Happy pills [Dekubowl] PAUSADA

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Segunda sesión 

-Entonces Midoriya, háblame acerca de tu etapa en la secundaria, tengo entendido que no fue facil.

¿Qué quiere que le diga? Si fue una mierda, ¿por donde debería comenzar?
Desde que las personas que me rodeaban supieron que no tenía un quirk se alejaron de mí, así me quede sin amigos desde preescolar, esa etapa la pase en completa soledad, nadie quería jugar conmigo y mucho menos hablar. Pero en mí seguía la idea de ser un héroe, quería ser alguien que salvara a las personas, por eso cada que Kacchan molestaba a los niños del jardín yo salía en su defensa, y era recibido por las explosiones del ceniza, eran niños, sus golpes no eran tan dolorosos, incluso creo que esa situación me era divertida, para mí era como ser el héroe que todos decían que nunca podría ser.

Ya en primaria las cosas seguían iguales, pero la sensación no era la misma, en esa etapa realmente anhelaba tener un amigo, quería una persona a la cual contarle todo lo que me estaba pasando, me hubiera gustado haber podido preguntar a algún compañero si era normal que su padre les tocara  todo el cuerpo, que les dejara marcas en cada rincón, en verdad me hubiera gustado hacerlo, quizá de esa manera habría tenido un apoyo, tal vez alguien me hubiera ayudado antes de que mi sufrimiento se prolongara por tantos años; sí, que quería un amigo.

Cuando mamá se enteró de todo yo ya era un chico roto, el toque de aquel tipo se había impregnado en cada rincón de mi cuerpo, me sentía asqueroso con solo verme en el espejo; yo ya no podía reír como un niño normal, ya sería normal nunca más. Estuve dando vueltas como un muñequito roto, de la estación de policía al hospital, del hospital al psicólogo, del psicólogo al psiquiatra, nunca había viajado tanto en mi vida.

Todo se fue más en picada cuando entre a la secundaria, mi situación personal solo lo empeoró, estaba destruido mentalmente, estaba podrido. Me aferraba con uñas y dientes a las dos píldoras diarias de Prozac y a mí sueño de ser héroe, solo así podía encontrar la energía suficiente para levantarme de la cama día a día. De no ser por eso quizá ni hubiera estado aquí sentado, tal vez hubiera terminado aplastado en el concreto, siempre lo pensé, que la muerte sería liberadora, tal vez, si moría el dolor se esfumaría, nunca he escuchado a los muertos quejarse por el dolor; dejar de pensar, de recordar, apagar el dolor de mi pecho con el dolor de la caída, pero no podía traicionar a mi madre.

Cuando estaba en mi primer año de secundaria comenzaron los abusos, primeramente todo fue verbal, cosas como "inútil" "basura" "estorbo" eran comunes, cada que pasaba por los pasillos las personas susurraban a mi alrededor, eso mermo en mi autoestima. Siempre me he considerado poca cosa, insuficiente para esta sociedad superhumana, pero creo que tendría una mejor autoestima si tan solo esas palabras no hubieran sonado en mis oídos durante tres años, en verdad me hicieron sentir como una basura; cada que hablaban a mis espaldas me preguntaba si sabían todo, si conocían lo asqueroso que era, me ponía de los nervios pensar que ellos sabían que mi papá me había violado, joder, me volví un total paranoico.