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22 de Agosto del 2015.
—No, carajo, Darren. Pareces un maldito disco rayado repitiendo lo mismo desde hace rato.
Fred no quiere que cambie la estación de radio. Es solo una estación, no entiendo por qué tanta terquedad.
—Me aburro, tú me aburres— me quejo mientras me tiro contra el asiento, dándome por rendido.
Fred me mira exasperado y resopla muy fuerte.
—Solo espero el saludo.
Eso capta mi atención y por ello volteo a verlo.
— ¿Qué saludo?
—El de Margot.
— ¿Quién es Margot?
—La conductora de esta estación de radio— señala la radio de su coche—. Estamos en algo.
Nunca he escuchado nombrarla antes, quizá recién se conocen, pero es raro que no me haya comentado o yo dado cuenta. A mi cabeza viene cierta morena vestida de negro y con la caminada de una modelo de las grandes ligas. Hum, ¿quizá estoy pasando mucho tiempo con la diva? Imposible, si el mismo Franco nos ha pedido salir.
Esperamos en silencio hasta el momento del saludo
—"...espero que tengan un día muy productivo y lleno de nuevos logros. Antes de terminar le quiero mandar un saludo muy especial a una personita igual de especial, Fredi, espero que tengas un día maravilloso."
Fred sonríe satisfecho y estaciona el auto en su lugar de estacionamiento en el canal.
—¿Fredi? — lo molesto afinando mi voz.
—Cállate, Darren.
— ¿Desde cuándo te gusta que te llamen así? Lo detestas.
Bajamos del auto.
—Desde que ella me llama así.
Me quedo callado hasta que tomo en cuenta que...
—Yo te conozco casi toda la vida y nunca me dejaste llamarte Fredi.
—Te pones pesado, Darren.
— ¿Por qué ella sí y yo no?
—No empieces con tus celos, mi amor.
—No son celos, solo reclamo mi... mmm... ¿derecho por antigüedad?
Fred me da una mirada divertida y sigue caminando.
–Igual "Fredi" no tiene mucho estilo— digo a su espalda.
Entramos al canal.
—Fred, quiero desayunar.
—Pues ve.
Él ni me mira, está mensajeando, no hace falta adivinar con quién.
