alguien me detiene veo que es Ambar, no sé qué hace ella aquí, solo sé que no traerá nada bueno cuando al oído me dice que la tome por la cintura, o da la orden que el video sea revelado, hago lo que me pide, nunca dejando de mirar a Sophie, veo que ella sale casi corriendo y le hago señas a los chicos que la sigan, tomo a Ambar de los hombros, más duro de lo que quisiera, pero sin importarme.

— No hagas que nunca más puedas volver a Dubái, en estos momentos me tienes en tus manos, pero no va a ser para siempre, y si sigues siendo un obstáculo en mi camino, no me va a importar nada quitarte de este, así que ándate con cuidado, y dile a mi primo que lo estoy vigilando.

La dejo ahí parada y voy en busca de Sophie, mi hermano me dice que está en el baño del tercer piso, y que las chicas están afuera esperando que salga, le digo que las entretengan mientras voy a hablar con ella, cuando bajo veo que los chicos están haciendo lo que les indique, mi hermano está enfrascado en una conversación con su esposa, y Omar obtiene una cachetada de Susan, aprovecho la situación y escucho a Sophie en uno de los cubículos, abro sin siquiera pedir permiso, y la veo sentada en el piso, ella se sorprende al verme.

— ¿Qué haces aquí?, ¡Vete, no te quiero verte más!, ¿No te basta con todo el daño que me has causado? ¡Déjame en paz!

Me importa una mierda, lo que dice la levanto del piso, y me la llevo en mis hombros, salgo de aquí con ella, escucho los gritos de sus amigas detrás, pidiéndome que la suelte, pero no lo haré hasta hablar con ella, y dejarle clara la situación, si después de esto no me quiere a su lado la dejaré ir para siempre.