Porque nadie se dio cuenta que Izuku se forzaba a ser feliz hasta que perdió su milagroso prozac.
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AU donde Izuku sufre depresión
Dekubowl
Advertencia: se tocan temas sensibles como el abuso infantil, depresión y baja autoestima
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El almuerzo a lado de Shinsou había pasado en un ambiente ameno, no recordaba de que sabor era el sándwich que había comido, se sentía tan decaído que era incapaz de encontrar sabor a las cosas, todo era insípido, pero, tan solo ser consiente de que alguien sabía que estaba de la mierda, y pese a eso se paraba a su lado con orgullo era suficiente para pensar que aquel sándwich debió ser realmente delicioso. Porque, por un breve instante, Shinsou lo había hecho sentir como un enfermo comprendido, y aquello no tenía precio.
Las clases pasaron como pasa la vida, presurosas y sin sentido en su cabeza; camino a los dormitorios acompañado de Iida y Todoroki, porque la parlanchina Uraraka había salido con sus amigas, podría parecer tonto, hasta estúpido, pero a Midoriya le aliviaba más que la gente a su alrededor continuara con sus vidas con total normalidad que el que lo rodearan de cuidados como si se tratara de un inútil, que lo era, pero ni los inútiles desean sentirse como unos.
Al llegar a su cuarto se había perdido entre tareas, después de todo había estado patéticamente encerrado en su cuarto por más de una semana y el mundo había seguido girando sin él. Algunas veces ese simple pensamiento lo lastimaba demasiado, darse cuenta de su pequeñez frente a la magnitud del resto le hacía sentir como un dramático, porque el mundo no se detendría por sus jodidos problemas mentales, él era tan poco relevante que el que estuviese o no sería indiferente; porque, ni siendo el sucesor del Ex-símbolo de la Paz podía encontrar un valor en él.
Cuando llegó la noche le tomó por sorpresa, el día nunca rendía lo suficiente, pero no podía quejarse, se levantó y puso su pijama, aquel día se dio el lujo de ponerse la pijama de edición limitada de All Might por su noveno aniversario como Símbolo de la Paz, solo para consentirse un poco, recordar cuando se comportaba como un nerd empedernido lo hacía sentir más cerca de ser normal que cualquier otra cosa.
Se recostó, con la intención plena de descansar como se debe, pues quería empezar a recuperar su rutina, si dormía temprano talvez mañana podría entrenar un poco por la mañana, quizá salir a correr unas cuadras no sería tan malo, o al menos trotar, para recuperar el ritmo lentamente, para volver a la "normalidad" paso a paso.
Así que cerro los ojos en busca del ansiado descanso, deseando en su interior tener un buen sueño aquella noche.
Pasó un minuto.
Pasaron cinco.
Empezó a preocuparse cuando pasaron diez minutos.
Y a volverse un poco loco cuando dieron los veinte.
A los treinta minutos ya estaba comenzando a alterarse. Porque, pese al enorme deseo que tenía de dormir no lograba conciliar el sueño, cerrar los ojos superficialmente no ayudaba, ni moverse de un lado al otro, mucho menos el contar ovejas.