Capítulo 6

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Taehyung siente un amargo sabor en su boca cuando entra al salón y lo primero que ve es a Suni platicando a gusto con Jungkook. No se consideraba una persona celosa o posesiva, pero conocía las segundas intenciones de la chica, y como él aún no era nada de Jungkook, corría el riesgo de perder su oportunidad con el alfa.

En un principio no tomó las intenciones de Suni como una amenaza, como cuando la omega se acercaba a él, ella no hacía más que ir a platicar y de vez en cuando jugueteaba con los mechones de su pelo para liberar feromonas, pero siempre se mantenía al margen. Sin embargo, en las últimas semanas parecía decidida a enamorar a Jungkook a como dé lugar. Le pasaba la tarea, le llevaba dulces y lo que empezó con un sutil gesto coqueto, terminó siendo un atrevido movimiento al intentar impregnar su aroma en el cuerpo del alfa. Ahora por culpa de ella, Taehyung verdaderamente odiaba el olor a melón.

-Luces molesto-

Sungjae quitó la mochila del asiento que le tenía reservado. Taehyung se dejó caer desganado, recibiendo un tirón doloroso en su abdomen producto del moretón que no desaparecía. Su humor empeoró, quería irse a su casa y pasar toda la tarde jugando videojuegos, al menos así no pensaba en su situación amorosa.

-Mira al frente-

Su amigo levantó la mirada, enseguida vio a la pareja platicar animadamente. No era nada para tomar en serio, pero se guardó el comentario por miedo a que Taehyung se malhumorara.

-Tal vez deberíamos jugar quemados de nuevo- Bromeó codeando su brazo- Lograrías que Jungkook le deje de poner atención en un tiempo récord-

-En estos momentos realmente estoy considerando devolverte el balonazo-

Estaba irritado, su ardilla estaba excesivamente arisca, ni si quiera le había dejado saborear a gusto la hamburguesa que le había preparado su mamá en la mañana y eso era sumamente grave, Taehyung amaba las hamburguesas.

- ¿Qué sucede?, has estado de mal humor inclusive antes del incidente -

Sungjae acercó su silla y lo rodeó con su brazo izquierdo. Taehyung dejó su cabeza reposar sobre el ancho pecho del alfa intentando subirse los ánimos en la calidez de su amigo.

-Perdón Jae, es sólo que el tiempo se me está acabando y ya no sé qué más hacer-

-No seas pesimista, aún quedan algunas semanas, tenemos tiempo- Le depositó un beso en la frente y retiró su brazo- Por ahora enfoquémonos en el plan, ¿Ya le diste su carta? -

-Cómo todos los días-

- ¿Y ya la leyó? -

-No sé, no pude espiarlo porque la enfermera quería verme-

Reposó su mentón en su mano mirando como Jungkook seguía conversando alegre con su compañera. Quería tomar en serio las pequeñas acciones y palabras del alfa hacia él, pero tenía miedo de mal entender todo. Jungkook era amable con todo el mundo, inclusive se podría decir que era coqueto por naturaleza, era un combo peligroso que le hacía más difícil la tarea de descubrir los verdaderos sentimientos del lobo.

-Por cierto, ¿ya encontraste que detalle le vas a dar o vas a recurrir a las bellotas nuevamente? -

-Lo de las bellotas era una pista- Respondió frustrado- Se suponía que al verlas lo relacionaría directamente con las ardillas, ¡Es un cliché que todos conocen! – Gritó.

Se encogió en su asiento cuando notó que todo el mundo lo estaba viendo, inclusive Jungkook tenía los ojos puestos en él. Taehyung se erizó, tal vez había gritado demasiado fuerte.

- Otra vez la rata se puso a chillar-

Taehyung sintió a su ardilla darle el suficiente coraje para enfrentar al compañero que lo ofendió, pero Sungjae lo retuvo en su asiento impidiéndole descargar su furia. Quiso reclamarle, pero cuando escuchó el bullicio crecer nuevamente se dio cuenta que su oportunidad había pasado. Respiró profundo, no podía dejar que sus emociones lo dominaran.

Era culpa de su periodo de apareamiento, no le gustaba cuando estaba por entrar en celo. Siempre se volvía más ermitaño y susceptible a la irritación. Pese a que las ardillas era animales muy sociables, al entrar en celo podían ponerse agresivas, sólo aceptando a su pareja de nido, inclusive podían llegar a atacar a quien invadiera su espacio.

Aún recordaba el día que Sungjae fue a visitarlo sin saber que estaba en celo. El pobre terminó con una mordida en la mano derecha que lo mandó al hospital por unas cuantas suturas. Desde ese día Taehyung siempre procuraba ser muy puntual en la toma de sus supresores para evitar que su animal tomara el control y enloqueciera.

-Podrías ir a hablarle ahora, le agradas, no entiendo porque lo haces más difícil-

-Tienes razón- Suspiró agotado- Le hablaré luego, no puedo esperar ser correspondido si me la paso en un rincón observando-

Miró al alfa que ahora se encontraba copiando a Suni la tarea que le había pasado. Taehyung estaba decidido a acercarse, pero necesitaría un poco de ayuda. Sólo esperaba no salir huyendo directo a su madriguera como un completo cobarde.

-Conozco a alguien que puede ayudarnos-

- ¿Quién? -

-Ya lo conoces, recurriste a él anteriormente- Le recordó- Tu déjamelo a mí, te prometo que esta vez nadie saldrá herido-

Taehyung lo miró con una ceja arqueada, no muy seguro de seguir confiado en los planes de Sungjae, no quería más problemas.

-No me mires así, te prometo que no es nada arriesgado-

-Está bien- Aceptó- En este punto, no tengo nada que perder-

-No estés molesto- Dijo al ver que la expresión de fastidio no desaparecía- Ven dame un abrazo-

Sungjae rodeó con sus brazos a Taehyung apretando su cuerpo con el suyo, dejó salir un poco sus feromonas logrando impregnarlas en el suéter del omega, completamente consciente de que Jungkook tenía su atención en ellos. Pudo sentir la mirada amenazante sobre su nuca, pero fingió no saber nada.

Presionó un poco más la tolerancia del alfa y acarició la glándula con su nariz, sabiendo que Taehyung lo tomaría como un gesto entre hermanos, pero Jungkook no conocía nada acerca de su relación.

El olor ácido llegó a su olfato, reconociendo perfectamente la advertencia. El aroma era tan sutil que sabía que no podía ser percibido por Taehyung; pero su desarrollado olfato y su rango le permitían conocer cuando estaba siendo retado. Pero no iba a responder a las provocaciones, dejaría que el alfa se consumiera en la duda.

-Alégrate un poco- Sugirió- Es más, te invito un helado a la salida-

Sungjae sacó a flote sus dotes actorales que aprendió en el taller de teatro fingiendo inocencia total durante todas las clases. Se felicitó a sí mismo sintiéndose completamente orgulloso por lograr pretender que nada pasaba, porque la mirada de Jungkook parecía querer enterrarlo a más de tres metros bajo tierra. 

 

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Chillido travieso (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora