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Anteriormente...

– Creo que voy a llorar. Espérame en mi cama, voy al baño un segundo.

– Vale – fue caminando.

– Alma tú y yo tenemos que hablar.

Concuerdo

– ... – entró al baño y cerró la puerta. – mira, lo voy a hacer con Mike y tu presencia me incomoda un poco. 

– Y-yo... – no podía describir la decepción que sentía. – chico, ¿de verdad lo harás?

– Sí. Si me van a matar, quiero por lo menos darle ese regalo a Mike.

– Entonces que no te importe mi presencia. Recuerda que vista no tengo, y aunque pueda oírlo todo creo que puedo entrar a una fase de congelamiento.

– ¿Qué es eso?

– Me acerco más al otro mundo. Al punto de no percibir tanto lo que pasa en este.

– Como una meditación.

– Acertaste – suspiró. – quiero darte tu privacidad también, tienes derecho a eso.

– No me diste privacidad en ningún momento de mi vida, ¿y ahora me vienes con esto? a mí no me engañas, tú algo me ocultas.

– S-sé que jamás te di privacidad antes pero era porque me dabas igual. Ahora eres como un hijo para mí... Me dolió cuando te llamé "mi chico" y me contestaste de esa manera.

– Ohh, oye alma ahí me dabas igual, perdón por contestarte así. Hoy en día ya no lo haría.

– Bah, está bien. Yo soy el que se debería disculpar.

– ¿Disculparte? ¿por acosarme a lo fantasma o por otra cosa? será que en verdad me ocultas algo.

– Espera dame 5 segundos. – le prestó atención a los sonidos. – uff, como esta casa está un poco cerca de la carretera logro escuchar los autos.

– Eso es increíble, ¿pero qué tiene que ver?

– Hay un auto estacionado a un lado de la carretera, mirando a esta casa.

– ¿Mirando a esta casa? ¡mierda! ¡MIKE! – salió del baño. Corrió a la habitación, evitando cada ventana.

– ¿Por qué gritas?

– Ugh, aléjate de las ventanas, mejor siéntate en el piso. Es que... esta gente está loca, imagínate me quitan a mi novio para hacerme sufrir. Podrían disparar, hay un auto mirando hacia acá afuera.

– ¿¡Qué?! – se alejó de la ventana y fue al lado del azabache.

– Ssh, tranquilo. Quizás solo me vigilan.

– ¿No tienes una habitación más aislada?

– Sí, ven, es la habitación donde tengo la lavadora, el freezer y todo eso. No tiene ventanas y creo que es de ladrillo o un material más grueso que la madera que tiene el resto de la casa.

Fueron ahí y se sentaron en una mesita para planchar la ropa que tenía Trolli.

– ¿Nunca planchaste? – vio la empolvada plancha a un lado.

– Nunca tuve tiempo para eso, prefiero ponerme la ropa arrugada, me da igual.

– Desordenado. A ver. – le abrió el cierre del polo. No fue hasta que le tocó por encima de la camiseta que se dio cuenta de lo que hacía. – ... jeje⁓

– Oye Mikel hay un auto afuera probablemente con una pistola mirando a esta casa, creo que ya no quiero coger.

El alma se partió de la risa.

– Pero Trolli, por favor, quiero hacerlo contigo. Podría perderte mañana, sé que estás preocupado por ese auto pero te prometo que solo será un momento.

– Hablas tan... pervertido, ¿en serio eres tú, Mikel? 

– ... Sí.

– Solo bromeo. – sonrió. – ven, amor. – lo sentó en sus piernas.

– Siempre he sido joto. – le dio un beso. – el problema es que soy un poco tímido a la vez.

– ¿Joto y tímido? es una combinación interesante. – pasó sus manos por la espalda baja del menor y se metió debajo de su polera para tocarle. – tu piel está muy caliente.

– Porque yo lo estoy.

– Ah, ya veo. – acercó más su boca. Sus labios se rozaron. – acepto, hagámoslo. – lo abrazó más fuerte, abarcando más su espalda con sus brazos y haciendo mayor contacto. – pero te advierto que a la mínima duda de que algo pasa detengo todo.

– Bueno – le volvió a besar. Esta vez fue con lengua.

A meditar. – suspiró el alma. 

Las prendas se fueron deslizando entre pervertidos toques. De repente Mike le ponía una mano encima a ese bultito que el mayor tenía en su entrepierna.

– Mhm⁓ – harto de que fuera por encima de la ropa, se bajó el cierre del pantalón. Tomó bruscamente la muñeca de Mike y le puso la mano encima.

– ¡Pero...! – se sonrojó. – solo tenías que pedírmelo, hombre. – le hizo gracia el gesto. – comenzó a masturbar lentamente, simplemente haciéndole disfrutar por el contacto.

– Jeje⁓, lo siento. – le bajó la cremallera. – así que virgen, ¿eh? pff, odié cuando lo dijiste frente a ellos. Tonto, eso no se hace.

– Perdón, es que estaba nervioso por lo que insinuaba Timba. – retiró su mano del miembro de Trolli. Lanzó un pequeño quejido cuando sintió un dedo en su entrada. Levantó la mirada con un poco de dolor.

– No me mires así, iré lento... 

– Ok

Tardó por lo menos 10 minutos en dilatarlo como se debe.

– ¿Qué dices?

– Ahh⁓ estoy listo⁓ 

– Marca tú el ritmo. – lo tomó de la cadera y lo acercó. 

– O~ok – con cuidado y paciencia, consiguió hacer una embestida. – mgh⁓ Trolli⁓ 

– ¿Sigo yo?

– Sí – sopló aire suavemente.

– Ya – lo sujetó de la cintura. – recuerda que no soy muy paciente... – lo embistió a un ritmo constante, sin embargo tan lento como para no hacerle ni un solo daño.

– ¡Aah!⁓ p~para⁓ mmh⁓ 

– Dudo que en verdad quieras eso. – le besó la nuca. – es normal que duela la primera vez.

– Ahm⁓ 

Subió un poquito la velocidad.

– Hah⁓, no te asustes que estoy llegando... – fue más rápido, estaba en su clímax. 

– ¡T~Trollino!⁓ – gimió al sentir como lo llenaba.

Life Answers •| Los CoMPaSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora