Happy pills [Dekubowl] PAUSADA

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Recién era la segunda vuelta que daba y su cabeza ya comenzaba a dar vueltas, se sentía frustrado, aquel día era una mierda y recién comenzaba.

Justo después de su colapso había recibido un severo regaño por parte de Recovery Girl hacerca de lo peligroso que era saltarse la comida y de cómo debía pensar en su persona si quería salvar al resto, esa basura la sabía de memoria y también sabía que era verdad, pero cada vez que intentaba probar bocado su estomago se revolvía y unas potentes nauseas le invadían, maldición, él en verdad quería comer.

Aunado a eso las miradas de lastima y curiosidad por parte de sus compañeros no se hicieron esperar, ahora se sentía ahogado al estar cerca de ello, al sentir su penetrante mirada de preocupación, como si miraran a un esquelético perro callejero que gime por comida, que patético le hacia sentir aquello.

Y nada parecía mejorar, aquel doloroso vació se había instalado dentro de su corazón, la soledad y la tristeza le perseguían, se sentía desganado, apartado, rechazado, todo de un golpe; y ni hablar de sus pesadillas, que cada día parecían ser más y más vívidas, por eso prefería no dormir, que el insomnio le atacara para no dejar ir su mente y no tener control. Aunque eso significara que el nerviosismo le invadiera, y se sintiera demasiado imperativo, sin embargo debía admitir que todo no era tan malo, al menos había podido hablar de ciertas cosas con su compañera Yaoyorozu, lo que le había traído cierta tranquilidad.

Pero aquello había terminado justo al llegar la mañana, con dificultad pudo comer un emparedado, y se forzó a hacer su entrenamiento diario, pero ya estando ahí, corriendo con su fatigado cuerpo cayo en la cuenta de que era inútil, él se había convertido en un inútil, otra vez. Todo el esfuerzo de All Might, sus profesores, compañeros y el suyo propio se estaba yendo a la basura por un jodido frasco de píldoras; si tan solo el no fuera un estúpido farmaco-dependiente, si tan solo fuera normal, como el resto.

Los pensamientos le abrumaban, le recordaban lo patético que era, como el siempre fue un estorbo en aquella sociedad rodeada de héroes y villanos, y como estaba dejando escapar su única oportunidad en ese vida como si fuera agua que se esforzaba en sostener en sus manos.

Era un inútil.

Un estúpido.

Un maldito estorbo.

Y aquello lo derrumbo, se dejo caer en el césped y que las lagrimas invadieran sus mejillas, grito de desesperación, de dolor, de sufrimiento; sentía lastima por si mismo, por ser tan frágil, por estar tan roto.

-Midoriya, ¿estas bien?- tenían que estar jodiendole, justo en el momento en que había decidido derrumbarse alguien había llegado, no cabía duda, el mundo lo odiaba.

-Shi-Shinsou-kun, perdona, no es nada, es solo que estaba un poco estresado y ya sabes, me deje llevar- se limpió de inmediato las lágrimas y se levantó, se sentía humillado, totalmente vulnerable y frágil.