CAPITULO 8

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Respiro el aire de Dubái, trate por todos los maneras posibles de evadir este viaje pero no me fue fácil, a última hora uno de nuestros mejores clientes quería finalizar nuestro contrato, así que mi padre decidió quedarse en la compañía y me toco viajar sola hacia esos ojos negros que me acechan hasta en mis pensamientos y sueños, es que los veo por todos lados, decido cambiarme la ropa que llevaba puesta antes de aterrizar, y me coloco ropa de la que llevo normalmente en la oficina, quiero marcar un límite entre los dos, y él se dé cuenta que no vine por ningún viaje de placer, y que se entere de que mi trabajo me lo tomo muy en serio, saco del bolsillo del traje que llevo puesto el anillo de compromiso que me dio Marcos, hace dos días que no lo llevo puesto, porque me sienta demasiado mal llevarlo, después de todo lo que he pasado con Zamir, pero ahora lo siento como mi escudo que marcara la distancia entre los dos.

Salgo del aeropuerto y veo que se acercan dos hombres.

— Señorita Sophie, venimos de parte del señor Zamir y tenemos la orden de llevarla al hotel.

— De acuerdo, veo que a su jefe les gusta contratar a los hombres de negro ¿Tiene una agencia secreta de la que debería saber?

Ellos dos se miran entre ellos, y rio porque sé que no entienden lo que les quiero decir.

He venido varias veces a Dubái, y es una ciudad hermosa, me encanta su cultura, sus mercados, el aroma del mercado lleno de especias, he estado instalada en los mejores hoteles del mundo, así que este debe ser magnifico porque Zamir va a tener una enorme competencia.

A medida que me acercaba más hacia mi destino, me ponía más nerviosa, y cuando llego siento mi corazón en la mano, llevo varios días sin verlo, y saber que lo voy a tener frente a frente, empiezo a temblar de pies a cabeza, respiro profundo para calmarme, y entrar en el papel de mujer fría y calculadora e indiferente, todo lo contrario del efecto que ese hombre causa en mí.

Entro al hotel, y quedo demasiada sorprendida, no puedo dejar de mirar para todos lados porque es espectacular, es moderno, elegante las lámparas que cuelgan son enormes y hermosas, es de todo mi gusto.

Me voy acercando a la recepción y veo que él está allí esperándome, observándome detenidamente, y en lo único que yo puedo pensar es que ese hombre es demasiado sexy y tentador, esos ojos negros qué son mi perdición me escanean como si estuviera dentro de una máquina de rayo láser, estoy segura que se debe de estar imaginando que llevo puesto, debajo de toda esta ropa.

— Buenas tardes, señor Zamir.

Me acerco a él y le tiendo la mano, él la toma y la acerca hasta sus labios y me da un beso en ella, mi cuerpo reacciona de manera inmediata sintiendo cosquillas en mi piel, son tantas las ganas y el deseo que existe entre nosotros, que nuestras miradas no se apartan ni un solo momento, hasta que la chica de la recepción nos interrumpe, y no me mira de muy buena manera, parece que alguien está enamorada del jefe y eso me pone demasiada celosa.

— Señorita Sophie ¿Y el señor walton? esperaba verlo con usted.

— Mierda, y ahora resulta que soy la señorita Sophie, no sé si me lo dice porque están empleados a nuestro alrededor, o también ha decidido tomar distancia entre los dos.

— Señor zamir, mi padre Tuvo un inconveniente con un cliente, pero cuando él logre arreglar el asunto, toma el primer vuelo hacia acá.

La recepcionista me da la llave, y otro de los empleados dice que me va a acompañar a la habitación, camino unos pasos en silencio y trato de probar algo y decido llamarlo por su nombre.

— Zamir.

Veo que le gusta que lo llame por su nombre, porque voltea con una sonrisa en la cara, y sé que ese formalismo que ha tenido conmigo es solo una fachada.

ENGAÑADA POR UN JEQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora