12 de enero, 2013.
°Clara°.
12 años.
No lo podía creer, estaba cumpliendo 12 años. Ya casi era una mujer.
O eso pensaba en ese momento, soñando con llegar a la adultez, quién diría que años más tarde estaría deseando volver a ser una niña, con la misma inocencia, sin todos los momentos amargos que vinieron junto a la adolescencia.
Había vuelto a mi cuarto luego de haber desayunado.
La decoración del mismo era rosada, con una cinta de princesas que le daba la vuelta al cuarto, teníamos una litera desarmable, un televisor que colgaba de la pared y un pequeño aire de ventana. No éramos ricos, pero vivíamos bien.
Teníamos una peinadora pequeña con su espejo, y una silla al frente. Me encontraba sentada cepillando mi cabello, el cual tenía un largo considerable cuando se abrió la puerta de golpe.
- ¡Feliz cumpleaños, hemana! - dijo, quien ya es obvio, mi hemana. (Así, sin la letra r, sólo hemana).
Solía decirme así cuando estaba muy pequeña, no sabía pronunciar la letra r, y aunque ya tiene 8 años, dentro de unos meses 9, y habla con bastante fluidez, el apodo quedó.
- Gracias, hemanita. Te amo muchísimo. - le di un beso tierno en la frente.
Mi hermana se llama Luz, es una gordita preciosa. Tiene el cabello ondulado a la altura de sus hombros de un color castaño asemejándose al amarillo, le decimos rizitos de oro. Tiene los ojos pequeños, algo achinados y una sonrisa que transmite muchísima alegría.
- ¡Te amo más, hemana! - dijo, casi gritando. - Abre el regalo que te hice.
Me había entregado un sobre que tenía una hoja adentro, lo que más llamó mi atención fue el pegamento del sobre, eran... ¿Mocos?
- Luz, ¿Qué utilizaste para pegar el sobre? - Le pregunté un poco extrañada.
Ella soltó una risa inocente.
- Son mocos. - dijo sin siquiera pensar en la respuesta.
Hubo un silencio. Estaba tratando de entender por qué me había entregado un sobre con mocos.
- Aprecio mucho la dedicación de sacar tus preciados mocos, hemana, y pegárselos al sobre. - dije en un tono tierno. Mi hermana no estaba tan pequeña, sabía usar el pegamento. - ¿Por qué no sólo fuiste por la pega?
- Si fui por la pega - dijo, molesta. - ¡Pero se había acabado! Así que fui a donde mamá a decirle que no había pega, y me dijo que usara mis mocos para que el sobre se mantuviera cerrado. - su tono cambió y se notaba su desánimo.
Mi mamá era una persona bastante sarcástica, estoy segura de que se lo dijo bromeando, pero mi hermana al parecer se lo tomó literal.
- Ya, no te pongas triste, Luz - le dije en un tono suave para que no sintiera que desprecié su regalo - me encantan tus mocos, son tan pegajosos, verdes y únicos.
Ella sonrió, su semblante cambió a felicidad.
- Me alegra mucho que te gusten mis mocos, le iba a colocar más pero se me acabaron, le pedí prestados unos a mamá pero me dijo que no.
Okey, mamá. ¿Le dices que use sus mocos y cuando se le acaban no le quieres dar de los tuyos? Muy mal de tu parte.
- Tranquila, con los tuyos son suficientes. - le acaricié el cabello - ahora, vamos a ver qué hay dentro de este sobre.
Era un dibujo. Estábamos mamá, papá, mi hermana, nuestro gato y yo parados a un lado de la casa, y por alguna razón éramos más grandes que la casa, y nuestro gato <Minino Carolino Piquininin Señor Elegante> (Si, el nombre se lo colocó Luz a los 6 años) me llegaba más arriba de las rodillas.
- Está precioso hemana. - No pude evitar soltar una pequeña risita.
- Gracias, se que tengo mucho talento para esto.
- Por supuesto que si, mi artista favorita. Vamos a vestirnos que papá prometió llevarnos a almorzar a mi restaurante favorito.
Seguí cepillando mi cabello mientras mi hermana abría el closet para ver qué se iba a colocar, sacó muchísima ropa y la puso encima de la cama. Se probó varias camisas hasta que por fin se decidió por una.
Pantalón negro con una correa del mismo color, y una camisa que tenía el estampado de Barbie junto con su eslogan <Sé lo que quieras ser> (Como si fuera tan fácil, Barbie) y unas zapatillas brillantes. Mi hermana tenía 8 años pero era la persona más fashion que conocía.
- Estoy lista - me dijo mientras se colocaba un brillo sin color en los labios - iré a donde mamá para ayudarla con su ropa.
Asentí con la cabeza mientras soltaba el cepillo y me dirigía hacia el closet. Yo sabía que me iba a colocar, mi papá siempre nos compraba ropa por nuestros cumpleaños, así que ya tenía mi conjunto armado.
Saqué una blusa de color blanco sin tirantes, se colocaba en los hombros, y un pantalón negro que me quedaba algo holgado con las mismas zapatillas que se colocó mi hermana.
Yo era bastante delgada, tenía 12 años con el peso de un niño de 9, la ropa casi siempre me quedaba grande, ya estaba acostumbrada.
Me vestí, me coloqué un cintillo de perlas y puse el mismo labial que mi hermana en mis labios.
- ¿Lista? - preguntó mi mamá asomándose por la puerta.
- Lista - le respondí.
Y no, no estaba lista.
Nadie está listo si se trata de pasar el último cumpleaños con su papá.
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Sueño profundo🌹 (En edición)
Mystery / Thriller¿Alguna vez has sentido que tienes la vida perfecta? Padre perfecto, madre ejemplar, excelente relación con tus hermanos. Notas excepcionales, una familia unida, amorosa, donde no te falta nada, o... donde aún no te faltaba nada. La vida se va en u...