CAPITULO 16

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 ZAMIR

Empuño mis manos, con muchas ganas de golpear a Omar, está teniendo relaciones con una de las amigas de Sophie, esto me puede traer muchos problemas con ella, y estoy muy seguro de esto, más que todo cuando volteo y ella no está a mi lado, salgo de la habitación tirando la puerta y empiezo a buscarla por todos lados, lo primero que hago es llamar a Yan, para que este pendiente de la salida del hotel, y a los chicos que vigilan las cámaras que la busquen por todos lados, ellos me dicen que estas no están funcionando en este momento, lo que me hace creer que eso no es una coincidencia, y que algo muy malo está pasando, voy y la busco a la habitación donde ella estuvo hospedada, siempre he tenido la de esta habitación porque es la que me trae todos los recuerdos de la última vez que pase con ella, y esta es exclusiva de nosotros dos de nadie más, por eso ella tiene la otra llave nunca se la reclame, tengo todas las esperanzas que ella esté aquí en esta habitación, pero todas estas se pierden cuando la busco por todos lados y no está.

Yan entra corriendo a la habitación, y por su cara no es nada bueno.

Jefe, vamos para la cocina, nuestros hombres están tras ella, alguien la está ayudando a huir.

Deténgalos como sea, ella no puede salir de este hotel.

Bajo todo lo rápido que pueda, y cuando llego tienen detenido al hombre del cuello, pero ella no está por ningún lado.

Llévalo a mi oficina, Yan hace lo que le digo, me dirijo al bar y me sirvo yo mismo una copa, y la bebo de un solo sorbo. Maldita sea Sophie, porque te fuiste de mi lado.

Trato de calmarme porque estoy a unos segundos de ir y matar a ese hombre con mis propias manos, veo que viene Omar, y se sienta a mi lado se sirve una copa, si a ese hombre lo quería matar, a este lo ahorco ahora mismo, y lo cojo del cuello para hacerlo.

De todas las mujeres que hay en el mundo, te tenías que follar precisamente a la amiga de Sophie.

Él me empuja y hace que lo suelte, y se queda mirándome.

Así que fuiste tú, el que tiro la puerta.

Sí, fui yo, perdón si arruine tu follada, pero por culpa de tu necesidad de estar metiendo el pene donde se te atraviesa, Sophie ha huido, se ha escapado del hotel, y más te vale que me ayudes a recuperarla, porque si no voy a colgar tus preciadas bolas, ella vio cómo te follabas a su amiga y salió corriendo, un hombre que tengo en mi oficina la ayudo a huir, y así me toque ir a los estados unidos, y sacarla a la fuerza lo hago, pero ella vuelve a estar a mi lado, así sea lo último que haga.

Zamir, no sé en qué momento te enamoraste de ella, pero es mejor que la dejes en paz, ya le hemos causado mucho daño, y si huyo es porque no te quería como tú creías, por qué después de todo, por lo que ha pasado, no sé si eres estúpido, o demasiado ingenuo si creías, que ella perdonaría algo así.

Ahora si me pongo furioso, me abalanzo sobre él, y empiezo a golpearlo sin piedad, él me devuelve los golpes, puños van y puños vienen, siento que la bestia que hay en mi interior sale, nos golpeamos hasta que nos cansamos, Omar se sienta en una silla, y veo que tiene muchos golpes, y sé que yo no debo de estar mucho mejor, miro a mi alrededor y veo vidrios rotos, sillas caídas, botellas quebradas y los empleados mirándonos, pero yo soy el jefe de este lugar y hago lo que me dé la gana.

¿Qué pasa?, ¿Es que nunca han visto a dos hombres pelearse?, ¡AHORA TODOS A SUS PUESTOS DE TRABAJO!

No culpes a los demás de los errores que tú mismo cometiste, la ambición de querer a todo Dubai a tus pies, y demostrarle a tu padre lo buen jeque que eres, no te importo lastimar a la mujer que supuestamente amas, así que el único culpable eres tú y nadie más.

Omar se levanta y se marcha, sé que tiene toda la razón, debí primero investigar porque mi hermana huyo, de yo haber sabido que mi padre, la quería casar con Nassim, o con uno de sus socios, no lo hubiera permitido, y así no le hubiera hecho tanto daño a Sophie.

Siento mucho dolor en el cuerpo, nunca había peleado de esa manera, y jamás pensé que lo haría con Omar.

Voy a la oficina, y veo que el hombre que está amarrado, y se me hace muy conocido, y recuerdo donde lo vi, lo conozco del palacio, él trabaja para mi padre.

Me paro frente a él, él levanta el rostro y me observa.

¿Quién te dio la orden, de llevarte a Sophie?

Él me mira, pero no dice nada.

¿Eres empleado de mi padre?

Ríe y me dan ganas de acabarlo ahí mismo, Yan me pasa una carpeta y veo que su nombre es, Rashid kumar, y ha estado al servicio de mi padre desde hace treinta años, información que me sorprende porque para trabajar con mi padre, desde hace tanto tiempo, lo vi muy pocas veces, hablar con él es tiempo perdido, porque sé que no va a decir nada, doy la orden para que lo metan en prisión, sin darle una gota de comida o agua, ¿vamos a ver cuánto tiempo va a durar así?

Cuando estoy solo en la oficina, lo único que hago es pensar en ella, ahora lo único que tengo que hacer es olvidarla.

Bebo todo lo que encuentro, no quiero ver a nadie, pero entra ella, sin que le importe nada, ni la orden que di que nadie me molestara, la muy idiota está tentando su suerte.

Trae su cabello suelto, y un abrigo encima, su mirada es seductora, y camina a mí de manera precavida, hasta que está frente a mí, se quita el abrigo y solo tiene debajo una tanga, la parte de arriba está completamente desnuda, me quedo observándola y sigo bebiendo de mi copa, se sienta sobre el escritorio y abre las piernas.

Ella no te ama, te abandono, pero yo a ti sí, voy a hacer que te olvides de esa mujer, y con esa sola palabra en mi cabeza, la tomo del cabello y la beso, me levanto y la doblo sobre la mesa, de manera que no tenga ver su cara, le quito el abrigo y las tangas, cierro mis ojos y la penetro una y otra vez, ella gime de placer, y yo solo imagino que es ella, que Sophie es la que está tomando todo de mí, le tapó la boca porque sus gemidos no son los que quiero escuchar, lo hago más duro, y ella suelta como un quejido, pero no me puedo controlar, le doy una fuerte nalgada.

Deja de quejarte o te voy a dar unas más duras, para eso viniste no, para que yo te hiciera mía, bueno, aquí estoy, ella se queda callada, y yo sigo haciéndoselo hasta que me vengo, siempre con la imagen de la única mujer que me he enamorado.

ENGAÑADA POR UN JEQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora