Confianza [editado]

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En casa de Aiga.

–Bienvenidos a mi humilde morada. –dice Aiga mientras abría las puertas de par en par,dejando a sus amigos entrar.  –

–Tu casa es muy linda, Aiga. –murmura Valt mirando las paredes. –

–Gracias.

Los chicos se adentran en la casa de Aiga y el castaño los guía a la sala para que todos esten cómodos.

–Por cierto, Valt, ahora que lo recuerdo, nunca nos dijiste por qué vives solo. -recordó Free cuando se sienta en el suelo y mira a Valt. –

–Oh, sobre eso...

–Ey, esta bien si no nos quieres decir, no te vamos a obligar. –se apresura a decir el rubio al ver que el más bajo no estaba del todo seguro de hablar. -

–No, esta bien. Yo solía vivir

Y así es como Valt les contó todo, los maltratos casi toda su vida,  sus hermanos, los golpes a su madre, los abusos de su padre, como su madre se fue y como logró escapar y poco a poco pudo salir adelante y sonreír.

–¡¿Que hizo que?! –gritaron al unísono Free y Aiga tras escuchar lo que pasó con el peli-azul. –

–Pero eso esta en el pasado, chicos. –los calma Aoi, viendo que sus amigos estaban alterados por aquella información y parecia que solo querian golpear al padre del Aoi. –

–Me impresiona tu calma, Valt. Yo los hubiera mandado a la mierda a los dos. –dice en un tono molesto Free. –

–... Gracias, Valt.

–¿Por qué me agradeces? -Valt estaba confundido, pues no comprendía el motivo del agradecimiento de parte del castaño. -

–Por tener confianza en nosotros. –explica Aiga al ver el estado de confusión de su amigo. –

–Ooooh. –murmura, sin saber que decir en realidad. –No es nada. –termina por responder, sonriendo de nuevo. –

Por unos segundos todo queda en silencio. Shu se sentía incomodo, ahora era su turno de hablar y sentía nervios, pero realmente quería compartir su vuda con aquellos que lo querían.

–Bueno... me toca. –finalmente dice el albino, tomando fuerzas para hablar. Siente que todas las miradas estan sobre él. –

–¿Qué?

Shu mira a Valt, buscando apoyo para hablar. El pequeño peli-azul mantiene sus ojos chocolate sobre Kurenai y sonrie y solo eso necesita el albino para empezar a hablar.

Kurenai, al igual que Valt les relato la situación en casa. Como se sentía de las constantes comparaciones con sus hermanos o de las numerosas ocasiones en las cuales lo hicieron sentir menos. En las múltiples ocasiones en las cuales terminaba llorando en su cuerto desconsoladamente.

Free y Aiga miraron al albino, sintiendose mal por no ayudar a su amigo ni darse cuenta de que la pasaba mal.

–N‐No sabía que la pasabas mal, Shu. –murmura Aiga. Shu siempre se mostraba bien. –

–¿Alguien más tiene un pasado del cual no me haya enterado? –cuestiona Free, esperando que la respuesta sea negativa. –Menos mal. –murmura aliviado y miró a Shu y Valt. –¿Saben algo? Ustedes dos tiene mis respetos. -reveló. -

–¿Por qué? –la pregunta de Shu sale por sí sola, sin entender las palabras del blondo, es decir ¿por qué los respetaba? –

–¿No es obvio? Ambos han sufrido mucho y lo han soportado solos, eso es de admirar. -explicó, dejando en claro sus razones. -

–¿E‐eso crees? –pregunta Kurenai. Eso era nuevo, nunca nadie le había dicho que lo respetaba o algo parecido. –

–Claro que sí.

–... Es la primera vez que alguien me dice que me dice algo así.

–¿En serio? –ahora el confundido era Akaba. Era Shu Kurenai, estudiante modelo, amable y destacable, ¿cómo nadie le habia dicho algo asi? –

–Sí, en serio, –murmura,  algo apenado, pero sonríe al ver a sus amigos. –¿Saben algo? ¡Los quiero mucho amigos! –exclamó con una enorme sonrisa. Una sonrisa genuina y real. –

–Y nosotros te queremos a ti, Shu.

–Cuentas con nosotros para lo que sea.

–Te queremos.

Después de revelar su estado, Shu sintió una carga menos, se sentía más ligero. Tal vez era porque ya no tenía que lidiar con todo el solo, pues ahora contaba con la ayuda de sus amigos y el los ayudaba a ellos.

Así los días fueron pasando, convirtiéndose en semanas y las semanas en meses y los meses en años. La amistad de estos cuatro creció al igual que ellos y ahora que han pasado 2 años desde que Valt llegó a sus vidas son inseparables.

Actualmente cursaban primer grado de preparatoria, y para su buena suerte, les tocó en el mismo salón.

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