Life Answers •| Los CoMPaS

#22

– Uff⁓ – llegaba del trabajo. Entró a casa. – dios, esto es una morgue. – tiritó. – ...

– ¿Qué pasa? – el alma notó el cambio de humor.

– Nada

– ¿Te sientes solo?

– Un poco. El cambio es muy brusco, él casi siempre estaba aquí. Me esperaba con comida deliciosa, preparada por él mismo... – decidió hacerse un sándwich y partir de inmediato al laboratorio. Ignoró el frío.

Llegó y saludó a la señora.

– La sangre coincide con Gonzalo Ari Coronel Vera.

– Mmm, muchas gracias. – al parecer Sparta no había mentido. Se fue a paso lento. – iré a ver si el del polo se digna a dejarme alguna otra pista.

– Bien pensado. 

– Ya estoy harto de todo este juego. Me siento cansado. 

– Vamos chico, quieres descubrir al asesino de Scarlett, ¿no?

– ... ¿Y si en realidad no quiero descubrirlo? ¿y si es alguien que quiero? me da miedo saber la verdad. Pero sé que no puedo dejar de investigar.

– Aunque fuera alguien que es tan importante para ti como el aire que respiras, debes saber quién fue. Por respeto a Scarlett.

– Lo sé. – llegó a la construcción. Esperó justo al lado de un edificio. De pronto una figura se visualizó en la calle. – sí vino... – se puso más en guardia.

– Hola Trollino. – usaba su clásica voz del celular. – me enteré de que tu novio te dejó.

– ... Mierda cómo te pudiste enterar, ¿Qué tan vigilado me tienes?

– Toma – le extendió un papelito. 

– ¿Eh? – le deshizo los dobleces. – "Emilio Bertol", ¿¡Quién carajos es Emilio Bertol?! ¿acaso eres tú? ¿trabajas para él o qué?

– No diré nada más. – dio media vuelta.

– ¿¡Qué te pasa?! – se acercó dispuesto a intentar vencerlo pero el cañón de una pistola le tocó la frente.

– Ey, cuidado. – el alma se preocupó al sentir lo que sucedía.

– No te me acerques. – escribió con su mano libre.

– ... – aprovechó lo cerca que estaba para verle los ojos. Pero estaban muy tapados, y la combinación de la oscuridad no le favorecía. – que... lindos ojos. 

– ¿Estás estúpido? ¿no tienes miedo acaso? quizás no te hayas dado cuenta, pero tienes una puta pistola en la frente.

– Pues... – ni él sabía por qué había dicho tal estupidez en un momento como ese. – argh⁓

– Chico, ¿Qué te pasó? estás tonto. 

– Bueno, ignoraré tu intento de lucha y tu estupidez. – se retiró sin darle la espalda hasta que estuvo bien lejos.

– Emilio Bertol... – repitió. – ¿Quién es este hombre?

– No lo sé. 

– Cómo ama confundirme, ¿verdad?

– Es fan de verte estresado y confundido.

– ... Quiero ver a Mikel. – bufó. – quiero disculparme, aunque no haya hecho nada. Quiero arreglar todo ya que no dejaré que rompamos por un malentendido.

– Ok, pero mejor ve mañana en tu próxima noche. E intenta llamarlo o algo.

– Sí, sería mejor. Pero primero investigaré este nombre.

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– Nadie coincide. – buscaba en Google. – parece no haber nadie con ese nombre. Sé que Bertol es un apellido árabe. – el alma rio. – ¿¡Qué te hace tanta gracia?!

– La coincidencia. Tú sabes la fama que tienen los árabes.

– Sí. Tonto, no te rías, esto es serio.

– Lo siento. 

– Ugh⁓... ya no sé qué más hacer...

– ... 

El alma estaba en una gran crisis. No sabía qué decir o qué no decir, ya que, la información que se guardaba era sencillamente... todo, el alma se guardaba todo lo que Trollino quería saber y solo era capaz de ver cómo intentaba resolver ese gran misterio que lo carcomía por dentro.
      

Él sabía quién había matado a Scarlett. Lo sabía perfectamente.
       

– Llamaré a Mike. – suspiró y tomó su celular. Le marcó. 

– Hola – contestó con una voz fría.

– ... Hola amor. ¿Podemos hablar? 

– Está bien. – notó debilidad en la voz del azabache. – ven a mi casa mañana.

– Vale – sonrió. 

– Adiós Trolli. Y recuerda comer bien, que demás que ya estás comiendo alguna sopa de fideos instantánea.

– Eh... – rio al ver el pote vacío de fideos en el basurero. – pues sí, lastimosamente. Me haces falta, Mikel.

– Mmm, adiós.

– Adiós... – le cortó. – bueno, por lo menos ya parece menos enojado. Es un progreso, ¿no?

– Sí