Porque nadie se dio cuenta que Izuku se forzaba a ser feliz hasta que perdió su milagroso prozac.
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AU donde Izuku sufre depresión
Dekubowl
Advertencia: se tocan temas sensibles como el abuso infantil, depresión y baja autoestima
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-Sí, lo sé, sé que no me puede dar otro frasco así de fácil, que hay un protocolo a seguir y que la pongo en una situación difícil, pero, trate de entenderme si no tengo más pastillas no voy a poder continuar viviendo con normalidad. Sé que eso suena dependiente, pero no es mi caso, es solo que recién pasé dos días sin ellas y las pesadillas han vuelto- escuchaba atentamente Kirishima desde su asiento, que en esta ocasión era el cercano a la puerta, y no es que fuera chismoso o algo por el estilo, era solo que la persona al teléfono, Midoriya, se notaba sumamente ansioso, como si estuviera al borde de las lágrimas.
Y no pudo evitar preocuparse por el chico que le gustaba, pues no iba a negar que aquel pecoso le traía un poco loco, llevándolo a la luna cada vez que le veía.
Era solo que aquel día no era el caso, porque la preocupación que emanaba el peliverde le contagiaba, parecía realmente desesperado estando justo al teléfono, y el constante mordisqueo que le daba a las uñas de su mano libre lo demostraba.
Quería saber que era aquello que decía la persona al otro lado de la línea que lograba poner en ese estado a Midoriya, porque nunca había visto esa faceta del chico, aquella persona ansiosa que parecía encogerse estaba muy lejos de la persona alegre y positiva que conocía.
Midoriya era su claro ejemplo de masculinidad, un chico que siempre daba todo para salvar al resto, alguien que no se avergonzaba de mostrar sus sentimientos y en el proceso llorar, era una persona admirable y no pudo evitar sentirse atraído por el pequeño más masculino que había conocido en la vida.
Por eso se dedicaba a observarlo la mayor parte del tiempo, prácticamente en cada oportunidad que la vida le brindaba, y como buen observador que era lo había notado, el repentino cambio en Izuku que él mismo se esforzaba en ocultar.
Las sonrisas forzadas que había estado dando estos últimos días, aquellas que no eran siquiera comparables a su verdadera sonrisa, una brillante y llena de vida. Los ojos caídos que ponía cuando pensaba que nadie lo veía, como si el mismo cayera junto con su mirada.
La persona que más le había gustado en la vida y que más gustaba estaba mal, y el suponía que era un mal psicológico, Midoriya estaba cayendo.
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