CAPITULO 5

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Siento sus manos por todo mi cuerpo, empuja su lengua dentro de mi boca, haciendo que la abra para darle un mejor acceso a esta, sus besos los siento como si me los estuviera dando allí, justo en mi botón del placer.

— Vas a ser solo mía Sophie, ese estúpido de tu prometido nunca va a saber que se siente tenerte de nuevo.

Él es el único hombre que me ha llegado a excitar de esa manera, sabe dónde tocarme, que palabras decirme para tenerme rendida al placer.

Cada vez que escucho sus palabras en el oído, con ese acento árabe me siento mucho más húmeda, es que es demasiado excitante escucharlo hablar, que me susurre palabras sucias en mi oído, hace que mi cuerpo se caliente al nivel de parecer que estoy cerca de un volcán.

Siento que baja mis tangas y sus besos se van desplazando hacia mucho más abajo, cuando llega a mi ombligo pasa la lengua por este, luego la siento sobre mi clítoris, lo empieza a chupar y a mover su lengua como si se le fuera la vida en ello, mi placer se acrecienta aún más cuando en ocasiones lo mordisquea suavemente, empiezo a gemir y siento que voy a llegar a mi culminación.

— ¡Sophie! ¡Sophie! ¿Qué te pasa cariño?

Siento que me están dando unos golpecitos suaves en mi cara, así que me levanto un poco sobresaltada, veo al hombre que tengo al lado y no es Zamir, era solo un sueño, el ver a Marcos a mi lado me hace volver a la realidad, de tener que casarme con él, como sea tengo que evitar volver a ver a ese hombre, le voy a pedir a la junta de socios que no acepten ese contrato, igual aún no se ha firmado así que no nos puede llegar a implicar asuntos legales.

— ¿Estás bien? Estabas un poco inquieta.

Me pone la mano en la frente, para medirme la temperatura, cree que estoy enferma, si supiera que lo que estoy es excitada por haber soñado con otro hombre, las cosas serían diferentes.

— No mi amor, no te preocupes estoy un poco estresada por la publicidad del hotel, tenemos muchas campañas que entregar, no sé en que estaban pensando tú y mi padre cuando se postularon para esa campaña, no niego que puede ser bueno para la compañía, solo que es mucho trabajo.

Me siento demasiada frustrada y enojada, sé que él no tiene la culpa de que esté así, porque el único culpable es ese árabe que vino a atormentar mi vida, así que para que no vaya a pagar Marcos mi frustración, me levanto de la cama y voy directo a la ducha, me doy un baño de agua lo más fría posible y así continuar mi rutina con la cabeza despejada, eso me puede ayudar un poco.

Cuando salgo, Marcos está haciendo el desayuno, lo abrazo por detrás le doy un beso en la espalda, y noto que está muy tensionado, no me mira, ni dice nada, solo sigue cocinando.

— Ve al comedor, ya te llevo algo para que comas, y luego nos vamos a la oficina, hoy es la entrevista con los modelos para la campaña así que no te demores.

De camino a la ducha se detiene, me mira con cara de reproche, lo que me hace sentir mal, presiento que sabe algo, o simplemente mi subconsciente me está jugando una mala pasada, el cargo de conciencia es como una cruz pesada que debes de llevar a cuestas, esa es la consecuencia de las malas decisiones, y yo debo llevar la mía, me siento una cobarde por no decirle lo que paso el día de mi cumpleaños.

— No sé qué te está pasando, pero desde tu cumpleaños, te noto un poco rara y distante, si no quieres ir a Dubài, no estas obligada a hacerlo, voy hablar con tu padre para que logre que la junta no acepte el contrato tal y como quieres, además no me gusta ese hombre, y mucho menos la manera en la que te miraba cuando estaban en la oficina, así que entre más lejos estés de él es mejor, porque la próxima vez que vea que te mire de la manera como lo hace, no lo voy a permitir.

ENGAÑADA POR UN JEQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora