De Regreso A Casa [editado]

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Ese día fue muy divertido para todos, incluso para Shu que no recordaba la última vez que se rió tanto, pero por desgracia ya tenían que regresar a casa, pues aún tenían clases al día siguiente, así que de malas todos empezaron a empacar.

Con Shu y Valt.

–Que mal que hoy volvemos a casa. –comentó algo desanimado el albino mientras empacaba todo. –

–Si, que mal, que flojera regresar a la escuela. –coincidió Valt con los pensamientos de Shu. –

–…¿Sabes que? La verdad me divertí. –reveló el albino mientras una pequeña sonrisa se instalaba en sus labios. –

–Me alegra, es decir, casi me ahogas, pero me divertí. –Aoi comenta aún sorprendido por la revelación del más alto, pero aún así sonríe feliz por eso. –

Con Aiga y Free.

–¿Te divertiste, borrego? –inquirió el blondo mientras guardaba sus cosas en la maleta. –

–La verdad si, pero me aburrí mucho cuando me tocó cuidar a Ken, ahora entiendo al pobre de Shu. –dijo, ¡Y era verdad! El poco rato que le tocó cuidar del menor de los Kurenai se le hizo eterno.–

–Es cierto, solo lo cuidamos un poco tiempo y me aburrí mucho y luego Shu lo cuida un día entero y nunca se divierte. –habló Free desanimado por como se la pasaba su amigo de ojos carmín. –

Todos terminaron de empacar entre platicas y se fueron al aeropuerto justos, donde abordaron el avión correspondiente y partieron a casa.

Después de largas horas de viaje llegaron a Japón nuevamente y cada quien se gue a su casa tras despedirse para poder descansar y alistarse para la escuela.

Casa de Shu.

–¡Tía! ¡Ya llegamos! –anunció el mediano de los hermanos mientras entraba a su hogar. –

–¡Que bien! ¿Te divertiste? –Hana se acerca emocionada al ver llegar a sus sobrinos, o al menos eso piensa Shu. –

–Pues... –Shu le iba a contestar, contarte del viaje junto a Ken, pero la voz de su hermano menor lo interrumpió. –

–¡Si, estuvo muy divertido! –responde el azabache pasando al lado de su hermano mayor. –

–Me alegro, cuéntamelo todo. –Hana ignoró por completo al albino, que solo veía la escena tratando de controlarse y no llorar ahí mismo. –

Genial, fue el primer pensamiento de Shu al verse, nuevamente, opacado por su hermano meno. Así que sin decir nada subió a su cuarto hecho un mar de emociones, pues sentía enojo, tristeza, impotencia, celos y unas enormes ganas de llorar.

*Ya había olvidado lo horrible que era mi vida y voy de idiota a intentar hablarle e mi tía de como me siento, es decir ¡Era obvio que le pregunto a Ken! ¡Nunca me ha preguntado nada que no tenga que ver con el!* –pensó el albino. Al llegar a su habitación y cerrar la puerta de golpe, sentándose contra la puerta. –*¿Por qué me pasa esto a mi? ¿Por qué mi familia no me quiere? ¿Por qué no le importo a nadie?* –esas y más preguntas se empezaron a formular en la cabeza de Shu mientras miles de lágrimas se acumulaban en sus ojos y caían por su mentón hasta que el recuerdo de Valt llegó a su mente. Si, a ese peli-azul de mirada castaña y tez canela. Ese chico de peculiar carácter hacía sonreir a Shu de tan sólo recordar su gran sonrisa. –*Parece que le importo más a un desconocido que a mi familia.* –pensó con ironía y una pequeña pizca de felicidad y esperanza al creer que alguien  se preocupaba por el.

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