Shu se fue a su lugar y el tiempo siguió corriendo. Valt y Free hablaban un poco (por no decir que Valt contaba mil y un anécdotas y Free escuchaba en silencio) y le echaban pequeñas miraditas al albino que estaba acostado en su pupitre. Poco a poco empezaron a llegar más y más alumnos tomando su lugar y platicando entre ellos y, como siempre, Aiga fue el último en llegar, pidiendo disculpas al adentrarse al salón.Una vez ya estaban todos en sus respectivos lugares las clases dieron inicio. Todo normal y tranquilo, los profesores explicaban los temas, ponían ejercicio, dictaban, nada podía salir mal para Shu, ¿Verdad?
–Bien, para que entiendan mejor el tema de las células y sus partes, quiero que hagan un trabajo en parejas. Me tome la libertad de elegir con quién trabajarán y así quedaron. –él hombre tomó su libreta y empezó a leer en voz alta lo que estaba escrito. –Serán:............ Free y Aiga............... Valt y Shu............. Y esas son todas las parejas. Pueden hacer un dibujo, un esquema, una maqueta o lo que sea pero que explique de forma clara el tema en cuestión, ¿Entendido?
–*Tiene que ser una jodida broma.* –era el único pensamiento de Kurenai al ver qué tendría que hacer equipo con Valt. –
–¿Para cuando será el proyecto? –inquirió Aoi ignorando el enfado de Shu, que para empezar ni se notaba. –
–Tienen una semana y media. –respondió simple la incógnita del menor. –
Tras ese anuncio algunos murmuraban, algunos se alegraba de su pareja y otros se quejaban y muchos otros (como en el caso de Shu) se quedaban en silencio y se resignaban a hacer el trabajo con su pareja asignada.
Que gran mierda, pensó Shu.
Las clases procedieron hasta que el timbre sonó marcando la hora de la salida y todos salieron corriendo para poder ir a casa a descansar o hacer sus tareas.
En el entrada.
–Oye, Shu, ¿cuándo iniciamos el proyecto? –le preguntó Valt al albino en cuanto salieron del salón. –
–Cuando quieras. –contestó indiferente ante la pregunta del menor, ni siquiera lo miró. –
–¿Puedes hoy? –siguió preguntando. –
–Aja. –respondió, nuevamente, con ese todo frío y seco que Valt ignoraba. –
–¡Que bien! ¿Será en tu casa o en la mía?
Y era mas que obvio que Shu no tenía intención alguna de llevar a un extraño a su casa, ¡A puras penas a llevado a Aiga y Free una vez! ¡Una jodida vez! ¡no! Eso sí que no! No lo llevaría a su casa y eso estaba muy claro, por lo que se apresuró a contestar.
–¡En la tuya! –*Ni loco lo llevo a mi casa.* –Solo le llamo a... a mi tía.
Kurenai se alejó un poco y le llamo a su tía y le comento lo del proyecto y la mayor le dio permiso, no tomando demasiada importancia ni con quién iba ni a qué.
Shu regresó al lado de Valt y ambos se fueron a casa del Aoi, siendo el más bajo quien intentaba sacar tema de conversación y Shu quien desviaba sus esfuerzos para que fueran directo a la basura.
Cuando llegaron a la residencia de Valt empezaron a hacer el proyecto, ambos leían, redactaban y hacían propuestas para elaborar su proyecto. No había nadie más en casa, salvo por los dos adolescentes.
Estaban en un silencio sepulcral que sólo era interrumpido cuando hablaban de las partes de la molesta célula, hasta que Valt, como siempre, decidió romperlo con algo más ameno.
–Ey, Shu, ¿no tienes hambre? –cuestionó, esperando no ser cruelmente ignorado o fríamente respondido. –
–Si, un poco, ¿y tu? –hasta que se digno a hablar bien y no de manera fría, pensó Valt al oír la voz del más alto calmada y no a la defensiva como lo había estado los últimos minutos. –
–Yo también, esperame un momento, voy a hacer algo de comer. –explicó. –
–¿Quieres ayuda? –Shu se levantó del suelo y sacudió, dispuesto a ayudarle al más bajo con la cocina. Su punto fuerte. –
–No, si quieres descansa, no tardo. –respondió con su habitual sonrisa. –
Sin decir una palabra más Valt salió del cuarto dejando solo a Shu, quien acomodó y despejó un poco su área de trabajo y se quedó pensando en su vida y cosas triviales, ya saben, pensamientos filósofos de cuando estás aburrido.
Pasaron unos cuantos minutos y un grito potente se escucho de la planta de abajo, logrando que Kurenai diera un pequeño respingo en su lugar a causa del susto provocado.
–¡Shu! ¡Baja a comer! –llama Valt al albino. –
–¡Ya voy! –respondió en un grito para posteriormente bajar las escaleras e ir a donde se encontraba el más bajo. –
Cuando Shu llegó al comedor ambos empezaron a comer. Por suerte el ambiente estaba un poco más calmado y menos tenso, o eso sentía Aoi y ahora podían platicar de algunas cosas sin que Shu lo matara con esa mirada carmín que poseía.
Cuando terminaron de comer Shu se ofreció a la ver los trastes y tras tanta insistencia Valt cedió.
Una vez los trastes limpios ambos volvieron a subir a la habitación para seguir con el proyecto que ya estaba tomando forma, algo bastante impresionante tomando en cuenta que iniciaron unas horas atrás.
Lo hacían en calma y sin prisas hasta que...
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Bueno eso es todo, ¿qué creen que pasara?
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CAMBIASTE MI VIDA [editando]
RomanceShu Kurenai, un chico de trece años al cual la vida lo obligó a madurar, dejando de socializar y solo siendo un chico ejemplar, que considera ala amistad como peligrosa. ¿Qué pasará cuando llegué un chico de lindos ojos a intentar entablar amistad?