Capítulo 25

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Taehyung agradeció a su padre por llevarlo a la escuela, en su estado actual, no hubiera sobrevivido al ambiente alborotado del autobús. Con cierto bochorno se adentró a la escuela saludando al guardia de la entrada como todas las mañanas. Llevó su mano a su bufanda y cuidó por enésima vez que la prenda estuviera bien ceñida alrededor de su cuello, especialmente sobre la zona de las glándulas. Su aroma estaba sin control, aun cuando su celo ya había terminado, no dejaba de desprender feromonas por doquier, además de que algunos síntomas seguían presentes, como la sensibilidad en su cuerpo y el rechazo a los aromas extraños. Arrugó la nariz cuando un grupo de compañeros pasó junto a él, sus aromas provocaron que su estómago se retorciera, tuvo que detenerse un momento a olfatear la sudadera de Jungkook que tenía puesta.

Un alfa que estaba apoyado sobre los casilleros le sonrió descaradamente cuando percibió su esencia. Taehyung lo mal miró y siguió con su camino mientras le rogaba a su animal que apaciguara su olor. Se estaba desesperando, ya había intentado de todo para calmar sus feromonas, incluso se había gastado su botella entera de neutralizador, pero no funcionó ni un poco. Ni si quiera podía tomar otro supresor, su ginecóloga se lo había prohibido rotundamente, la doctora casi se desmaya cuando se enteró sobre la cantidad de pastillas que ingirió para los pocos tres días de celo. Se lamentó con pesar, se sentía como un púber de doce años que acababa de presentarse, sin ningún control de sus instintos.

Al menos no tendría que quedarse toda la jornada escolar, agradecía que, en las últimas semanas de exámenes, los maestros les dejaban presentar e irse una vez terminadas todas las pruebas de ese día. Afortunadamente sólo debía pasar por dos exámenes más y era completamente libre, en ese tipo de situaciones se enorgullecía de ser un matado en a la escuela, porque sus tareas y proyectos ya estaban entregados.

De igual forma, no tenía que estresarse por la admisión a la escuela de artes, sus padres le habían permitido tomarse un año libre para mejorar sus habilidades antes de postularse para la selección de becas. Estaba emocionado, ya tenía todos sus materiales para empezar el curso de entrenamiento, además, la escuela donde practicaría siempre participaba en concursos importantes de arte, si él lograba obtener algún reconocimiento, le sería de gran ayuda para su perfil de ingresión a la universidad.

-Tae-

Su ardilla enseguida hizo acto de presencia cuando escuchó su voz, su sistema inevitablemente se alteró provocando que Taehyung comenzara a perder el poco control que mantenía. Cerró los ojos y respiró varias veces intentando tranquilizarse y así evitar que sus feromonas inundaran todo el pasillo. Además, aún debía presentar su examen de algebra e historia, necesitaba mantenerse despejado para responder las preguntas lo mejor posible.

-Hola- Saludó cuando Jungkook llegó a su altura. Sintió su piel erizarse cuando su esencia lo envolvió, apretó la mandíbula, tenía tantas ganas de poder restregarse sobre el cuerpo del alfa y envolver ambos aromas en uno sólo.

- ¿Amaneciste bien? -

Asintió como respuesta. Sentía el calor esparcirse por sus mejillas, la hermosa sonrisa del alfa se presentaba frente a él, tan preciosa como siempre. Su nariz cosquilleó al olfatear el aroma a roble, frunció el ceño, no estaba la esencia a galletas, él quería sentir el aroma a galletas. Se acercó más a su cuerpo buscando algún contacto, Jungkook enseguida lo recibió abriendo sus brazos hacia él. El alfa apegó su cuerpo al suyo envolviéndolo en un caluroso abrazo que le brindo protección y cariño, Taehyung sonrió, no había mejor sensación que ser abrazado por su alfa.

-Tu olor sigue presente-

La respiración de Jungkook sobre su piel le provocó unas leves cosquillas que le hicieron reír, aún debía lidiar con la sensibilidad. Cerró los ojos mientras enterraba su rostro en el cuello del alfa, disfrutando de la esencia que se mostraba sólo para él. Entonces el olor a galletas hizo acto de presencia, olfateó más, sintiéndose tan feliz por los pequeños cariños que estaba recibiendo.

Chillido travieso (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora